Gysselle_GetImage Una hora y tres minutos empleó Brasil para doblegar a Cuba en la tercera fecha de la ronda final del Grand Prix de Voleibol (f).  Como se ha hecho habitual en esta fase,  cuando Cuba es  uno de los protagonistas, solo tres sets resultaron necesarios para que culminara, favorable a Brasil -por supuesto-, el choque.

Los parciales de 25-17, 25-12 y 25-14 son  el vivo reflejo  del “paseo” que resultó ser el partido para un Brasil que terminó jugando con casi toda su banca.

El enfrentamiento fue más de lo mismo que hemos relatado hasta hoy: el recibo cubano volvió a “hacer aguas”, y cuando esto pasa,  el juego ya no se puede manejar de la forma más efectiva.  Nuevamente los errores continuados de la selección cubana cobraron papeles principales desde el mismo comienzo del partido y contribuyeron en justa medida a engrandecer el show de las sudamericanas que en ningún momento se vieron exigidas sobre la cancha. Las estadísticas dan cuenta de ello: de los 75 puntos que necesitó el equipo de Ze Guimaraes para llevarse la victoria, 51 llegaron  prácticamente sin la necesidad de atacar pues en ellos se incluía el beneficio de 28 errores no forzados, 12 aces y 11 bloqueos sobre acciones de ataque cubano.  Esa docena de puntos por concepto de servicio es ficticia;  esos “aces” se materializaron únicamente por a las “increíbles” deficiencias  en la recepción de Cuba que,  una, otra y otra vez,  erró ante saques que no portaban ni el mínimo ápice de maldad.

La escuadra estuvo a la deriva y aunque Juan Carlos Gala volvió a emplear a la joven de 17 años Sulian Matienzo como recambio; la solución fue insuficiente y el fantasma de la perdición siguió como fiel compañero de las auxiliares titulares cubanas.
La atacadora auxiliar Adenizia Silva (BRA) consiguió 10 unidades y fue la máxima anotadora del choque. Por Cuba, Yanelis Santos llevó la voz cantante y  marcó 8 (6 ataque, 1 bloqueo, 1 servicio) aunque su rendimiento en esta jornada no fue favorable.   Yoana Palacios y Gysselle de la Caridad Silva sumaron 7 cada una y la escoltaron.

Así Cuba se hunde un tantico más en el frío sótano del evento. Con cada una de sus presentaciones las dudas en torno al futuro del Voleibol femenino cubano se incrementan y el respeto que inspiraban va quedando en el camino al tiempo que se sumen en oscuros pasajes que  van empañando los logros y potencialidades de antaño.

Mañana será Estados Unidos el rival; duro escollo para una selección que no ha mostrado credenciales en esta etapa. Esperemos para ver qué sucede. Quien escribe siempre guarda esperanzas pero peca de convicción pues lo cierto es que hasta hoy no ha habido reacción en las discípulas de Juan Carlos Gala, las cuales,  para colmo de males también sufren por el cansancio y la amalgama de problemas físicos que agobia su plantel.