El béisbol solía gustarme.  Los juegos de pelota solían ser más entretenidos. Cuba solía ganar. Todo esto solía suceder para mí, pero desde que el mundo decidió girar en torno al béisbol,  -y de esto hace un buen tiempo ya-,   el deporte nacional pasó a ser el dolor de cabeza de no pocos en esta isla. Hemos quedado estáticos en medio de un panorama internacional completamente cambiante, matizado por el aumento cualitativo en el nivel de los rivales.

 

En lo personal,  lo maldije una y otra vez – incluso en público – porque después de la  alta dosis de Copa Mundial que tuvimos,  también se las arregló para aparecer en la programación del Canal Panamericano en los momentos menos idóneos.  Pero como deporte nacional al fin, cosecha favoritismo en este sentido.

El 2011,  para el Béisbol cubano –de cara a torneos internacionales- fue deprimente. No logramos vencer en los eventos más importantes del año: el mundial de Panamá y los Juegos Panamericanos de Guadalajara, en México.

Tampoco pudimos hacerlo en el tradicional torneo inter-puertos de Holanda, a pesar de que en está edición participaron equipos menos fuertes que en las anteriores.

Pero claro, ahora no se pueden olvidar las victorias obtenidas, no importa sobre quiénes o dónde, lo ideal es que Cuba logró ganar algo, por ejemplo:

El World Basseball Challenge, torneo al que acudimos con nuestras mejores piezas para enfrentar equipos de bajo “standing”  entre los que resaltaba, el representante de la marca Toshiba Japonesa.

Y….. en los Juegos de Alba; definidos por los propios cubanos como un torneo que lejos de representatividad cualitativa, busca mantener viva la hermandad entre las naciones latinoamericanas.

También le ganamos a la mitad del equipo de Puerto Rico que vino a La Habana para realizar topes de preparación y bueno, mantuvimos el primer lugar del ranking mundial de la IBAF.

 

¿De qué sirvió?

 

Ayudamos al espectáculo potenciando expectativas para  “a la hora de la verdad” y como se ha hecho costumbre, dejar caer el bate y quedarnos segundos y hasta terceros en los eventos que de verdad valían; en los que había  algo de nivel.

 

¿Y después de esto qué?..

 

Pues ahora tendremos una serie nacional más larga y menos interesante. Con más equipos y menos nivel.  Eso sí, probablemente con más jonrones, todo a costa de la mizuno (150)  que usamos y del  pobre staff pitcheo de la mayoría de los equipos contendientes.

 

Tendremos más partidos, pero, para qué, si ya a muy pocos les quedan deseos de decir que lejos de ampliar la Serie para proteger a los Metros, lo que hace falta es cortar por lo sano,  diversificar estrategias, potenciar nuevos estilos y establecer una mentalidad a tono con las tendencias universales actuales del deporte de las «bolas y los strikes».

 

Ya no vale lamentarse por los “Pacheco”, los “Kindelán” y los “Linares” que ya no tenemos. Ahora hay que resolver con Yulieski, Cepeda e incluso,  con Arruebarruena, y  para ello son muchas, demasiadas las asperezas que tienen que ser limadas. Quizás sea tiempo de inyectar sangre joven y  fresca en los organismos que rigen el deporte nacional.  Gente que escape de esos “enchapes de beisbol a la antigua” que vienen atentando contra nuestros resultados en los últimos tiempos.

 

Recuerdo que hace un tiempo finalicé una entrega sobre este mismo tema diciendo que,  mientras las cosas siguieran por el curso actual tendríamos que estar “obligados a sentarnos frente al TV a ver como EEUU o cualquier nación asiática nos despojaba de un metal y un lugar que durante décadas fue cubano por derecho propio”

 

¿Saben?..Me equivoqué  porque siempre existe algo peor, y -para nosotros, para Cuba- existió… ahora,  además de los de ojos rasgados y de los vecinos del norte, tenemos que agregar a los “super teamworkers ” holandeses.

 

¿Qué será de nosotros?

 

Lo próximo importante es el Clásico. ¡El Clásico Mundial! ….

En eso no quiero pensar, mucho menos, comentar. De segundos  bajamos al  sexto y ahora, cuatro años más tarde y en tales condiciones,  no vale la pena ni pensar qué pueda  ser de nosotros ….

 

En fin, el béisbol se ha vuelto uno de esos temas que tampoco cabe en la azucarera.  Por lo pronto quedaré al tanto de Las Tunas, solo por puro arraigo y simpatía personal con algunos de los que allí militan, entre los que resalta el SS Alexander Guerrero.