yelenaisinbayevaprofile.jpgDe la situación actual de Rusia y sus posibilidades de competir en los Juegos Olímpicos, de la decisión de la IAAF de no borrar los récords mundiales y un análisis de los registros más longevos nos comenta el colega y amigo del Diario Español As. Publicamos tres de sus últimos comentarios en su blog Carros de Fuego.

Isinbayeva: una bandera olímpica para la Zarina

Por: Ángel Cruz/Carros de Fuego

Como sabéis, la Federación Rusa de Atletismo ha sido suspendida a nivel internacional y sus atletas no pueden competir fuera de las fronteras propias. Y eso afecta a competiciones importantes, como el Europeo de Cross, donde ya estuvieron ausentes. Y las que quedan por llegar, que son las más trascendentales: Mundial en pista cubierta de Portland (Oregón, Estados Unidos), Europeos al aire libre (Amsterdam, Holanda) y, sobre todo, los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

Esta última competición es la que más preocupa, lógicamente, por la tremenda repercusión internacional de una cita olímpica. ¿Estarán los atletas rusos de la ciudad brasileña?. Sinceramente, creo que sí.

Estoy convencido de que veremos en Río a Yelena Isinbayeva, si está recuperada de su maternidad; a Sergei Shubenkov, campeón del mundo de 110 metros vallas; a Mariya Kuchina y Anna Chicherova, oro y bronce en salto de altura, a Dennis Kudryavtsev, plata en 400 metros vallas y a todos aquellos no involucrados en escándalos de dopaje.

Rusia, por aquello de la lucha contra el el consumo de sustancias dopantes o la utilización de métodos prohibidos, ha visto reducido tremendamente su potencial y en los Mundiales de Pekín sólo ganó cuatro medallas: dos de oro, una de plata y otra de bronce. Terminó la novena en el medallero y la décima en la clasificación de finalistas. Es decir, que los Juegos Olímpicos no perderían mucho con su ausencia, digámoslo crudamente, pero sería injusto que pagasen justos por pecadores. Creo que la IAAF no va a cometer ese pecado, aunque lo va a cometer en los Mundiales en sala, si nadie lo remedia en pocas semanas.

Yo creo que los rusos no implicados en el dopaje van a competir en Río, y lo harán de una manera u otra. Bien porque los esfuerzos que parece que está haciendo la Federación Rusa por limpiar su atletismo sean reconocidos por la IAAF y la AMA (ya hay comisiones conjuntas de trabajo) o bien porque los atletas rusos reciban permiso para competir bajo bandera olímpica.

En los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 se dio una circunstancia parecida, aunque diferente. La Unión Soviética se había roto en pedazos. Se autorizó a los países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) que compitieran con equipos propios, pero no al resto. En todo caso, los atletas no quedaron fuera de los Juegos. Se les agrupó en el llamado Equipo Unificado (o Comunidad de Estados Independientes), que acogía a deportistas de Rusia, Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Georgia, Kirzigistán, Kazastán, Moldavia, Tayikistán, Turkmenistán, Ucrania y Uzbekistán.

Y sus resultados no fueron malos, ni mucho menos, ya que consiguieron un total de 21 medallas, de las que catorce fueron femeninas. Segunda posición en el medallero, tras Estados Unidos. Las oro se las llevaron, entre los rusos, Andrey Perlov (50 km marcha), Maksin Tarasov (pértiga), Yelena Romanova (3.000 m), Valentina Yegorova (maratón) y Svetlana Krivelyova (peso) y por Tajikistán, Andrey Abduvaliyev (martillo). El cuarteto femenino de 4×400 metros venció con dos rusas y dos ucranianas.

El país más poderoso del Equipo Unificado fue Rusia, con mucha diferencia sobre los demás. Consiguió nada menos que doce medallas (cinco de oro), mientras que Ucrania se quedó en tres (ningún título).

El Equipo Unificado ya había competido en los Juegos Olímpicos de Invierno de Albertville, ese mismo año. Allí desfilaron en la Ceremonia Inaugural tras la bandera olímpica, que ondeaba en la ceremonia de medallas cuando un deportista de este equipo subía al podio. En el caso de los campeones, sonaba el himno olímpico.

En Barcelona cambiaron algunas cosas: también se desfiló tras la bandera olímpica, pero cuando un deportista alcanzaba medalla, se izaba la bandera de su país de origen, y cuando ésta era de oro sonaba el himno de su nación.

Estoy convencido de que algo parecido se hará en Río de Janeiro, por justicia con aquellos que no están involucrados en turbias y pestilentes maniobras. Si es que no se restituye a Rusia al concierto internacional antes de los Juegos, cosa que tampoco es descartable.

 

No a ‘resetear’ los récords mundiales

“Si hacemos tabla rasa de los récords mundiales, como propone Gran Bretaña, seremos injustos y además borraremos nuestra historia: Emil Zatopek, Said Aouita…”. Le robo la frase, sin su permiso, a Raúl Chapado, pero seguro de que me lo da.Pues me apunto a lo que dice el ex plusmarquista español de triple salto en pista cubierta.

‘Resetear’ los récords, según el término empleado por los británicos, supone anular todas las plusmarcas mundiales vigentes (se supone que también las continentales y nacionales), entre las que hay muchas de las que no es necesario dudar. ¿Por qué eliminar los 9.58 y 19.99 de Usain Bolt en las dos pruebas más rápidas? ¿Alguien ha demostrado algo en su contra? Pues entonces. ¿Y por qué eliminar los 5,06 de Yelena Isinbayeva en salto con pértiga? ¿Alguien ha demostrado algo en su contra? Pues entonces…

Y de paso, y siguiendo el razonamiento impecable de Raúl Chapado, nos quitaríamos de en medio como plusmarquistas a Emile Zatopek, Said Aouita, Bob Beamon, Edwin Moses, Alberto Juantorena, Sergey Bubka, Sebastian Coe, Steve Ovett, Steve Cram, Paula Radcliffe, Jonathan Edwards (británicos, por cierto) o… Jesse Owens y Carl Lewis.

La lucha contra el dopaje no pasa por estas cosas, me parece, aunque sobre algunos récords mundiales tengamos más que dudas razonables. Se critica mucho a la RDA, cuyo sistema de Dopaje de Estado probablemente ha sido el más férreo y más eficaz de la historia. Todos los velos oscuros se han levantado. Ya no caben dudas sobre lo que pasaba en ese relativamente pequeño país, perfectamente tecnificado en lo deportivo, con la Universidad de Leipzig como centro neurálgico de todo el sistema.

Los propios atletas han confesado que eran dopados sistemáticamente desde muy jóvenes. Pero no elegían hacerlo: pertenecían a un régimen dictatorial y si no pasabas por ese aro te ibas a enterar. Muy distinto es aquel que se dopa por propia voluntad, sin presiones estatales, sólo para conseguir mejores marcas, ganar más dinero… y dejarse la salud por el camino.

Lo mismo pasaba en la Unión Soviética (sus métodos han sido copiados ahora, pero desvelados y desmantelados, espero) y en otros países del Este de Europa. Y más recientemente en China sucedió algo parecido. En otros países, creo, el dopaje es menos institucionalizado y más personal, o en grupos de técnicos, managers, médicos… Por cierto, todas las tintas negras se vierten sobre el atletismo, pero no hay que olvidar que de este Dopaje de Estado no sólo se ‘beneficiaban’ los atletas, sino todos los deportes. De los que, por desgracia, se habla mucho menos en ete sentido.

En definitiva: no estoy a favor de que se ‘reseteen’ los récords. Como no lo están Usain Bolt, Paula Radcliffe, Stefka Kostadinova y otras estrellas. Es normal que se resistan a perder sus plusmarcas, desde luego.

Y que conste que reconozco el valor de la propuesta británica, porque, entre otras cosas, su plan le llevaría a perder dos récords mundiales: el de triple salto de Jonathan Edwards y el de maratón femenino de Paula Radcliffe.

Otro argumento para mi opinión contraria a este ‘resetear’: ¿Quién garantiza que los nuevos plusmarquistas no están también dopados? ¿Quién asegura que no sustituimos a un presunto dopado por otro dopado? Y, en España: ¿Anulamos el récord de Ruth Beitia, por ejemplo, una atleta ejemplarmente limpia?

En contra, totalmente.

Los 12 récords más viejos del atletismo mundial

Doce récords mundiales tienen una antigüedad de 27 años o más. Provienen, todos, de 1988 o antes, un período de tiempo con controles antidopaje no tan severos como ahora. En aquella época aún no había dado positivo Ben Johnson, el canadiense que en los Juegos de Seúl batió un récord mundial de 100 metros que fue anulado poco después, tras dar positivo el canadiense de origen jamaicano con un anabolizante llamado estanozolol.

El récord más viejo pertenece a la checoslovaca Jarmila Kratochvilova (en la imagen), cuyos 1:53.28 en 800 metros, establecidos el 26 de julio de 1983 en Múnich son absolutamente inaccesibles para la élite mundial actual. También tuvo el récord de 400 metros y de hecho fue la primera mujer en romper la barrera de los 48 segundos (47.99).

De los doce récords más viejos, tres pertenecen a la RDA, la URSS o Estados Unidos. Por especialidades predominan la velocidad y los lanzamientos, con cuatro récords en cada modalidad. Y la única atleta que aparece por partida doble es Florence Griffith-Joyner (100 y 200 metros), posteriormente fallecida.

32 años

Jarmila Kratochvilova (Che), 1:53.28 en 800 m

El Estadio Olímpico de Múnich fue escenario de un récord que es el más viejo de todos los que están vigentes, batido el 26 de julio de 1983. La fornida checa pasó en 56.1 por el 400 e hizo la segunda vuelta en 57.2.

Mejor marca 2015: Eunice Sum (Ken), 1:56.99

30 años

Marita Koch (RDA), 47.60 en 400 m

La alemana oriental batió la plusmarca el 6 de octubre de 1985 en el Bruce Stadium de Canberra (Australia) durante la Copa del Mundo. Desbancaba a la checa Jarmila Kratochvilova (47.99), que fue quinta en esta carrera.

Mejor marca 2015: Allyson Felix (EE UU), 49.26

29 años

Jürgen Schult (RDA), 74,08 en disco

Lo batió en el Jahn Stadium de Neubranderburgo (RDA), el 6 de junio de 1986, durante una reunión selectiva para los Europeos de Stuttgart. El viento sopló violentamente, lo que pudo favorecer el lanzamiento. Batió el récord anterior por más de dos metros.

Mejor marca 2015: Piotr Malachowski (Pol), 68,29

Yuriy Sedykh (URSS), 86,74 en martillo

Exhibición en el Europeo de Stuttgart, en el Neckarstadium, con tres tiros por encima de 86 metros. Fue el 30 de agosto de 1986. Sedykh tenía ya las dos plusmarcas anteriores.

Mejor marca 2015: Pawell Fajdek (Pol), 83,93

28 años

Natalya Lisovskaya (URSS), 22,63 en peso

Marca conseguida en el Memorial Hermanos Znamenskiy, en el Estadio Lenin de Moscú, ahora llamado Luzhniki. En la competición (7 de junio de 1987) batió dos veces la plusmarca: 22,60 en el primer tiro y 22,63 en el cuarto.

Mejor marca 2015: Christina Schwanitz (Ale), 20,77

Stefka Kostadinova (BUL), 2,09 en altura

Superó esa medida en los Mundiales de Roma, el 30 de agosto de 1987, en el Estadio Olímpico de la Ciudad Eterna. Consiguió el salto pocos minutos después del récord de Ben Johnson en 100 (9.83), posteriormente anulado por dopaje.

Mejor marca 2015: Anna Chicherova (Rus), 2,02

27 años

Gabriele Reinsch (RDA), 76,80 en disco

Lo consiguió en Neubranderburgo, en un encuentro entre la RDA e Italia. Fue el 9 de julio de 1988 en el Friedrich Ludwig Jahn Sporpark. Desbancó por más de dos metros a la checa Zdenka Silhavá. Martina Hellman había lanzado 78,14, pero en una reunión oficial, de forma que su récord no fue aceptado.

Mejor marca 2015: Denia Caballero (Cub), 70,65

FLOFlorence Griffith-Joyner (EE UU), 10.49 en 100 m

Plusmarca estratosférica en los Trials Olímpicos de Indianápolis (16 de julio de 1988). Batió por 27 centésimas el récord anterior. Se dio como oficial un viento nulo, pero testigos presenciales hablan de un viento muy fuerte a favor. Homologado de forma increíble.

Mejor marca 2015: Selly-Ann Fraser-Pryce (Jam), 10.74

Yordanka Donkova (BUL), 12.21 en 100 mv

Batió la marca en el Beroe Stadium de Stara Zagora (Bulgaria), durante los Campeonatos Nacionales, el 20 de agosto de 1988. Desbancó a su compatriota Gilka Zagorcheva (12.25 el año anterior).

Mejor marca 2015: Sharika Nelvis (EE UU), 12.34

Florence Griffith-Joyner (EE UU), 21.34 en 200 m

Lo consiguió en los Juegos Olímpicos de Seúl, el 29 de septiembre de 1988. Venció con 38 centésimas de avance. Ya había batido el récord mundial en las semifinales, con 21.56.

Mejor marca 2015: Dafne Schippers (Hol), 21.63

Jackie Joyner-Kersee (EE UU), 7.291 puntos en heptatlón

Venció en los Juegos Olímpicos de Seúl. Era también una gran saltadora de longitud: 7,49 metros, segunda mejor marca de la historia. Estaba casada con su entrenador, Bob Kersee. Hizo el récord el 24 de septiembre de 1988.

Mejor marca 2015: Brianne Theisen-Eaton (Can), 6.808

Unión Soviética, 3:15.17 en 4×400 m

Tatyana Ledovskaya (50.12), Olga Nazarova (47.82), Maria Pinigina (49.43) y Olga Bryzgina (47.80) batieron el récord el 1 de octubre de 1988, en los Juegos Olímpicos de Seúl. Estados Unidos, segundo con 3:15.51, batió también el récord anterior.

Mejor marca 2015: Jamaica, 3:19.13