IMG_2265  Foto: Reynier Batista

Desde Daegu, sede del último Campeonato Mundial de Atletismo, un capitalino fue protagonista. Allí el muchacho se colgó una presea de plata que dejó a más de uno en estado de estupefacción tras conseguir superar los 5.90m en el salto con pértiga; una modalidad cuasi desconocida por un público que al decir del propio protagonista, ahora le reconoce y no se priva jamás de interrogarle si acaso es él “¿el muchacho que salta con la vara?”.

Un año después, el rostro de asombro se apoderó -otra vez- de los cubanos cuando la “vara” de Lázaro Borges se quebró en plena clasificación olímpica para dejarle sin todas las opciones que él y Cuba habrían deseado tener para pelear allí en la ciudad del Big Ben. Las garrochas no suelen quebrarse, y aunque es un riesgo inherente a la aventura de apostar por esta modalidad, no deja de ser un asunto desequilibrante. Cinco meses después de la fatídica jornada y con la vista puesta en una nueva temporada, Lázaro Borges nos comenta:

¿Zanjado el incidente de la ruptura en Londres?

Si, totalmente. Siempre tuve claro que había que salir adelante y he puesto todo de mi parte, además de la ayuda de mi entrenador, compañeros de equipo y familia. Si te soy sincero, es un tema que está enterrado hace bastante tiempo, es la gente quien me lo recuerda porque aun se interesa por mí y me comentan casi a diario en la calle cuanto sufrieron el accidente. Pero aquello ya es agua pasada, y solo me queda la espinita de que no pude hacer todo lo que podía en los Juegos Olímpicos; pero me tocó, es un riesgo que hay que correr y ahora solo pienso en Rio 2016 para tratar de hacerme justicia.

Hoy, ¿cómo se siente Lázaro Borges?

Estoy muy bien, tanto física como psicológicamente. Ahora mismo estamos en una etapa final de entrenamientos. Para mí es algo de lo más importante porque marca el tránsito hacia la etapa competitiva y es el momento en el que nos dedicamos a ser perfeccionistas, a pulir todo lo que podamos para comenzar a medirnos en ambiente real de competencia.

Recientemente se han anunciado los atletas que van a estar inmersos en la gira de invierno y no estás entre ellos. ¿Por qué la decisión de “pasar” de la temporada Indoor?

Fue una decisión del colectivo técnico. Desde finales de la temporada pasada proyectamos que no haríamos indoor para aprovechar el tiempo en entrenar y perfeccionar detalles técnicos para así asumir en la mejor condición posible los eventos al aire libre.

¿Debut pactado para la Copa Cuba?

No, antes queremos participar en las confrontaciones que están programadas aquí en el Estadio Panamericano. Pensamos estar en tres confrontaciones y luego la Copa Cuba.

Si hablamos de fechas, ¿sería?

Entre febrero y la primera de marzo, más o menos en ese rango. Tengo entendido que la Copa Cuba está proyectada para la semana del 11-17 de marzo, así que hasta esa fecha estaríamos compitiendo aquí.

Objetivos de la temporada

Obviamente el Mundial de Moscú. Voy con el resultado de haber sido segundo en Daegu y hay que hacer un buen papel. Mi primera meta es llegar a la final, siempre se piensa en medallas, pero la misión concreta es conseguir terminar, como mínimo, entre los cinco primeros y con un buen resultado.

¿En qué marcas piensas?

Estamos trabajando por estabilizar entre 5.70 (+- 5 m) ya que es una marca de clase mundial y a partir de ahí es donde uno se empieza a enredar–como decimos los saltadores-. Pienso, sobre todo porque no me caracterizo por hacer grandes saltos en los entrenamientos, que los saltos buenos salen, pero para ello es imprescindible llegar con estabilidad sobre estas alturas que te comentaba. Hay que asegurar estar en la fiesta y después a intentarlo con todo.

Y, ¿qué hay de tú sueño?

“Sigue intacto, siempre que tenga voluntad lucharé por buscar ser el primer ´negrito´ que vuele por encima de los seis metros.”

 

Tomado de la COCO