Por: Lilian Cid Escalona y Andy Bermellón Campos
Yarisley Silva sueña. Ha soñado siempre con tocar el cielo y ha trabajado por conquistarlo. De no haber sido así, probablemente, hoy no podría presumir de un historial deportivo que congrega las mejores actuaciones de Cuba en una modalidad como el salto con pértiga. Y es que hasta su eclosión, nuestra tierra prácticamente no aparecía en la hoja de ruta de esa disciplina a nivel mundial.
Yarisley Silva no ha estado bien en los últimos años, pero mantiene su ilusión y su capacidad de trabajo. A punto de cumplir los 31 años, tiene en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 un objetivo marcado. Quiere el oro, un título olímpico que sabe difícil, pero al que no renunciará porque es el único que le falta.
Bajo un tremendo sol la encontramos en el Estadio Pedro Marrero (Playa), trabajando la técnica para luego desplazarse al Estadio Panamericano (Habana del Este) para completar su jornada de entrenamientos en el gimnasio. Allí, entre rutinas técnicas que parecían eternas, hablamos de sus metas y de cómo ha diseñado la preparación en un 2018 donde Barranquilla es el propósito fundamental.
¿Cómo valoras lo hecho en el Mundial bajo techo de Birmingham?
Para mí fue un buen resultado. Nosotros empezamos a entrenar el 9 de noviembre de 2017 y tuvimos varios obstáculos que nos impidieron hacer las cosas como se habían planificado. Aun así, decidimos participar en el mundial porque nos valía de preparación para los Juegos Centroamericanos y porque ya hacía cuatro años que no competíamos en este evento.
Silva confirma que una lesión le impidió asistir a la única competencia que enfrentaría antes del mundial. Participación pactada para el 25 de febrero de 2018 en el Gran Prix de Glasgow.
No pude saltar en Glasgow por molestias y no pude hacer técnica hasta una semana antes del mundial. La verdad es que para la preparación que había hecho y teniendo en cuenta todas las cosas que me pasaron, lo hice bastante bien.
No es que me esté justificando porque no me gusta, pero es justo que se sepa cómo llegué a esta competencia. Yo decidí competir porque en la vida se gana y se pierde, y una tiene que tener la capacidad de sobreponerse a los obstáculos y enfrentar cada prueba.
Fue una competencia de altísimo nivel…¿te afecta?
No es la primera vez que me enfrento a atletas que son capaces de tener esos resultados. Competí con Yelena (Isinbayeva), con Jennifer (Suhr) y estuve en una final donde se ganó con 4.90m.
Tampoco me sorprenden los resultados de las chicas. La que ganó (se refiere a Sandi Morris) tiene 5 metros y ha venido teniendo muy buenos registros.
Fue una competencia maravillosa, de alto nivel y esto repercute en la especialidad, que está muy bien y en constante desarrollo. Que se compita así es muy bueno para mi evento y me hace feliz.
En algunos espacios se calificó la actuación de la rusa Anzhelika Sidorova, ganadora de la presea de plata con marca personal de 4.90 metros, como una sorpresa. ¿Lo fue para ti?
Su marca me sorprendió un poco, la felicito por lograr superarse en el momento más importante, pero Sidorova no es una sorpresa, ella fue medallista de plata en Sopot 2014 y ha venido creciendo en sus resultados desde entonces. Hace tiempo que a ella se le veía bien. Que nadie se engañe, los 4.90m no salen de ahora para ahorita, esa marca es resultado de años de entrenamiento y mucho sacrificio.
Metas para 2018
Quiero retener mi título centroamericano y pienso mucho en la Liga de Diamante. Nunca he tenido la posibilidad de ganar en este circuito y es algo que me gustaría lograr. Me perderé algunas paradas, pero las nuevas reglas me ayudan, porque todo se decide al final.
En los centroamericanos tengo una rival fuerte, que es la venezolana Robeilys Peinado. Es una muchacha bien joven y con muchas condiciones. Pero como siempre he dicho, el mayor rival que tengo soy yo misma, lo importante es no ponerse límites. A preparase para enfrentar ese momento y que la pista diga la última palabra.
Del Mundial de Londres 2017 trajiste la única medalla de la delegación cubana…
Tengo que agradecerle a Dios por todo lo que he conseguido. Yo nunca pensé que traería la única medalla, sobre todo porque no lo logré un gran resultado, pero es una presea y estoy contentísima. Me mantuve en el podio, y mantenerse es siempre lo más difícil. Yo venía de una temporada dura como fue la de 2016 y tener este resultado fue especial para mí. Estoy muy agradecida, también por haber sido escogida como la Mejor Atleta del Año acá.
Hoy eres una de las atletas más experimentadas del salto con pértiga femenino mundial.
Si puedo estar en Tokio 2020, completaría mi cuarto ciclo olímpico. Es maravilloso poder estar tantos años compitiendo, y he aprendido a valorarlo. Ahora disfruto más de lo que hago, vivo el momento dejando a un lado la presión de pensar solo en un resultado.
Eso no quiere decir que no quiera ganar, al contrario, mis sueños siguen intactos y son los que me mantienen viva. Seguiré luchando por ellos, pensando siempre en llegar a lo más alto, al oro olímpico que me falta, pero lo primero es disfrutar de cada minuto, porque la misma experiencia me ha demostrado que cada segundo es único.
Tokio 2020
La vida es muy cambiante y en dos años (lo que falta para los JJOO) nadie sabe lo que puede pasar, pero ahora mismo pienso en Tokio como un objetivo. Una competencia en la que quiero ganar. Sé que hay una generación muy fuerte y que en el camino que nos separa de los Juegos se sumaran otras, pero yo sigo pensando en mi oro, no puedo limitarme.
Por cierto, cómo recuerdas aquel fallo sobre 4.45m que fue decisivo para conformar el podio en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Mira, cuando lo analizo sí me queda la cosita de que podría haber ganado, pero como dicen “de algo se muere el enfermo” y yo fui y sigo siendo muy feliz de haber logrado ese resultado que es único para Cuba y Latinoamérica. Yo me quedo con la felicidad de saber que hice algo grande, que hice historia con esa presea de plata que gané. Las competencias son como son, por algo se gana y se pierde.
Entre tus seguidores hay un debate constante sobre tu agarre y la desventaja que tienes con el resto de tus rivales.
El mayor agarre que he logrado en mi carrera ha sido a 4.30m, pero mis mejores resultados han llegado con menos, con 4.20 o 4.10m. El 4.91m lo salté agarrando a 4.10 y es cierto que soy la que menos valor tiene en ese indicador entre todas las mujeres que están en la élite, que es una desventaja para mí, pero no voy a perder la cabeza por ello. En mis rutinas de trabajo siempre está buscar mejorar este indicador. Hoy estoy trabajando con 4.20m.
¿Qué será de Cuba cuando Yarisley Silva dedica poner fin a su carrera deportiva?
Hay muchachas entrenando. Muchachas que trabajan con el deseo de mantener lo que hemos hecho. Es verdad que sus marcas tienen que mejorar pero pido que se confíe y que se tenga calma, yo no surgí de la noche a la mañana. Mis resultados son fruto de muchos años de trabajo.
¿A quién (es) ves con mayores perspectivas?
Lisa María Salomón y Aslin Quiala son las de mejores resultados ahora mismo. Pero me identifico mucho con Rosaidi Robles, una muchacha de 17 años que está empujando fuerte y que tiene un rendimiento muy parecido al que yo tenía.
Un mensaje
Siempre tenemos que luchar por nuestros sueños. Nunca debemos limitarnos.
(Especial para Cubahora)
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