Por Eddy Luis Nápoles Cardoso

Hoy continuamos con el análisis del triste destino de los eventos de medio fondo, fondo y caminata, donde Cuba nunca ha destacado a nivel mundial en esta área del atletismo. El potencial del campo y pista criollo, a los diferentes niveles (mundial, panamericano y centroamericano), ha estado repartido por etapas o ciclos, inicialmente en las pruebas de velocidad, luego en las especialidades de lanzamientos y posteriormente en el área de saltos.

Características normales de este deporte en la mayoría de los países, pues ni grandes potencias atléticas, como Estados Unidos, Inglaterra o Rusia, han logrado mantener un nivel estable en la élite mundial en todas las especialidades.

Es imposible aspirar a lograr un desarrollo equilibrado en todas las  especialidades del atletismo, con atletas que destaquen en los niveles antes mencionados, pero lo que no se puede tampoco, es renunciar a tenerlos, eso sería como negar e ir en contra de la espiral del desarrollo.

Ahora mediante varios ejemplos, les demuestro, que eso es lo ha ido sucediendo con las pruebas de medio fondo, fondo y caminata, que incluye, el cierre de bases o academias y eliminación de matrículas en centros nacionales de alto rendimiento.

Son innegables los logros conquistados por los maratonistas cubanos en Juegos Panamericanos, iniciados con el triunfo de Rigoberto Mendoza, en la cita de México, 1975, continuado por Radamés González, en San Juan, 1979, Alberto Cuba, en La Habana, 1991, Mariela González, en Río de Janeiro, 2007 y Richer Pérez, en Toronto, 2015, pero también hay medallas de plata, Maribel Durruty, La Habana, 1991; Mariela González, Santo Domingo, 2003 y de bronce, la propia Durruty, Indianapolis, 1987 y Radamés y Emperatriz Wilson, La Habana, 1991.

Como tampoco se pueden desconocer, los triunfos de Adriana Muñoz (1500 metros) en dos citas panamericanas, ni las actuaciones de Ángel Rodríguez y Yudelkis Martínez, quienes, conquistaron preseas de plata en 10 mil metros, el primero en La Habana, 1991 y la segunda, en Santo Domingo, 2003, mucho menos, las medallas de bronce, de Luis Medina (1500 metros), en México, 1975; Juan José Linares (10000 metros); Juan Ramón Conde (3000 c/o); Edel Modesto Oliva (50 kilómetros caminata), en La Habana, 1991 y de José Alberto Sánchez (3000 c/o), en Río de Janeiro, 2007 y Guadalajara, 2011.

Se me hace imposible relatar los triunfos y medallas en el área de fondo y caminata, en Juegos Centroamericanos y del Caribe, pero les reseño que, José Cobo, ganó en tres ocasiones, la medalla de oro en 3000 con obstáculos (Santo Domingo, 1974, Medellín, 1978 y La Habana, 1982), que Luis Medina ganó en dos oportunidades, el título en 1500 metros (1974 y 1978), que Aldo Allen, triunfó en 10 mil metros, en La Habana, 1982; que Edel Modesto Oliva, ganó los 50 kilómetros de caminata en Ponce, 1993 o que Sergia Martínez se impuso en 3000 metros planos en La Habana, 1982.

Otros resultados significativos resultan, la medalla de plata de Juan Ramón Conde (3000 con obstáculos), en los Juegos Mundiales Universitarios, de Zagreb, 1987; el título de José Alberto Sánchez  (3000 con obstáculos), en el Campeonato Iberoamericano, en Cadiz, 2010; la medalla de bronce de la marchista Oslaidys Cruz (20 kilómetros), en la Copa Panamericana de Marcha, México, 2000. También  en la categoría juvenil destacan varios títulos y preseas a nivel panamericano y centroamericano.

En los años 70 y 80 del pasado siglo, supuestamente, con mucho menos desarrollo tecnológico y conocimientos científicos en materia de entrenamiento deportivo, pero con más visión y proyecciones de desarrollo, los atletas cubanos de las especialidades de medio fondo y  fondo, también lograron sobresalir en diferentes meeting en Europa; veamos algunos ejemplos; en 1974, José Cobo (3000 c/o), es segundo en Praga y tercero en 1500 metros en el Pravda Televizia Slovnaft de Bratislava (PTS); en 1975, Luis Medina (1500 metros), es tercero en Potsdam (Alemania); en 1977, Medina (5000 metros) y José Cobo (3000 c/o), logran segundo lugares en el Memorial Rosycki de Praga. En 1978, Melquisés Fonseca (3000 metros), ganó en Tbilisi y Aurelia Pentón (1500 metros), era octava en la prestigiosa Weltklasse de Zürich.

En la década siguiente, en 1985, Alicia Diffourt (1500 metros), ganaba en Barcelona, España; en 1987, Juan Ramón Conde (3000 c/o), es primero en Verona, Italia; en 1988, Ángel Rodríguez (3000 c/o), es tercero en Atenas, Grecia, mientras que Juan Ramón Conde (3000 c/o), es sexto en el PTS Gran Prix de Bratislava; en 1989, su hermano Juan Antonio (3000 c/o), gana el Memorial Bronislaw Malinowski, de Varsovia, Polonia, donde Juan Ramón, es tercero. En los años 90, en menor medida, destacan, José Luis Isaac (1500 metros) y Juan Ramón Conde (3000 c/o), ambos con cuarto lugares en Grosseto, Italia.

La prueba de maratón también acumula varios premios en lides foráneas, con los triunfos de Radamés González, en Calviá, Portugal en 1988 (2:13:08); en Valencia, España, en 1989 (2:15:57); en Mérida, México, en 1991 (2:18:47), antes, en 1986, había sido tercero en Sevilla, España (2:17.27) y en 1988, decimoquinto en Milán (2.14:32). Por su parte, Alberto Cuba, se impuso en Londres, Inglaterra, en 1991 (2:15:00); en Mérida, México, en 1992 (2:10:53); en Caracas, Venezuela, en 1995 (2:15:10); en Madrid, España, en 1997 (2:16:01) y en Panamá, en 1999 (2.21:11).

También se contabilizan excelentes ubicaciones entre las féminas, con los triunfos de Emperatriz Wilson, en Caracas, en 1992 y 1997, en Torreón, México, en 1993 y San José, Costa Rica, en 1995, logrando además aceptables ubicaciones en las maratones de Berlín (15°), en 1990 y el 25° en 1991, mientras que era 15° en New York, en 1989; Mariela González, por su parte, ganó en Madrid, en 2000 y fue tercera  en San Luis de Potosí, México, en 2008, en tanto, Maribel Durruty, fue segunda en Valencia, España, en 1990 y el 23° en Leipzig, Alemania, en 1987.