Por: Eddy Luis Nápoles Cardoso/ Especial para Deporcuba

En Seúl 1988 el concierto olímpico estuvo casi completo, pero Corea del Norte, pretendió unos juegos compartidos y al no lograse la simultaneidad, no participó, en tanto, Etiopia, Nicaragua y Cuba, en solidaridad con los asiáticos, también se ausentaron.

El acontecimiento que marcó las competiciones atléticas en la capital sudcoreana, fue el escándalo por doping del canadiense Ben Johnson, quien había ganado los 100 metros, con récord mundial de 9.79 segundos, por delante del mítico Carl Lewis, el que al detectarse el uso de sustancias prohibidas (estanozolol) por Johnson, fue proclamado ganador, con crono de 9.92 segundos y récord mundial. A pesar de eso, Lewis, no corrió la misma suerte que cuatro años antes, aunque se impuso en el salto de longitud (8.72), cedió en 200 metros ante su compañero del Club Santa Monica, Joe DeLoach y la posta 4×100 (con irregularidades en la formación) era descalificada en eliminatorias.

La estadounidense Florence Griffith-Joyner fue la estrella del atletismo, al ganar tres títulos, 100 (10.54), 200 metros (21.34) y 4×100, además, logró plata en 4×400. Kenia se mostró imbatible de 800 a 5000 metros, con Paul Ereng, Peter Rono y John Ngugi. El vallista Roger Kingdom volvió a coronarse, mientras que Edwin Moses veía caer su estandarte olímpico ante Andre Philipps (USA) y Amadou Dia Ba (SEN). El soviético Serguey Bubka, a pesar de su reinado en la pértiga, ganó en Seúl su único título olímpico. La Unión Soviética copó el podio en el martillo con los mismos actores de Moscú 1980, pero ahora, Sergey Litvinov adelantó a Yuriy Sedykh, con Juri Tamm tercero. La estadounidense Jackie Joyner-Kersee fue dueña y señora del heptathlon y del salto de longitud. Entre los grandes derrotados estuvieron, los ingleses Daley Thompson (decathlon) y Steve Cram (1500 metros), el brasileño Joaquim Carvalho Cruz y el marroquí Said Aouita (800 metros).

Barcelona’92, “Unidos para siempre”

Los Juegos Olímpicos de 1992, tuvieron como sede a Barcelona, la ciudad natal del entonces presidente del COI, Juan Antonio Samaranch. El contexto mundial había cambiado, la Europa del Este, seguía estando en ese punto cardinal, pero el socialismo era pasado, el Muro de Berlín cayó y Alemania tuvo una sola bandera en Barcelona, mientras que la Unión Soviética ya no existía, pero 12, de sus 15 antiguas repúblicas tuvieron que “agruparse” en el Equipo Unificado. El COI enfrentó otro dilema, la guerra en Yugoslavia y el desmembramiento de esa nación, varios de sus atletas compitieron como Participante Olímpico Independiente.

Entrando en materia atlética, el estadounidense Carl Lewis le agregó dos títulos más a su colección, uno, en el salto de longitud, al tomarse revancha de su compatriota Mike Powell (que lo había vencido un año antes en el mundial de Tokio) y el segundo, en el relevo 4×100. Los africanos ceden terreno y ven triunfar al español Fermín Cacho (1500 metros), al alemán Dieter Baumann (10000 metros) y al coreano Young-Cho Hwang (maratón). El estadounidense Kevin Young realiza la carrera de su vida en 400 con vallas, con 46.78, récord mundial, vigente aún. La cubana Ana Fidelia Quirot es relegada a la medalla de bronce en 800 metros por Ellen van Langen (NED) y Lilia Nurutdinova (EUN), mientras que la alemana Heike Drechsler derrota a Jackie Joyner-Kersee en salto de longitud, pero la estadounidense repite en heptathlon, Gail Devers, candidata a dos títulos, se impone en 100 metros, pero en 100 con vallas, lideraba la carrera hasta el último obstáculo, cuando un tropezón termina con sus aspiraciones, provocando el inesperado triunfo de la griega Paraskevi Patoulidou. Un “Gesto Olímpico” fue protagonizado por el británico Derek Redmond, quien se lesionó en una de las semifinales de los 400 metros y ayudado por su padre completo el recorrido hasta la meta. Latinoamérica vio varias preseas, sobre todo, de Cuba, con los títulos de Javier Sotomayor (altura) y Maritza Martén (disco), las platas del 4×400 (M), del mexicano Carlos Mercenario (50 km) y los bronce de Roberto Moya (disco), relevo 4×100 (M), la Quirot, Ioamnet Quintero (altura) y la colombiana Ximena Restrepo (400 metros).

Atlanta’96, Juegos del Centenario

La ciudad estadounidense de Atlanta celebró en 1996 los llamados Juegos del Centenario, en detrimento de Atenas, la cuna olímpica. Estuvieron presentes las grandes estrellas del momento, lideradas por el estadounidense Michael Johnson, quien conquistó dos títulos, 200 y 400 metros, primero en hacerlo en los mismos juegos. En la primera prueba estampó récord mundial, con 19.32 segundos, vigente hasta Beijing 2008. El canadiense Donovan Bailey ganó los 100 metros, con récord mundial de 9.84, pero el namibio Frank Fredericks y el trinitario Ato Boldon dejaron sin podio a los estadounidenses. En 800 metros, ausente el danés Wilson Kipketer por temas burocráticos del COI, el noruego Vebjorn Rodal se vistió de héroe. África retomó la jerarquía, cuando en 1500, el argelino Noureddine Morcelli despachó al español Cacho, el burundés Vénuste Niyongabo ganó en 5000; el “emperador” Haile Gebrselassie reinaba en 10 metros; el sudafricano Josia Thugwane triunfó en la maratón y Joseph Keter, lo hizo en 3000 con obstáculos. El mítico Carl Lewis se apareció en el salto de longitud, su prueba favorita, la competencia estaba con un bajo perfil y Lewis lo subió, con un espectacular 8.50, que le proporcionó su cuarto título en esta prueba, igualando a su paisano Al Oerter y dejando su colección olímpica en 9-1-0. En el salto triple, el estadounidense Kenny Harrison con salto de 18.09, eclipsó al inglés Jonathan Edwards, mientras que el ecuatoriano Jefferson Pérez sorprendía a los caminantes en los 20 kilómetros.

La francesa con raíces caribeñas Marie-Joséc Perec, imitó a Michael Johnson, al ganar los 200 y 400 metros, en esta última, con unos de los mejores tiempos de la historia, 48.25 segundos; mientras que en 800 metro, Ana Fidelia Quirot, “cuidándose” de María Mutola, era sorprendida por Svetlana Masterkova, quien no dejó dudas y ganó, también en 1500 metros. La jamaicana Deon Hemmings opacó a las estadounidenses Kim Batten y Tonja Buford-Bailey, el 1-2 en el mundial de Götebörg, en 400 con vallas. La búlgara Stefka Kostadinova se hizo justicia en el salto de altura. En el heptathlon se impuso Ghada Shouaa, conquistando la primera medalla olímpica para Siria, mientras que Chioma Ajunwa, quien había representado a Nigeria en la Copa FIFA de 1991, se adjudicó el título en salto de longitud. Por Latinoamérica, aparte de Pérez (oro) y Quirot (plata), los otros medallistas fueron, el cubano Yoelbi Quesada (triple), el mexicano Bernardo Segura (20 km), el relevo brasileño 4×100 (M), todos con bronce.