grafimania-2-15-638Por: Lilian Cid Escalona
De dopaje se ha hablado mucho. Ha sido uno de los platos fuertes en el periodismo deportivo de los últimos meses y asunto de seguridad nacional en varios países. El dopaje, o mejor dicho, la lucha contra la proliferación de este flagelo es uno de los temas sobre lo que más se habló en 2016 y sobre lo que se continúa hablando en el arranque de 2017.
La IAAF ha sido una de las organizaciones deportivas que más ha incidido en el tema. Y es que el atletismo ha tenido implicación en casi todos los reportes de positivos que ha divulgado el COI.

En este sentido Rusia ha estado en el ojo del huracán. A los rusos le han puesto la mano encima, y con ello no digo que no sean culpables o niego las acusaciones que de las que han sido objeto. Probablemente tuvieron, como dicen, ese mecanismo de doping organizado, pero mi inquietud entorno a ello ha sido siempre la misma ¿es solo Rusia, Ucrania, Bielorrusia…? ¿Por qué el blanco mayoritario son estas naciones de Europa del Este?

La centralización de esta batalla es lo que muchas veces me hace dejar de creer a cabalidad en ella. Cierto es que han salido otros tantos positivos, pero sus sanciones me suenan a daños colaterales. El Sr. Richard McLaren, el autor de los informes que contienen los resultados de las investigaciones de la AMA en Rusia, dijo que no es este el único país donde se experimentan violaciones de este tipo y también que el atletismo no es el único deporte. La IAAF puso a Kenya, Ucrania, Bielorrusia y Marruecos en capilla ardiente, pero, aun así, no se nota que la arremetida sea la misma. La prueba es que este año el Campeonato Mundial de Atletismo para menores de 18 años se celebra en Nairobi, capital de Kenya. No se suspende, aun cuando se ha hecho público que, en esta nación, ni siquiera, existía un programa nacional sólido para combatir el dopaje. También han salido a la luz acciones sospechosas que se suceden en los campamentos de altura de este país, donde acuden atletas de todas partes del mundo. Son cosas que suceden en África, un continente cuyos habitantes han sido usados históricamente como material de ensayo de varios experimentos biológicos. Caster Semenya o incluso, la kenyana que le secundó en el podio Río de Janeiro quedan como claros ejemplo, eso para no ir más allá del deporte y tocar el tema del Ébola o el SIDA.

Por otro lado, me suena harto sospechoso que nada pase con atletas de Estados Unidos, Alemania o el Reino Unido. Parece que están demasiado concentrados en los rusos y sus parientes. Se habla de borrar los records, los registros de Jarmila Kratochvílová y de Natalya Lisovskaya y hasta los de Isinbayeva, por ser rusa, pero nadie se detiene en Florence Griffith Joyner o en Jackie Joyner-Kersee, quienes firmaron marcas igualmente increíbles.
Toda esta historia transpira falta de transparencia. Sebastian (Coe) no escapa de ello, tantos años de vicepresidente de la IAAF en la era Diack y nunca vio nada sospechoso….

Hay por delante un largo camino. No sabemos si este cuento tendrá un fin. De momento queda claro que los resultados, ninguno, es definitivo como tampoco serán totalmente héroes, los atletas que logren construir hazañas en el campo y pista. Sobre ellos, sobre todos ellos, se extiende la sombra de la duda. Esa que crecerá, y crecerá, para empañar la espectacularidad de cada proeza deportiva. Eso es, definitivamente, lo peor de todo porque llegará el momento en que el deporte dejará de emocionarnos…

Sostengo, si verdaderamente se quisiera frenar un poco las violaciones, creo que el primer paso sería atacar las violaciones como más agresividad. Por ejemplo, que se aplique globalmente lo que ya han hecho los rusos. Todo atleta que se dope (o que se haya dopado) queda, automáticamente fuera del alto rendimiento y con ello, pierde la posibilidad de competir a nivel internacional. Podrían, incluso, suspenderles de por vida. Solo así sentirían el peso de la infracción y tal vez, se lo pensarían un poco antes de incorporar estas prácticas a su cotidianidad.
Por ahí va mi idea, ¿Ustedes qué creen?

UN DATO: Rusia anduvo de Campeonato Nacional y Maria Kuchina logró marca personal de 2.03 metros. Tiene 24 años y habría sido, no me quedan dudas, la campeona de Rio si su país hubiera podido contender. Dejando a un lado el “positivo” de Chicherova, hay que aplaudir los resultados de la escuela rusa de salto de altura. Una suerte de biblia, técnicamente, hablando. Tampoco se puede tapar el sol con un dedo. Por cierto, en el nacional regresó Ivan Ukhov, lo hizo para ganar con 2.36m. También destaca el resultado de un “tal” Artem Primak (nacido en 1993) que se impuso en el salto de longitud con 8.21m. En la apertura de este torneo se celebró la ceremonia de retiro de la vallista Natalia Antiuj y el saltador de altura Alexander Shustov.

EDITORIAL: Amigos, quería agradecerles su fidelidad. Agradecerles de corazón, porque siempre llegan aquí y conversan -en la mayoría de los casos- para enriquecer lo que se publica y esto es lo que buscamos cuando colgamos algún post. Se aprecia y se agradece su concurrencia, máxime en estos tiempos en que el blog no vive sus mejores momentos en lo que a la actualización y originalidad del contenido se refiere. Por ello, también les pido disculpas, poco a poco pienso que tomaré el ritmo y, sobre todo, haré de tripas corazón para lograr regularizar el acceso a internet. Este es el factor de mayor peso en la ligera caída que ha experimentado Deporcuba. Ahora el peso de todo está sobre los hombros de Andy y no tiene tregua. Yo hago lo que puedo, pero desde casa es muy complejo y las zonas Wifi, que han sido la alternativa, ahora mismo no son una opción viable[$]. De cualquier forma, lo seguiremos intentado. Deporcuba es como un hijo para mí, y lo último que haremos es bajar los brazos. Lucharemos, siempre, por mantenerlo vivo. Un abrazo. También de parte de Lianne, que duerme de día y hace vida social de noche….