Confieso que mi miedo para con el desempeño de Adriana Rodríguez, era la tabla en el salto de longitud. Los tres nulos de Gotzis son un recuerdo demasiado cercano en el tiempo.
Cuando sale y marca y luego vuelve a sumar, respiro. Jamás imaginé que la jabalina la desterraría de la cima en una prueba de heptalon que tenía en sus manos y mucho menos que no saldría del Mágico González caminando por sus pies. Inesperadamente triste.
Eduardo Nápoles va y renuncia a 5.30m en una jugada que solo tiene explicación en el deseo de economizar fuerzas, no solo para vencer sino para hacer su historia. El camino se ensucia con la varilla sobre los 5.40m que terminan por ser imposibles y se queda fuera del podio con apenas 5.20m. Ni lo uno, ni lo otro. Todo se tuerce.
Llueve en La Habana a cántaros. Son horas de agua que cae y algún rezago tempestuoso que nos insulta. La corriente va y viene. Los fantasmas de errar en los vaticinios entran en escena, aún hay tiempo pero duelen los quiebres.
Bárban y Ochoa prenden una luz desde el fondo. Daisnel destroza su marca personal de los 1500m, ahora exhibirá con orgullo el 3:45.99 que le dió el quinto lugar. Anisleydis ha venido a San Salvador para dejar una huella, los 10 mil también le valen para mejorarse a sí misma. Las pruebas largas han mostrado atletas con un orden hacia el progreso. Cumplir objetivos, echar el resto y superar los límites personales también son victorias. Palmas, si.
Diago y Cooper ahora tienen por delante 1.5 kilómetros para alimentar la ilusión. Sahily trae una buena temporada a cuestas y Dailys ha vencido unas cuántas batallas para llegar hasta aquí.
Jocelyn Brea es la mujer más feliz del mundo y 27 kilómetros (media Maratón+ 5000m) después se permite rematar para firmar la tercera corona de su participación.
La venezolana lo ha hecho perfecto, y las cubanas escriben su verdad. Plata y Bronce, Diago y Cooper, sendas marcas personales; el segundo y tercer mejor resultado en el escalafón cubano de todos los tiempos. Hay risas que imantan, y la de Cooper es inconfundible.También me conmueve. Muy poca gente sabe que rebajarle unos 10 segundos a su mejor ‘milqui’ era casi improbable con todo lo que ha tenido que afrontar pero ahora está hecho. HECHO está.
Patterson sale a correr los 800 con la vida. Abre el paso y solo mira al frente. El Flow State, una comunión entre ella y la meta, un pacto con los dioses para descontar esos puntos que le faltan. Araujo no tiene un mejor cierre pero cuando has hecho otras seis pruebas correr contra la tabla de puntos es una titánica tarea. Desgasta.
Marys cruza la meta y todos quedamos perplejos, hay silencio hasta que se actualiza el sumario! Lo ha hecho. Entonces va y se enfunda en la enseña nacional.
La imagen me remonta a Lima 2019 cuando Adriana se coronó tras la salida de Yorgelis por lesión. No es un deja vu pero pudiera. YORGELIS celebra el triunfo en sus estados de whatsapp, otros aún lo estamos asimilando. En Matilla habrá al menos 5978 ‘minutos’ de fiesta y Gabino Arzola, quizás, hasta esté feliz.
Dominicana se aparece con Paulino para correr el segundo tramo de relevo 4×100 de las damas. Es un acto precipitado para alguien que acaba de ganar la prueba de 400m consumiendo la pista en 49.95 segundos. Buscan en el milagro pero es Cuba quien lo obra.
Laura Moreira, Enis Pérez, Yarima García y Yunisleydis de la Caridad García hacen la carrera de sus vidas y son ahora las campeonas del relevo 4×100 de los Juegos Centroamericanos.
Ganan con tiempo de 43.17 segundo, Nuevo record para la competencia y ponen un pie dentro del ranking de clasificación a Budapest.
El cierre de Yunisleydis ha sido demoledor. Recogió el testigo y abrió turbinas. Al cruzar la meta se aseguró el título y también la escalera (cómo dirían si fuera bateadora en el béisbol). La chica de Villa Clara tiene tres medallas, una de cada color. Este va siendo el mejor momento de su accidentada carrera. La vida premia, hay que querer, creer y trabajar.
Cuba llega a seis títulos y 21 medallas en total en el atletismo. Y va dejando una bonita impresión. Quién entiende lo contrario es porque mira con criterios de otra época.
Seis siempre fue mi número clave, nueve mi dígito estrella. Este viernes gastaremos la última fecha y les puedo asegurar que la predicción más segura que podemos hacer sobre ese futuro es que nos sorprenderá.
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