
El pelotero más mediático de Cuba hoy, Yulieski Gurriel, ha motivado no pocas especulaciones informativas entre aficionados y medios de prensa nacionales e internacionales tras la cancelación a principios de abril de su contrato con el club Yokohama DeNA Bay Stars, de la Liga de Béisbol Profesional Japonesa (NPB).
Para aclarar lo sucedido nadie mejor que el antesalista del equipo Industriales y de la selección nacional, recuperado ya de la lesión (desgarradura del muslo derecho) que presentó a finales de la 54 Serie Nacional. El diálogo exclusivo, pero imprescindible, dejó para más adelante la entrevista pendiente sobre una carrera deportiva signada por las comparaciones, la fama y grandes resultados.
¿Qué marcó tu decisión de no estar jugando hoy en Japón?
Hubo algunas irregularidades del contrato que comenzaron al desconocer yo el tiempo tan rápido en que debía incorporarme al club Yokohama. Desde el mes de marzo ellos preguntaron cuándo debía ser mi partida hacia Japón y la primera fecha que acordaron nuestros federativos, sin habérmelo comunicado, fue cuatro días después de terminar con mi equipo en la Serie Nacional.
¿Pudiste hablar directamente con los directivos del club al enterarte de ese hecho?
El día antes del último partido con Industriales, celebrado el 19 de marzo, me informan que debía salir el 24 de ese mes a cumplir el contrato, algo que no sabía. El 22 recibí una llamada del club para decirme que ya estaba el pasaje y ratificar mi presencia según lo acordado. Les expliqué que sufría una lesión en ese momento y que prefería recuperarme en Cuba antes de partir, puesto que el pasado año tuve algunas lesiones allá e incluso jugué con dolor una parte de la temporada, pues con los médicos japoneses no pude tener buena comunicación.
¿Cómo reaccionaron ellos?
Al decirles eso, el club decidió enviar una comisión para valorar la lesión y llegar a un consenso sobre la fecha de incorporación. Tras analizar todos los exámenes médicos la propuesta de ellos mismos fue que el 16 de abril debía reinsertarme en la NPB, cuando ya estaría recuperado tras concluir el tratamiento.
¿Qué impidió cumplir con eso?
Otra irregularidad, pues la condición para esa reincorporación fue ponerme una multa del 40 % del contrato, así como un descuento de más de 8 mil dólares diarios desde el 24 de marzo al 16 de abril por no haberme presentado. Les mostré mi desacuerdo con esa medida, primero, porque desconocía la fecha acordada y segundo, porque el motivo de la tardanza era una lesión real, no un invento.
¿No es un tanto excesiva esa sanción?
Ellos coincidieron en que quizás era muy alta la cuantía de la multa, pero explicaron que se trataba de una decisión de la oficina del Comisionado de la NPB para los extranjeros que incumplían o violaban la fecha de contratación una vez inscrito en la lista de la liga. Les recordé además el pago de un impuesto del 28 %en Japón, tal y como establecen las leyes de ese país.
¿En tu contrato decía algo relacionado con esa multa?
Nada. Les mostré el contrato firmado, que conservo copia en mi poder, y que tiene un documento adicional con el siguiente texto: “El Club no presentará el Contrato Uniforme a la oficina del Comisionado de la NPB hasta que el acuerdo completo sea firmado por el Club y el jugador”. Es decir, no sabía que se había presentado ese Contrato Uniforme porque fue un proceso que se hizo sin mi consentimiento.
¿Qué implica la cancelación firmada por ti?
En realidad lo que firmé con la comisión del club fue la cancelación de la inscripción en la NPB, pues en ningún momento firmé el contrato final. El acuerdo del dinero a ganar había sido verbal. Una vez hecho eso me declararon agente libre y puedo ser contratado por cualquier equipo de la NPB o de cualquier otra liga.
¿Lecciones y aprendizaje de esta experiencia?
Ahora aparezco como indisciplinado por lo divulgado por muchos medios de prensa internacionales, pero de lo que se trató, en esencia, fue de irregularidades y desconocimientos por parte de los encargados de esa contratación. Es bueno decir también que Cuba está comenzando en esto, de ahí que no se dominen todavía todos los aspectos, reglas y documentación para negociaciones a este nivel.
¿Has recibido alguna otra propuesta para jugar en el exterior?
No tengo hasta el momento ninguna oferta ni propuesta de otro equipo o liga. Solo estoy enfocado en prepararme física y técnicamente para seguir jugando béisbol, que es el sentido de mi vida.
Quién tiene interes en leer justificaciones como esas. Se parecen muchísimo a las que redactan los periódicos por orden y mandato del INDER, donde siempre los otros son los culpables.
A mi juicio esas cosas le hacen daño al desarrollo del deporte cubano y lo más problable es que le haya cogido miedo a la presión en su club.
El INDER tiene que modernizarse y ocupar los cargos importantes con gente capaz no con gente seudointeligente que estén en condiciones de apoyar al atleta no de controlarlos ni de coaccionarlos, educarlos es también su deber y prepararlos para esos contactos con el mundo real.
Personalmente no creo ni una palabra de lo que Gurriel dice porque de ser así ese club estaría todo el tiempo con reyertas jurídicas que al final cuestan dinero y ponen al club en situaciones dificiles que le impiden concentrarse en sus metas, o sea ganar determinados juegos.
Todos los contratos laborales legales son por escrito, verbalmente se escuetan detalles para comprobar si la otra parte da su consentimiento. Como en todas las esferas el que calla otorga. Si las personas responsables implicadas en el asunto no entienden bien el inglés, pues que se busquen a gente capacitada, para que negocie, además los acuerdos sean escritos o verbales la gente seria los cumple.
En algún momento se mencionan las fechas claves ya el club tiene interés en que sus atletas contratados se presenten, porque para eso les paga. el deber del atleta es anotarlas para no olvidarse.
Casos de salud, lesiones, etc, pueden ser interpretados por parte del club como intento de quereya legal para recibir indemnizaciones, por parte de alguna compañía aseguradora, y si ellos insisten en oír la opinión de su médico al atleta no le queda otra alternativa que aceptarlo, esa supongo que fue una razón expuesta en el contrato y para el club suficiente para cancelarlo.
El INDER haría bien en dejar a los atletas a que ellos mismos se las arreglen en esos asuntos, porque al final del cuento aparece el INDER como quien incumple con los acuerdos y hace muy difícil posteriores contratos de otros deportistas, ya que oficialmente digan lo que digan a la prensa nacional, lo que importa es quien aparece como contratado/firmante para el club extranjero, es quien incumple el contrato y este caso por querer controlarlo todo es el INDER ¿no?
Si se tiene en cuenta que con los voleibolistas por su cuenta nunca hay esos trajines, pues claro está por qué suceden.
Según la patria potestad, los padres aclaran los asuntos legales de sus hijos menores de edad, en este caso el atleta no es menor de edad ni en el INDER están sus padres para encubrirlo.
Después leemos con estupor que el INDER está preocupado porque sus atletas sean tratados como personas y no como mercancía. El trabajo es una mercancía y eso lo dice Carlos Marx en su obra «El Capital». Lo mismo vale para la acción de un deportista en un club, por exhibirse, pasearse y pavonearse no le pagan a nadie.