485882fb3c6f86d6245c082c8990c746_article OLALLA CERNUDA/El Mundo.es

Henchidos de orgullo, con 11 medallas de oro colgadas del cuello y con Vladimir Putin impávido en el palco presidencial del Estadio Olímpico Fischt, en Sochi, los rusos han dado por concluidos los Juegos de Invierno, pasando el relevo a la ciudad surcoreana de Pyeonchang. Y lo han hecho como claros vencedores de éstos Juegos, en el medallero, en la seguridad y en la capacidad de poner en el mapa a un pequeño balneario de temperaturas casi tropicales como escenario perfecto para unos Juegos Olímpicos… de invierno.

 

 

Juegos con altas temperaturas

Y es que uno de los problemas que ha sufrido la organización de Sochi ha sido precisamente el calor y las altas temperaturas, rondando los 18ºC casi todos los días en las sedes de hielo, algo menos en la montaña, pero suficientemente altas como para convertir las pruebas de nieve en a veces un suplicio para los atletas. En los próximos Juegos, eso sí, el frío gélido y la nieve están casi garantizados. Con temperaturas medias en febrero que rondan los 5 grados bajo cero, los coreanos no tendrán éstos problemas.

Como tampoco tendrán, con toda probabilidad, que sufrir obras a toda prisa para llegar a tiempo con la construcción de las sedes, las infraestructuras, los hoteles, etc. En Pyeonchang el 70% de las instalaciones olímpicas ya están construidas y en funcionamiento, lo que supone un quebradero de cabeza menos para el COI, que bastante tiene ya con resolver el grave problema de tiempos que se les viene encima con los Juegos de Río. Se apuntan como deberes, también, intentar que los estadios luzcan con muchos más espectadores, y más animosos -los rusos han llegado a aplaudir las caídas de los rivales en finales como la de patinaje-. Y eso, en un huso horario, el de Corea, que será complicado para europeos y estadounidenses, que probablemente tengan que volver a optar por retransmitir casi todos los eventos en diferido.

Poco dopaje y ninguna plusmarca

Los Juegos de Sochi se cierran, en principio, con tan sólo seis casos de positivos durante estas dos semanas de competición, aunque lo cierto es que las muestras tomadas en la ciudad balnearia rusa, 2.500, se mantendrán durante diez años, tiempo durante el cual el Comité Olímpico Internacional se reserva el derecho a ir haciendo más análisis con nuevas tecnologías, según éstas vayan surgiendo.

Quizá relacionado con las buenas noticias en lo relativo al dopaje está las discretas en lo que se refiere a los récords del mundo: en Sochi no ha habido ninguno. Sí ha habido cinco récords olímpicos, ninguno del mundo, y todos en patinaje de velocidad, que ha dado además una de las grandes heroínas de estos Juegos: la holandesa Ireen Wust, que junto a los noruegos Ole Einar Bjordalen (15 medallas olímpicas) y Marit Bjorgen (10) sale coronada de estos Juegos.