por: Lilian Cid Escalona
Lázaro Martínez es el campeón mundial bajo techo. El 2022 ha sido un año especialmente importante para él, que venía de arrasar —literalmente— en las categorías inferiores donde ganó tres preseas de oro antes de cumplir los 20 años de edad.
Desde entonces, el octavo lugar de los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro era su principal resultado hasta que despegó en Belgrado para titularse en este 2022.
Así las cosas, Lázaro Martínez es uno de los referentes dentro de la comitiva cubana que asistirá al campeonato del mundo al aire libre en Oregón, a celebrarse entre el 15 y el 24 de julio próximo.
Con el oriundo de Guantánamo conversamos, para conocer de primera mano cómo valora la temporada y cuáles son sus proyecciones:
—Viajemos en el tiempo. ¿Cómo guardas las sensaciones de ese título que ganaste en Belgrado?
—Fue algo que pasó demasiado rápido. En la temporada de invierno tuve dos competencias antes del mundial, las dos las gané, y bueno me presenté en el mundial en óptimas condiciones, me sentía muy bien y llegué con la mejor marca mundial.
“Allí estaba Pedro Pablo Pichardo, actual campeón olímpico, pero bueno eso no fue un obstáculo para mí, simplemente estaba enfocado en hacer lo mejor posible y seguir con la estabilidad que tenía sobre los 17 metros. Salió el 17,64m que me colocó arriba y finalmente me valió para esa medalla de oro que fue una sorpresa para mí y para mi entrenador”.
—Regresaste a la competición en verano. Te presentaste dos veces en Europa con sendos títulos saldados con idénticos brincos de 17.30, uno de ellos para ganar el Campeonato Iberoamericano en Alicante. También competiste acá en el Memorial Barrientos, con victoria de 16.97m. ¿Cuál es la proyección desde ahora hasta el campeonato del mundo?
—Lo estamos manejando bien, aunque no es un secreto que estando en Europa teníamos mejores condiciones y oportunidades para la preparación. Pero acá estamos haciendo el trabajo y lo más importante es que me siento bien físicamente y estoy enfocado. El Barrientos fue parte de la preparación, una antesala para el mundial y ya lo que nos queda es seguir, buscando sobre todo mantener la estabilidad sobre los 17 metros.
—¿Y el mundial de Oregón?
—Ahora mismo ese campeonato mundial, como decimos los cubanos, le pone la tapa al pomo, porque venir de un título bajo techo y ganar al aire libre sería un logro magnífico. Luego a mirar a Paris que también es parte de los sueños. Solo decir que estamos trabajando para dar el máximo, con tranquilidad, disciplina y “pinchando” día a día para mantenernos arriba.
—¿Te visualizas en ese podio?
—Sí. ¡Claro que sí!. Me siento con fuerzas. He estado al tanto de los resultados de mis compatriotas que están al mejor nivel y es una lástima que Andy Díaz y Jordan Díaz no puedan competir en el mundial, pero bueno, queda Zango y queda Pichardo. Será una competencia dura, pero nos sentimos parte de eso así que pa´lante.
—¿Qué tiene Cuba para el triple salto?
—Yo me siento súper orgulloso de ser cubano. Al ver que ahora mismo que en la élite mundial todos los de arriba somos cubanos me hace sentir feliz, y orgulloso del gran trabajo que están haciendo aquí los entrenadores.
—¿Cuáles han sido las claves para lograr finalmente los resultados que se esperaban?
—Principalmente en mí, la clave para poder llegar a esto fue la disciplina, la organización y el enfoque en las cosas que uno verdaderamente quiere lograr. Anteriormente era lo que me faltaba, tenía el talento, las condiciones, pero me faltaba esa disciplina, ese enfoque.
“Además, creo fundamental la confianza que tengo en mi entrenador, que eso para mí también es extremadamente importante”.
—¿Háblame del Team Chispa?
—Somos una familia. Nuestra relación no es solo profesional, sino también en lo personal. Con Yoelbis Quesada (Chispa) tengo muy buena comunicación, como padre e hijo y eso es también la clave del éxito entre un atleta y un entrenador, que se entiendan y haya comunicación, con eso yo creo que se puede llegar muy lejos.
Fuente: Cubahora
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