Uruguay 30 Por Andy Bermellón Campos (@abermellon)

Menos de un mes nos separa del inicio de la vigésima edición de los Campeonatos Mundiales de Futbol, que esta vez tendrá como escenario al Gigante Sudamericano, quien acoge por segunda ocasión- la primera vez en 1950- la cita mundialista. Más de ocho décadas nos distancian de los orígenes del prestigioso evento, que auspicia de la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA) desde las primeras décadas del siglo XX.

Para el verano de 1930 la capital uruguaya acogería la primera edición de los Campeonatos Mundiales de Futbol, designación otorgada por el Congreso de la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA) en 1929 en la ciudad española de Barcelona, designación que no contó con el apoyo de las naciones europeas para la realización del primer mundial en tierras sudamericanas. Jules Rimet presidente de la institución futbolística en aquel entonces, legitimaba la candidatura uruguaya por múltiples razones de índole deportivo y cultural, debido a que el equipo suramericano se impuso en las ediciones de 1924 y 1928 de los torneos futbolísticos de los Juegos Olímpicos- Paris 24 y Ámsterdam 28- por lo que fueron bautizados como la Celeste Olímpica, y precisamente en ese mismo año los rioplatenses cumplían un siglo de su independencia, lo que tenía una connotación simbólica y cultural para los uruguayos.

Este primer torneo tendría varios matices negativos que entorpecerían la propuesta de Federación Internacional. Precisamente para año 1929 el mundo sufría las consecuencias de unas de las mayores crisis económicas, la cual ocasionó desempleos y quiebras de importantes sectores económicos y la insipiente experiencia institucional de la federación internacional en la realización de eventos múltiples.

En la práctica organizativa de la primera edición, hubo algo de improvisación, donde los participantes llegaron al Montevideo 1930 por una invitación sin eliminatoria, única vez que ha sucedido en la historia mundialista. Solamente cuatro equipos del Viejo Continente aceptaron el reto de atravesar las aguas del Atlántico – Francia, Bélgica, Rumania y Yugoslavia- las cuales no se unieron al boicot de la mayoría de las naciones europeas. Los organizadores completaron el torneo con ocho selecciones suramericanas, Estados Unidos y México. El sorteo de las llaves solo quedó definido cuando los equipos arribaron a la sede del evento, donde se conformaron cuatro grupos donde quedaron distribuidos los dieciséis equipos del torneo. En el grupo A se agruparon cuatro selecciones- único grupo del mundial conformado con más de tres conjuntos- encabezados por los argentinos, los cuales fueron acompañados por los galos, mexicanos y chilenos. Los albiceleste dominaron el grupo con goleada sobre los mexicanos de 6×3 y 3×1 ante los chilenos, partido donde se marcó el primer penalti de las Copas del Mundo, por el árbitro boliviano Ulises Saucedo.

El apartado B quedó integrado por cariocas, yugoslavos y bolivianos, donde los brasileños salían como amplios favoritos para imponerse ante Yugoslavia en el partido inaugural, pero cedieron ante la escuadra balcánica dos goles por uno, lo que marcó la eliminación directa de los brasileños, y la primera sorpresa del torneo. Los anfitriones encabezaron la clasificación por grupo C del torneo al superar por la mínima a los peruanos y por goleada a los rumanos. El equipo charrúa fue muy cuestionado por la prensa uruguaya, donde criticó el poco poder ofensivo mostrado por los anfitriones ante rivales de menor nivel.

Las sorpresas del mundial quedaron listas para el grupo D, donde los norteamericanos derrotaron a belgas y paraguayos respectivamente. La inexperta escuadra norteamericana logró sendas goleadas, la primera ante el conjunto europeo y la segunda ante los sudamericanos, donde el joven norteamericano Bert Patenaude protagonizó el primer hack trick de la historia mundialista, precisamente el poder ofensivo de la escuadra norteña, llamó mucho la atención de la prensa especializada, debido a la poca experiencia de muchos de sus integrantes.

Con los cuatro semifinalistas clasificados se avizoraban duelos entre argentinos y norteños y uruguayos ante los balcánicos El primer partido semifinal lo protagonizaron Argentina y Estados Unidos, dominado por la albiceleste de principio a fin. La primera parte terminó con un reñido marcador de 1-0 con gol de Monti para los argentinos. Los estadounidenses en la segunda parte fueron neutralizados y mostraron muy poco poder ofensivo, para finalmente caer con goleada 6–1. En la segundo partido semifinal los anfitriones se vieron sorprendidos por el único representante de Europa en la etapa final. Yugoslavia, logró adelantarse en el marcador por gol de Sekulić. Sin embargo, Uruguay reaccionó en la segunda parte y consiguió ganar 6-1 con una tripleta de Pedro Cea.

En la final, los dos países sudamericanos midieron fuerzas en el Estadio Centenario-construido especialmente para el mundial y para la celebración del siglo de independencia uruguaya-con una capacidad para 100 mil simpatizantes. Los albiceleste lograron en el entretiempo una mínima ventaja de 2 a 1, con goles de Stabile y Peucelle por los argentinos y Dorado por los locales. En la segunda mitad los anfitriones lograron revertir el marcador con tres goles a la cuenta de Cea, Irriarte y el manco Castro, para vencer 4×2 a los argentinos y pasar a la historia de los mundiales como la primera selección en ganar el Mundial de Futbol.

Misceláneas del Mundial

Guillermo Stábile

El delantero argentino logró 8 goles en 4 partidos en su única participación mundialista. Stábile integró la selección argentina a Montevideo como suplente. A pesar de no jugar el primer partido ante Francia, acabó siendo titular indiscutible por una crisis nerviosa de Norberto Cherro y líder del goleador del torneo.

Brasil

Los jugadores del torneo paulista no quisieron viajar a Uruguay, menospreciando la cita de Montevideo. Además, su mejor futbolista, Arthur Friedenreich, no pudo jugar por no ser totalmente blanco ya que el fútbol brasileño era muy clasista por aquella época. Marcó la decepción de la primera cita mundialista.

Héctor Castro

El delantero uruguayo apodado como El Manco no solo es recordado por marcar el primer gol de los celestes en un mundial sino también por jugar al fútbol sin su mano derecha. Castro sufrió un accidente en su antebrazo derecho con una sierra eléctrica a la edad de 13 años. También era conocido como ‘El divino manco’.

Copa Jules Rimet

Aunque originalmente el trofeo se llamó Victoria, más tarde se le otorgó el nombre del fundador del campeonato. En 1970, Brasil la ganó en propiedad, haciendo necesaria la creación de otro trofeo para su reemplazo. El trofeo ha sufrido dos robos, la última, en 1983, fue definitiva.

Estadio Centenario de Montevideo

El Mundial de Uruguay fue el único que se ha celebrado sólo en una ciudad: Montevideo. Estaba previsto que se disputara todo el campeonato en el estadio Centenario, pero debido a los retrasos en la construcción del mismo tuvieron que celebrarse varios partidos en los estadios de Pocitos y el del Parque Central.

 

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