Por: Jorge R. Matos Cabrales / Foto: Roberto Morejón
Hace poco más de tres años, Yunidis Castillo Castillo, la “Hija del viento”, me confesó que la última imagen de ella en una pista no podía ser la del abandono en la Final de los 100 metros planos de los Juegos Paralímpicos Río de Janeiro 2016.
La verdad es que tres abriles sin ver a Yunidis “volar” en las pistas parecen ser una eternidad y les confieso que hasta dudé de volverla a ver en acción.
Y no era para menos, pues recuerdo que la propia atleta me explicó que en la urbe carioca había sufrido una ruptura en el recto femoral de la pierna izquierda bastante grande, de grado IV. Incluso se valoró la opción de practicarle una cirugía; sin embargo, se le aplicó un tratamiento con células madres, que es un proceso lento y mucho más si se quiere ganar en efectividad.
Pero el fracaso no existe para la cinco veces campeona paralímpica y siete mundial. Tiene que irse a lo grande, como a ella le corresponde, y por eso comenzó a entrenar a finales del pasado año con la meta de alcanzar su clasificación y una medalla en los Juegos Paralímpicos Tokio 2020.
La santiaguera, de 33 años, aspira a participar en la urbe nipona en su quinto evento de este tipo y a acercarse lo más posible a sus mejores resultados, cuando obtuvo dos oros en la versión de Beijing 2008 en 100 y 200 metros planos T47 (afectados miembros superiores) y tres en Londres 2012 al agregar el de los 400 metros planos. Aunque ya anunció que se enfocará principalmente en la vuelta al óvalo.
“Me gusta mucho correr los 100, pero en esa prueba sufrí las dos rupturas de cuádriceps, primero en el Mundial de Catar y luego en Río. No quiero correr más esa distancia, por el esfuerzo que requiere, por eso me concentro en los 400. No quiero someter mi salud y ya no tengo 15 años”, le comentó Castillo Castillo al colega Roberto Méndez, en los primeros días de su reincorporación.
Para asistir al certamen nipón primero deberá oficializar una marca, para lo que tendrá que esperar que se reanuden los eventos foráneos y así poder elegir a cuál asistirá en busca de su boleto.
“Los 400 los veo más asequible después de alejarme de los entrenamientos. De todas formas, primero está clasificar, una vez que se retorne a la normalidad”, reiteró sobre sus pretensiones en una distancia en la que llegó a poseer el récord mundial, con 55.72 segundos, hasta que la sudafricana Anrune Weyers lo rebajó a 55.60.
“Esta suspensión por la Covid-19 me favorece, porque he tenido un año más para prepararme y alcanzar mejor forma para ese propósito”, opinó.
En los Paralímpicos de Tokio, pactados del 27 de agosto al 5 de septiembre del 2021, Yunidis tendrá que enfrentar un nivel más alto. Recientemente, en el Campeonato Mundial en Dubai le quebraron su primacía del orbe en los 100 metros planos (era de 11.95 segundos), cuando las norteamericanas Deja Young (11.92) y Brittni Mason (11.89) libraron una batalla campal por el título, que quedó en poder de la segunda.
La cota de los 200 metros planos es la única que aún sigue en su poder, gracias a los 24.45 segundos realizados en Londres 2012.
Yunidis llegará a la capita nipona con 34 años, pero dudo que eso le impida sacar a relucir su calidad y logre ponerle broche a su más que exitosa carrera con otro metal en sus vitrinas.
*Tomado de Sierra Maestra
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