wilfredo-martinez-beijing-2008_deporcuba-1Por: Lilian Cid Escalona/ Especial para Cubahora

La batalla continúa. Los infractores siguen cayendo. Esta semana el Comité Olímpico Internacional (COI) ha confirmado la descalificación de nueve deportistas, entre ellos, seis ganadores de medallas en la cita olímpica de Beijing 2008.

El atletismo, junto al levantamiento de pesas y la lucha, ha sido protagonista de estas nuevas revelaciones. El caso más importante asociado al llamado deporte rey es la rusa Ekaterina Volkova, bronce en la prueba de tres mil metros con obstáculos, quien dio positivo por turinabol. Una sustancia que también apareció en las muestras de las sancionadas Tatyana Lysenko y Ana Chicherova.

Volkova, según dictamina el informe disciplinario del COI, deberá entregar su medalla, el pin y el diploma olímpico que recibió por su actuación. Una determinación que han de acatar el resto de los medallistas detectados: la ucraniana Olha Korobka, plata en más de 75 kilogramos y los bielorrusos Nastassia Novikava, bronce en 53 kg y Andrei Rybakou, plata en 85 kg, en el levantamiento de pesas, así como los luchadores del estilo libre Taimuraz Tigiyez, plata en 96kg y Soslan Tigiev, plata en 74 kg, de Kasajstan y Uzbekistán, respectivamente.

La lista la completan el pesista azerí Sardar Hasanov (62), la velocista y vallista española Josephine Onyia y el saltador cubano Wilfredo Martínez.

Martínez ocupó la quinta plaza en la final del salto de longitud de la cita china. Con su estirón de 8.19m (-0.4 m/s) se quedó muy cerca de las medallas en una prueba que dominó el panameño Irving Saladino (8.34), seguido del sudafricano Godfrey Khotso Mokoena (8.24) y del cubano Ibrahim Camejo (8.20).

Según consta en sus registros históricos, este fue el mejor año en la carrera de Wilfredo Martínez ya que además del referido quinto lugar olímpico, finalizó octavo en el Campeonato Mundial de Pista cubierta celebrado en Valencia, España. De 2008 también datan los 8.31m que figuran como su marca personal al aire libre.

En las muestras del saltador, actualmente radicado en España, se detectó la presencia de acetazolamida (también conocida como Acetab), la misma sustancia que llevó a Yarelis Barrios a perder su medalla de plata en la propia lid bajo los cinco aros.

El Acetab, recordemos, actúa como diurético. Es decir, favorece la eliminación de líquidos y a los efectos del deporte se incluye entre las prohibiciones ya que se considera que actúan como agentes enmascarantes para otras sustancias.

Martínez ahora queda a disposición de la IAAF, que, por orden del COI, debe modificar los resultados de la especialidad, además de adoptar las medidas que consideren pertinentes.

La Comisión disciplinaria encargada de estudiar todos estos casos ha estado formada por el suizo Denis Oswald, la sueca Gunilla Lindberg y el turco Ugur Erdener.

Por cierto, esta semana también ha trascendido el ultimátum concedido por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) a las agencias antidopaje de Brasil, Guatemala, Azerbaiyán, Grecia e Indonesia, ya que la comisión encargada de evaluar el trabajo de los organismos locales considera que no han progresado lo suficiente como para cumplir con el código global antidoping.

Según se explica en el reporte, hay irregularidades tanto en el marco legal como en los laboratorios no reconocidos por el organismo internacional. Por ese motivo, la organización les exigió que resuelvan los problemas antes del venidero 10 de noviembre o serán suspendidos.

Asimismo, varios medios dan cuenta de los detalles de otro informe de la AMA en el que revelan serias fallas en los controles antidoping realizados durante los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Río de Janeiro 2016. A saber, un elevado por ciento de los controles programados no se realizaron y también ha sido imposible asociar diversas muestras a sus dueños debido a errores en la recolección de los datos.

En la prensa brasileña se refiere que los problemas divulgados pueden tener varios factores causales, entre ellos, la falta de material y de entrenamiento adecuado, una estructura inadecuada de transporte y la falta de aprovechamiento de la experiencia ganada en otros Juegos, además de que muchos de los encargados de realizar los controles no sabían hablar inglés.

Con esos truenos, la AMA y su sistema queda en entredicho. Y en tiempos tan convulsos como los que se viven, noticias de esta envergadura solo contribuyen, como bien ha reconocido el organismo internacional, a “minar el respeto y la confianza de los atletas en los controles antidoping y facilitar oportunidades a atletas con experiencia e inescrupulosos que pueden querer manipular los controles”.

Así y todo, la cruzada continúa.