YulieskiGourriel_ReynierBatista_DeporCuba_thumb.jpgTomado del Blog La Plaza de Sayli/ Escrito originalmente con el título «El karma es redondo y viene en cajas cuadradas»

Los hermanos Gourriel dicen adiós. Aprenderemos, por las malas, que hay cosas que deben cambiar cuando la mayoría así lo piensa. Que los méritos hay que ganarlos con el sudor propio y que las glorias pasadas son solo eso: pasado; y que el pasado sirve, sí, (y mucho) pero no para calcarle el presente ni el futuro.

Aprenderemos, por las malas, que la vara con que se mida el talento y las oportunidades debe ser la misma, sin importar el apellido o las redes familiares. Que ningún pelotero necesita guardaespaldas, así sea su supuesta grandeza, porque aquí lo más que hará el público será tirarle una trompetilla.

Aprenderemos, por las malas, que la disciplina no es saco que le sirve a unos y a otros no; y que los privilegios raras veces tienen justificación.

Aprenderemos, por las malas, que si queremos jugar en serio, hay que ponerle seriedad a todo y, en primer lugar, definir qué es juego y qué no.

Aprenderemos, por las malas, que conformar un equipo de béisbol no debía ser un ejercicio de Alta Política, porque no será la política la que decida en tres y dos y con las bases llenas.

Aprenderemos, por las malas, que en un juego se gana y se pierde. Que ganar no es sinónimo de poderíos y que perder es una derrota, solo en el terreno.

Aprenderemos, por las malas, a no equivocarnos tanto, aunque sea por temor al karma.

PD: El problema no es que los Gourriel abandonaran el equipo, sino que llegáramos a pensar que nunca lo harían…