Por: Lilian Cid Escalona/ Especial para Cubahora
Entre los días 8 y 10 de marzo se disputó, en la pista auxiliar del Estadio Panamericano (siempre reconocida como Pista de Calentamiento) de La Habana, la Copa Cuba de Atletismo. El certamen transcurrió con tranquilidad, aunque algún que otro resultado, como los 8.92 metros de Juan Miguel Echevarría en la longitud y los 15.05 metros de Liadagmis Povea en el salto triple, brillaron con luz propia, a pesar del excesivo viento que sopló casi siempre para invalidar, a efectos oficiales, el esfuerzo de los contendientes.
Las ausencias de varias figuras importantes, léase los triplistas Jordan Díaz y Lázaro Martínez, la discóbola Denia Caballero, la heptatleta Yorgelis Rodríguez y el velocista Yoandys Lescay, por mencionar algunos, disminuyeron la expectativa en torno a varias pruebas, aunque estamos de acuerdo en que lo más importante en cualquier caso es preservar la salud y garantizar la recuperación de todos, en pos de enfrentar en la mejor condición posible, los compromisos trascendentales de esta larga temporada.
ECHEVARRÍA Y LOS LÍMITES
Juan Miguel Echevarría llegó hasta los 8.92 metros en la final del salto de longitud disputada en la fecha de clausura. El viento de 3.3m/s no dejará que el salto vaya a los libros, pero lo hecho por el muchacho de 20 años es una barbaridad en toda regla y se convierte en el cuarto registro realizado en la historia de esta prueba, mostrando que por ahora no conoce de límites y por ello pone al mundo en vilo cada vez que se dispone a saltar.
Este fue, sin embargo, el único intento realizado por él debido a que fue retirado de la competencia por precaución al sentir molestias en el pie derecho tras la caída. Según el dictamen preliminar del doctor Fidel Frías, se trata de un esguince de grado uno; lo que, por fortuna, no es nada grave.
Echevarría dijo estar contento con su demostración y recalcó el buen trabajo que ha realizado en esta primera etapa de la preparación, de la mano de un equipo multidisciplinario que encabeza el preparador Daniel Osorio Díaz.
Osorio, evocado por la prensa, enfatizó que más allá de los números, lo más importante es la excelente ejecución técnico-táctica que había propiciado el resultado.
Maykel Massó con brinco de 8.30 metros y Lester Lescay con 7.77 metros se repartieron, por su orden, los otros dos puestos en el podio.
Echevarría, recordemos, posee una marca personal de 8.68 metros, aunque en Estocolmo saltó 8.83 m (+2.1m/s), registro que, como este de La Habana, no tiene efectos legales para su progresión. El récord del mundo, en poder de Mike Powell, se sostiene en 8.95 metros desde el 30 de agosto de 1991.
LA CLARINADA DE LIA
Liadagmis Povea superó los 15 metros en el triple salto. Ganó la prueba, sin oposición, con un brinco de 15.05 metros (+ 3.1m/s) que la convierten en la cuarta mujer de origen cubano en vulnerar la icónica barrera. Su nombre se suma a la lista integrada por Yargeris Savigne (15.28m), Yamilé Aldama (15.29m) y Magdelín Martínez (15.03m), aunque se recordará como la primera que se estiró tanto en suelo patrio. El resto, que de conjunto ha firmado al menos 15 saltos por encima de esta cota, jamás logró hacerlo en territorio cubano. El mérito, entonces, lo asume Povea que compartió el privilegio con todos los allí presentes.
Su secuencia en la tarde del viernes 8 de marzo inició con una falta, prosiguió con registros de 14.84, 14.88, 14.50 y 14.69 antes del consabido brinco que sacudió la postura a más de uno; para completar una actuación que es a todas luces un excelente resultado para su desempeño personal, aunque no se certifique de forma oficial debido al viento.
Entre los hombres, Andy Díaz fue el mejor aupado por un primer brinco de 17.41 metros (+2.5m/s), que le alcanzó para doblegar a un Cristian Nápoles inestable que solo pudo llegar hasta los 16.95 metros (+2.5m/s).
LA VELOCIDAD A LA PALESTRA PÚBLICA
Había mucha expectativa en torno a las pruebas más rápidas de la pista. El morbo creció luego de que nuestros mejores hombres, Roberto Skyers y Reinier Mena destrozaran sus cotas personales días antes en el Festival Nacional de Velocidad disputado en Camagüey; el primero bajando de los 10 segundos para igualar, con 9.98, lo hecho por Silvio Leonard en 1977.
Y lo cierto es que se corrió fuerte, sobre todo en el hectómetro, cuando en semifinales Mena detuvo los cronómetros en 9.99 segundos y Skyers firmaba un 10 flat pero el aire de +3.8m/s volvió a ser protagonista. En el desenlace, el titulo lo ganó Mena con 10.04 segundos, aventajando a Skyers (10.12) y a Harlyn Pérez (10.26).
El propio Mena ganó también la prueba de 200 metros planos con tiempo de 20.69 segundos, mientras que Skyers, un poco lastimado, corrió y ganó la final B con 21.34 segundos.
SILVA Y EL CAMPEONATO MUNDIAL
Yarisley Silva dominó el salto con pértiga entre las damas. Se impuso con facilidad al rubricar un registro de 4.56 metros, mientras sus coequiperas Aslin Quiala (4.10 m/Marca personal) y Rosaidi Robles (4.10m) le escoltaban en el cuadro de honor.
Es una marca discreta para una atleta de su talla, pero el validarla le permite apuntar su nombre en la lista de mundialistas y con ello trabajar de ahora en adelante sin la presión que impone el no saberse clasificada. Adicionalmente, el brinco satisfizo sobremanera a su colectivo técnico, pues lo consiguió con solo 12 pasos de carrera de impulso y apelando a la más blanda de sus garrochas, lo que augura una mejoría circunstancial en el futuro, con la optimización necesaria de estos parámetros.
Su complacencia con lo hecho y con el panorama que presenta la prueba en nuestra isla se pudo apreciar en sus declaraciones para la prensa allí reunida:
«He aprendido con el tiempo a competir así, de esta manera, donde el rival es uno mismo. Lo importante es que ya se ven los frutos en las chicas que van surgiendo y se espera una continuidad de los resultados que yo he alcanzado.
«Es una temporada larga y ahora mismo no podemos decir cuánto estaremos saltando. Es año de Mundial, Juegos Panamericanos y los compromisos de la Liga del Diamante y, como vieron hoy, pude ratificar la marca del Mundial que era el objetivo principal de competir en la Copa Cuba. Solo nos queda esperar el desenlace de la temporada, aún es muy temprano, solo estamos en marzo y las principales figuras de la especialidad aún no han competido», concluyó.
El salto con pértiga es una de las pruebas que vive un excelente momento en la actualidad, así lo demuestra el hecho de que la mínima olímpica de cara a Tokio ha subido hasta 4.70 metros, según lo divulgado en esta fecha por la IAAF.
Rose Mary Almanza ganó los 800 metros con tiempo de 2:01.29 minutos y repitió su triunfo en la prueba de 1500 metros con crono de 4:25.62 minutos. Lo hizo sin demasiados problemas. pues tristemente se ha quedado prácticamente sin oposición en ambas distancias dentro de la isla.
Jorge Yadián Fernández se llevó el título en el disco con disparo de 64.72 metros. El registro no está demasiado lejos de sus principales resultados de por vida, aunque si del nivel élite del mundo, donde los hombres coquetean con los 70 metros, y lo preocupante es que no se avista una luz en este camino. Lo contrario sucede entre las féminas, donde Cuba florece con dos atletas de élite como Denia Caballero y Yaimé Pérez (65.78 metros para ganar la Copa Cuba) y otras bien jóvenes con clase mundial como Melany Matheus y Silinda Morales.
Briander Rivero fue el rey del decatlón con 7703 puntos, venciendo a un Leonel Suárez cuyo objetivo era completar la prueba y la cumplió al colocarse segundo con 7310 unidades.
Adriana Rodríguez fue la más completa con foja de 6293 puntos. Su heptalón no fue óptimo y no alcanzó a completar la cota exigida por la IAAF para el venidero campeonato mundial, no obstante, hay que destacar sobremanera su actuación en el salto de longitud, donde firmó un registro de 7.02 metros (ventoso) sin precedentes en la historia de la prueba en la isla y de los mejores en la historia de esta modalidad para el heptalón a nivel global.
La maratonista Dailin Belmonte 16:48.50 minutos dominó los 5000 metros en una actuación que forma parte de su calendario de preparación, mientras que Lázaro Borges se coronó en la garrocha, aunque con solo 5.30 metros.
Al margen de lo deportivo, creo preciso distinguir la labor desplegada por las autoridades del atletismo y el personal que labora en el Estadio Panamericano en aras de lograr que la competición fuera admisible para el público a pesar de su inhóspita e improvisada sede.
De la Copa Cuba también rescato el espectáculo, pues el evento es siempre el momento ideal para encontrar a decenas de las figuras que iluminaron con su esfuerzo el glorioso pasado del atletismo cubano. El silencio se quiebra en torno a ellos y quien llegue hasta el escenario de competencias siempre se llevará el premio de asistir a una cita con la historia del llamado Deporte Rey. Este año no fue diferente y por allí pasaron Daimí Pernía, María Caridad Colón, Anier García, Adriana Muñoz y hasta el ilustre profesor Leandro Civil, buen atleta y entrenador, artífice de los inigualables cronos de doña Ana Fidelia Quirot.
RESULTADOS COMPLETOS
Muy bueno el artículo, como siempre.
Hay tantos aspectos de los que se pudiera hablar, pero voy a concentrarme en uno que me parece muy interesante por lo sorpresivo y son los 7,02m de Adriana con excesivo viento. Quizás se debería estudiar el caso y no seguir maltratando a esa muchacha con siete disciplinas, sino que se puede reorientar hacia una de las dos, donde se vean las mejores posibilidades de ganar medallas, no en Panamericanos, sino en campeonatos globales, porque sus rendimientos en la jabalina e impulsión de la bala son bastante flojos. La idea de llevarla a competencias internacionales en dos disciplinas, no me parece tan buena. Para hacer eso habría que prepararla y a mi juicio la preparación en forma de entrenamiento no es suficiente, si no se consumen compuestos químicos. Lo que hacían hacían de fijo Drechsler, Joyner y Lebedeva. Nunca he confiado, ni voy a confiar en superhombres ni en supermujeres que compiten en dos disciplinas y derrotan a los que se especializan en una, que por lógica tienen más tiempo para prepararse.
Regresando al tema de Adriana y un posible cambio de disciplina, es que hay varias atletas en la historia del atletismo que llegaron a ser las mejores del mundo en una disciplina, gracias precisamente al entrenamiento diverso que exige el heptalón. Las cuatro más conocidas llegaron al olimpo. ¿Por qué no intentarlo con la nuestra que está en la mejor edad para reorientarse? Sabemos que la mayoría de los/las atletas cubanos/-as tienen los mejores rendimientos a poco de arribar a los veinte años y específicamente el salto largo de mujeres está lleno de chicas con más experiencia, pero que no saltan constantemente mucho más lejos que Adriana.
En las vallas altas aunque Adriana sea la mejor de Cuba, pero en el mundo hay varias decenas de atletas también muy jóvenes que conjuntamente con las norteamericanas ya completan una final olímpica, por lo que sería muy difícil para Adriana llegar hasta allí en el próximo ciclo olímpico sin mejorar regularmente las cotas de Aliuska y Anay. En el recién celebrado campeonato europeo en sala, la ganadora de la medalla de oro en los 60m c/v es la atleta de Países Bajos ocupante de la tercera plaza de heptalón del campeonato mundial junior de 2014, por detrás de Yorgelis y la atleta británica que sorprendió a la nuestra en esa misma competencia también compite más a menudo en salto de altura que en el heptalón. Hasta creo haber leído que Katharina Johnson Thompson estaba pensando orientarse hacia los saltos donde tendría mejores opciones de medallas al aire libre que en el heptalón porque ella también tiene marcas muy pobres en la jabalina,por eso se le dan tan bien las competencias bajo techo en pentalón.
Por otro lado en el heptalón hay una nueva hornada de chicas con muy buenas marcas que me imagino madurarán en los próximos años y en el ciclo olímpico después de Tokío, le pondrán bien difíciles las competencias globales a las actuales jerarcas del heptalón o sea que para Adriana ser competitiva allí tendría que mejorar la jabalina en unos 10 metros y superar algo o mantener los rendimientos actuales en las demás disciplinas del heptalón.