Entrevista_Ioamnet Quintero_Lilian Cid_Deporcuba (3)Por: Lilian Cid Escalona (versión extendida)

A ciencia cierta no sé, no recuerdo, si alguna vez la vi competir, sin embargo, fue cruzarme con ella y que saltaran todas las alarmas. Su rostro no es infalible, pero resiste incólume el paso de los años. Sorprende, porque no son pocos, y la expresión guarda especial similitud con aquella foto que le dio la vuelta al mundo, tras su coronación en el salto de altura durante el Campeonato Mundial de Stuttgart 93’. 

¿Ioamnet Quintero? …Y aunque confirma nuestro parecer, el que la intercepte le extraña, quizás, porque veinte años valen para mucho, hasta para olvidar que las personas solían reconocerle por sus logros como atleta.

Ioamnet Quintero fue, además, ganadora del bronce olímpico en Barcelona’ 92. Saltó más de dos metros. Es una de las dos mujeres, ella y Silvia Acosta, que lo han conseguido en la historia del atletismo cubano. Habitó en una época de mucho rigor en materia de resultados, y se codeó con la élite de esta especialidad en tiempos de ases como su propia compañera de equipo Silvia, Alina Astafei, Heike Henkel y Stefka Kostadinova, por citar algunas de las rivales que encontró durante la primera mitad de la década de 1990.

¿A qué se dedica actualmente?

Estoy trabajando con categorías pequeñas (8-11 años) en los terrenos aledaños a la Ciudad Deportiva y también en el Fajardo (Instituto Superior de Cultura Física Manuel Fajardo) aquí en La Habana. En estas edades se trata de insertar al niño en los conocimientos generales del atletismo, no hay una especialización de su desarrollo atlético. Estoy sumergida en esta etapa infantil, tratando de transmitirle la pasión por este deporte y a la vez observar cuáles podrían ser sus puntos fuertes, aunque hago énfasis en mi disciplina, el salto de altura.

En el trabajo con estas categorías se nota aun más ese déficit de implementación que constantemente sale a la palestra pública como una de las principales dificultades que atenta contra el desarrollo óptimo del deporte cubano. El salto de altura no está exento, al contrario, probablemente clasifique entre las especialidades más afectadas debido a sus características. ¿Cómo vive este fenómeno en su día a día?

Hay una carencia marcada de implementación en el atletismo de manera general, pero en el salto de altura se vuelve una condicionante de mucha importancia porque el colchón y la varilla es fundamental para transmitir las primeras nociones técnicas sobre la ejecución del salto.

¿Alternativas?

Aún cuando en estos primeros años se trabaja el salto alto en la forma de tijera, que es lo más sencillo para un niño pequeño, el colchón y la varilla son muy necesarios. Ante la ausencia tenemos que utilizar la variante de saltar en la hierba para que la caída sea menos dramática y no repercuta en el niño que se enfrenta por primera vez a la ejecución de esta especialidad, al despegue con un solo pie. 

Se utilizan diversas variantes a los implementos originales, pero siempre se corre el riesgo de no poder llegar a valorar en toda su magnitud las potencialidades y el talento que tienen.

ioamnet

Ioamnet Quintero_Foto: Getty Images

Ioamnet Quintero estuvo en el Equipo Nacional durante la década de 1990. Años pródigos para el atletismo cubano. Era el tiempo de Javier Sotomayor, Ana Fidelia Quirot, Iván Pedroso, Yoelbi Quesada y tantos otros…

Pertenece a la llamada generación dorada del atletismo cubano. ¿Cómo recuerda la experiencia?

Fue realmente una época dorada en la que el atletismo se desplegó en mayúsculas por sus resultados. Había representantes en varias especialidades y con marcas de nivel, lo cual potenció aun más el desarrollo de cada uno de los atletas debido a la rivalidad que existía, que nos obligaba a prepararnos muy fuerte. Tampoco había tantos problemas de implementación o de presupuesto como en los tiempos que vinieron después con la agudización del período especial, y esto nos permitía contar con un buen ambiente para desarrollarnos.

Es un hecho que los resultados del atletismo cubano a escala internacional han disminuido notablemente. A su juicio, ¿qué factores han incidido directamente en ello?

Te hablaba de la caída del campo socialista y el período especial. Esta es una de las causas porque las condiciones empeoraron y el desarrollo del deporte se vio afectado directamente por las carencias del país. También perdimos mucho personal con talento, tanto preparadores como atletas que han salido del país por diversas causas y ello trae consigo la falta de continuidad de los resultados.

Se observa una recuperación. Al menos hay atletas jóvenes con perspectivas e incluso resultados de mucho nivel de acuerdo con su edad. ¿Qué cree de la generación actual?

Hay mucho potencial y atletas muy talentosos en la preselección nacional. Nos falta lograr que materialicen esos resultados que por sus condiciones y progresión se espera de ellos. Hay un proceso de recuperación en el atletismo y me siento parte, de conjunto con muchos compañeros de las generaciones anteriores, que hacemos lo que está en nuestras manos y tratamos siempre de dar nuestro máximo apoyo a estos muchachos y brindarle nuestra experiencia. Nos gratifica poner un granito de arena, aunque solo sea transmitir nuestras humildes experiencias o simplemente hacer acto de presencia.

El estado de su prueba en el equipo nacional es, especialmente, preocupante…

Después de nuestra época, después de Silvia Acosta y de mí, no ha habido una figura que se haya logrado establecer y dar continuidad a los resultados que alcanzamos. Se está tratando de encaminar la especialidad, también poniendo en práctica competencias como el Festival de Saltos José Godoy, de descubrir talentos y sortear este período.

Y en el país…

De manera general hay una base amplia, porque más allá de las limitaciones se está trabajando con los niños y con los adolescentes, queda poder encaminarlos, que no se desmotiven, que no pierdan la perspectiva para que puedan conducirse hasta tener resultados de nivel.

Si de remembranzas se trata, Ioamnet no oculta su satisfacción por las preseas ganadas y agradece cada momento que pudo protagonizar, sobre todo el que atestiguara Berlín, el 3 de marzo de 1993, cuando con salto de 2,01metros superó, por primera vez, a la todopoderosa búlgara Stefka Kostadinova.

Era una época muy fuerte para el salto de altura, con muchas figuras donde resaltaba ella, Kostadinova. Ganar allí con todas compitiendo fue muy grato, me exigió al máximo pero esos momentos en los que luchas y ganas, son los que te dan la fuerza de seguir adelante.

Stuttgart, ¿título memorable?

Fue una competencia dramática, por ello es un resultado que valoro mucho. Salté con la pierna de despegue infiltrada (hace una pausa, la mezcla de sensaciones se hace evidente en su rostro). Tuve que hacer de tripas corazón, apelar a la experiencia que había adquirido y también a la excelente preparación física porque tenía el pie totalmente dormido. Lo pienso como una hazaña, porque apenas puedo explicar cómo sucedió.
¿Sientes que te debes algo?

No me reprocho nada porque cuando miro atrás siento alegría de saber que di todo de mí. A veces pienso que podría haber tenido una vida deportiva más larga, pero las lesiones también hicieron su parte. Me quedo con haberme entregado con todo el esfuerzo, el sacrificio, la disciplina y la concentración que lleva ser atleta de alto rendimiento.

¿Qué se siente al saltar 2 metros?

Los atletas normalmente trabajamos con objetivos, hitos numéricos que debemos ser capaces de superar. Tienes que saltar, por ejemplo, 1,70, 1,80 o 1,90m, y esto era una prueba de que la preparación fluía con éxito y que ibas avanzando. Sin embargo, los 2 metros son diferentes, porque aunque es una altura especial, no fue jamás un freno, o un objetivo más cumplido, fue una inyección de deseos para seguir buscando más, con mucha más ilusión.

El Festival de Saltos José Godoy…

Es una iniciativa excelente, sobre todo esta última edición que se ha hecho bajo techo ya que rompe con la tendencia de los eventos que se hacen en nuestro país y en ello también va una motivación adicional para todos los que participan, en especial, a los niños. Hay que apoyar con todo lo que se pueda la realización de este tipo de eventos para que tengan una larga vida. Además de potenciar la búsqueda de talentos y ampliar las oportunidades competitivas de nuestros saltadores, es una idea que favorece al espectáculo y a la familia del atletismo y esto siempre se agradece. 

Habla con especial satisfacción de estos escenarios techados, ¿ se decanta usted por este ámbito o por el convencional?

En los dos, al aire libre y bajo techo, tuve resultados y pienso que me conducía competitivamente bien en ambos pero el bajo techo es mi fascinación. La forma en que se compite, la cercanía con el público y el ambiente que se crea en este tipo de competiciones es único.

¿Que anhela?

Sentarme a ver la TV y poder aplaudir la coronación de un campeón cubano en mi especialidad.

El deporte siempre…

Si, por un tiempo no estuve activa pero del deporte y del salto de altura no me separaré nunca porque básicamente ha sido mi vida, y siento que tengo que ser recíproca con todo lo que el deporte me dio y la manera fundamental es estar siempre ahí, disponible y lista para ofrecer mi mano.