Mohamed «Mo» Farah, el ilustre corredor británico de origen somalí y recientemente ganador de dos títulos olímpico ( 5000 y 10000m) en Londres atesora alrededor de su vida, material para contar varias historias. Una de ellas, quizás la más conmovedora, es la de su hermano gemelo Hassan Farah.
Durante la década del ´90, la cruenta Guerra Civil que agobiaba a Somalia forzó a la separación precipitada de muchas familias, cuyos integrantes emigraron para buscar seguridad, lo más lejos posible de los sangrientos pasajes que vivía la nación africana. Del terror, no escapó la casa del entonces niño de ocho años Mohamed. Muktar Farah, patriarca de los Farah, emigró a Gran Bretaña acompañado de tres de sus hijos; uno de los cuales era Mo. Así Hassan, su hermano gemelo, quedó detrás, sufriendo la turbulenta separación:
«Estábamos juntos para todo, éramos inseparables», dice Hassan. «Comíamos del mismo plato, dormíamos, jugábamos y estudiábamos juntos. Hay un amor especial entre gemelos que es diferente al resto de amor entre hermanos».
El diario británico Daily Mail, es el autor de la crónica que revela detalles de su diálogo con el gemelo Farah tras una profunda pesquisa que les permitió ubicarlo en la pequeña ciudad de Hergeisa.
Allí vive hoy Hassan junto a su mujer y cinco hijos. Y, a pesar del tiempo transcurrido, parece no haber olvidado a su hermano, con quien no tuvo comunicación hasta 2003, 12 años después de su turbulenta separación.
«Cuando Mo se fue, quedé con un vacío en mi corazón. Ese espacio nunca ha sido cubierto, él aún está en algún lugar de mi corazón y sé que yo en el suyo también. Como en muchas familias somalíes fuimos separados por la guerra. En mi caso fue más trágico que para la mayoría. Siento que perdí la otra parte de mí mismo, mi hermano gemelo».
Hassan creció, en medio del polvo y la pobreza africana, en un suburbio del estado de Djibouti mientras observaba, sin resentimientos, como su hermano escalaba posiciones y se convertía en un atleta de clase mundial.
Mo, en tanto, rara vez habla de la familia que dejó atrás en África, aunque salvando las dificultades de comunicación, se ha vuelto un poco más cercano a su hermano.
«Cuando mi hermano ganó el oro en los 10000 metros yo fui una de las primeras personas a las que llamó. Me dijo ‘reza por mí, hermano. Tengo grandes esperanzas en un segundo oro. Es por lo que he estado esperando todo este tiempo'»
Éramos unos chicos deportivos –recuerda Hassan- Mo y yo jugábamos al fútbol en las calles y corríamos mucho persiguiendo a otros chicos. Siempre derrotábamos todos. Llevamos los mismos genes, ¿quién sabe en que podríamos habernos convertido?
Podríamos haber sido los famosos gemelos olímpicos. No puedo dejar de pensar en ello cuando veo sus carreras, pero es mi germano, lo quiero y me siento muy feliz y orgulloso de su éxito. -sentenció-
Enhorabuena, Lilian. Muy bonito y muy bien contado.
Ángel Cruz
(AS, as.com y el blog Carros de Fuego)
Un excelente artículo me gusto mucho, se puede apreciar todo lo que significan los familiares para un deportista, ya que a veces tienen que estar separados por mucho de sus familiares por situaciones de entrenamiento y preparación, y en esta caso por problemas ajenos al deporte que indudablemente afectaron la carrera deportiva de este excelente atleta que acaba de lograr dos títulos olímpicos.
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