Por Eddy Luis Nápoles Cardoso/Deporcuba
Se avecinan los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, evento que desarrollará su XXXII edición, entre el 24 de julio y el 9 de agosto venidero, por lo que a partir de hoy les propongo comentarles algunas curiosidades de varios de los atletas olímpicos, desde aquellos que iniciaron la Era Moderna, en Atenas 1896, hasta los últimos que tomaron parte en Río de Janeiro 2016.
Burke, de 100 metros a la maratón
El estadounidense Thomas Burke, primer campeón olímpico de la Era Moderna, en 100 metros, quien llegó a Grecia con apenas 21 años, fue el único que utilizó la arrancada baja (agachado). Burke era campeón de la Amateur Athletic Union en 440 yardas (402m), posterior el éxito olímpico, se graduó de abogado, laborando como comentarista deportivo en varios diarios de Boston, también fue promotor del conocido Maratón de Boston, carrera, cuya primera edición se corrió un año después de la cita ateniense.
Louis, de aguatero a campeón olímpico
El griego Spiridon Louis fue el único atleta local que pudo detener el ímpetu de los estadounidenses en las pruebas atléticas en Atenas 1896, al vencer en la carrera de maratón por delante de su paisano Kharifaos Vasilakos, el favorito por haber ganado la maratón en los Juegos Panheléinicos. Spiridon, era un vendedor de agua en las calles de Atenas, el maratón griego fue su única competencia oficial, tras el triunfo se retiró a su natal Marousi, donde trabajó como granjero y agente de policía.
Curtis, olímpico, ayudante y escritor
El estadounidense Thomas Pelham Curtis, tiene varias particularidades, la primera de ellas, fue clasificarse para las finales de 100 metros y 110 con vallas, aunque no se presentó en la primera, ganando la segunda. Siguiendo con Tom Curtis, actuó como fotógrafo aficionado en Atenas. Posteriormente prestó servicios en la Guardia Nacional de Estados Unidos, siendo ayudante personal del entonces gobernador de Massachusetts y luego presidente, Calvin Coolidge. A Curtis, también se le incluye, entre los creadores de la tostadora eléctrica y en 1932 publicó varios relatos humorísticos relacionados con los Juegos Olímpicos de 1896, siendo el más conocido High Hurdles and White Gloves.
Garrett “agarró” y lanzó el disco
La historia del estadounidense Robert Garrett en Atenas 1896 es algo simpática, resulta que Garrett era estudiante de la Universidad de Princeton, donde ejercía como capitán del equipo de atletismo, su especialidad era la impulsión de la bala, pero el profesor William Milligan Sloane le sugirió que incursionará en el lanzamiento del disco. Robert consiguió que un herrero le fabricara un disco de aproximadamente, unos 14 kilogramos, que era imposible lanzarlo, por lo que abandonó esa idea, pero al enterarse que el disco que se utilizaría en Atenas, era de unos dos kilogramos, decidió inscribirse como diversión. Ya en la prueba olímpica, los lanzadores griegos realizaban movimientos estilizados, imitando al finalizar los giros la postura del Discóbolo de Mirón, por su parte Garrett fue mucho menos estilista, aunque sus dos envíos iniciales fueron torpes, siendo el “hazmerreir” de todos, pero en su último intento (5), Garrett silenció las “gradas” del Estadio Panathinaikó, adelantando por 20 centímetros al griego Panagiotis Paraskevopoulos, logrando el título olímpico. Baste decir que Robert Garrett fue un todo terreno en Atenas, pues ganó también la bala, fue segundo en salto de longitud y en altura. Estuvo presente en París 1900, logrando medalla de bronce en la bala y salto triple sin impulso, pero no se presentó a defender el título en disco. Su vida posterior al deporte estuvo ligada a la arqueología y la historia, ayudando a financiar una expedición arqueológica a Siria, también coleccionó manuscritos medievales, donando miles de ellos, a la Universidad de Princeton en 1942.
Ellery Clark dos nulos con sombrero…..¡gracias juez!
El estadounidense Ellery Harding Clark nacido en Massachusetts y estudiante de Harvard, pasó a la historia olímpica, como el único atleta, hasta nuestros días que ha ganado los títulos en salto de altura y longitud. Resulta que Clark se “apareció” a la prueba de salto de longitud (Atenas 1896) con un sombrero, el que empleó para marcar la carrera de impulso, había hecho dos nulos, pero fue advertido en dos oportunidades por el juez principal, un personaje del que hablaré a continuación y en el tercer intento, sin marcar con el sombrero, gracias al juez, logró su único salto válido, este de 6.35 metros, suficiente para aventajar a sus compatriotas Robert Garrett (6.18) y James Connolly (6.11). Clark fue un longevo competidor, estuvo presente en San Louis 1904 en el All-around, lo que es hoy el decathlon, pero una bronquitis, lo obligó a abandonar luego de cinco pruebas. Ellery destacó, además como escritor (19 libros), abogado, entrenador de atletismo y concejal en Boston.
Constantino, aquí el que manda soy yo
Ustedes no se imaginan el alcance y la repercusión que pudieron tener aquellas primeras citas olímpicas de la Era Moderna, hasta el punto, que uno de los encargados de impartir justicia en las competencias atléticas en Atenas 1896, fue el futuro Rey de Grecia, Constantino I, quien era hijo de Jorge I de Grecia de Olga Konstantinova Románóva (Gran Duquesa de Rusia), Constantino, el que le quitó el sombrero a Ellery Harding Clark durante la prueba de salto de longitud, reinó por dos períodos, el primero, entre 1913 y 1917 y el segundo, de 1920 a 1922.
Connolly, con permiso o sin él, soy el primero
El estadounidense James Brendan Benne Connolly, quien había iniciado en 1895 estudios en la Universidad de Harvard, al conocer de la celebración de los Juegos Olímpicos en Atenas, decidió participar en esta contienda deportiva y presentó una solicitud para un permiso, pero este le fue negado, por lo que se vio obligado a renunciar a Harvard para viajar a Grecia, dimisión que fue reconfortada, al ser el primer campeón olímpico de la Era Moderna, cuando el 6 de abril de 1896 gana el salto triple, también logró una presea de plata (altura) y una de bronce (longitud). Connolly nunca regresó a Harvard, en 1948 a manera de reconocimiento le fue entregado un suéter deportivo y al año siguiente, la universidad le ofreció el título de Dr. Honoris Causa, pero James lo rechazó. Ejerció el periodismo y la política, publicando en el Boston Globe, entre otros materiales, varios cuentos sobre la Guerra Hispano-Cubano-Americana y en dos oportunidades se postuló, sin éxito, para el Congreso de Estados Unidos
Kraenzlein, si no fuiste, perdiste
El estadounidense Alvin Kraenzlein, ganó cuatro títulos olímpicos en París 1900 (60mp, 110c/v, 200c/v y longitud), primero y único que lo ha hecho en pruebas individuales en los mismos Juegos. Resulta que se realizó una ronda clasificatoria en el salto de longitud, cuyas marcas eran válidas para la final, estando delante en esta fase su paisano Myer Prinstein (7.17), que era judío y como la final se celebraba domingo, ambos habían pactado no participar, por otra parte, los representantes de la Universidad de Syracuse, por su religión le negaron el permiso a Prinstein, mientras que Kraenzlein (7.18), que era cristiano, rompió el acuerdo y se presentó, superándolo por un centímetro. Algunas fuentes afirman que Prinstein al conocer la noticia agredió a Kraenzlein.
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