Por José Ramón Fabelo Corzo/Especial para DeporCuba
Apenas habíamos hecho llegar a los redactores de DeporCuba la segunda parte de nuestro trabajo sobre los resultados más destacados del Barrientos, cuando conocimos –gracias a la información propiciada por Alfredo Sánchez Barrios- de un nuevo resultado que confirma la sentencia recogida en uno de los subtítulos de aquel trabajo: existen fundadas esperanzas en la velocidad masculina en Cuba.
Sólo cuatro días después de celebrado el Barrientos, el día 8 de junio, se realizó la VIII Prueba de Confrontación de la actual temporada en el Estadio Panamericano en la cual se impuso un nuevo record nacional juvenil en el relevo masculino de 4 x 100. Con registro de 39.62 segundos, los aún muy jóvenes Reidis Ramos (96), César Y. Ruiz (95), Reynier Mena (96) y Yaniel Carrero (95) rompieron de manera bastante holgada la anterior marca de 40.11 que databa, según nos aclara el propio Alfredo, del 13 de julio de 1996 en San Salvador, cuando una cuarteta integrada por Joan Lino Martínez, Gabriel González, Yoel Hernández y Misael Ortiz realizó la marca que fue record durante casi 17 años.
La cuota recién lograda en el Estadio Panamericano le hubiera otorgado a la cuarteta cubana el 6to lugar en la final del Campeonato Mundial Juvenil realizado en Barcelona el pasado año y la coloca de momento en el primer lugar del ranking mundial de la categoría en este año.
El relevo estuvo integrado en esta ocasión por dos atletas que están aún en la categoría de cadetes, Ramos y Mena, y por otros dos velocistas que se encuentran en su primer año como juveniles: Ruiz y Carrero. Eso significa que los 4 serán todavía juveniles el año próximo cuando se celebre el Campeonato Mundial Juvenil de Eugene, Estados Unidos, del 22 al 27 de julio. Por la edad que ahora tienen, estos corredores tienen grandes posibilidades de mejorar ese record, incluso este mismo año de cara al Campeonato Panamericano Juvenil a celebrarse del 23 al 25 de agosto en Medellín, Colombia.
El talento juvenil de la velocidad cubana está ahí. Esperemos que su dedicación y disciplina, por una parte, y la buena e inteligente labor de entrenamiento que se realice con ellos, por otra, los lleve a convertirse ya en Río de Janeiro en una cuarteta capaz de reeditar aquellas memorables actuaciones de los relevos cubanos en juegos estivales. De momento no hay dudas que son ya incuestionables esperanzas olímpicas.
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