Por: Lilian Cid Escalona y Andy Bermellón Campos
Una tranquilidad pasmosa abruma el Estadio Panamericano. La jornada de docencia y la recta final del año se conjugan entristeciendo el ambiente. Y es que en el “acorazado” del Este la dinámica casi siempre es otra. Por ello, los vestigios de deterioro y las carencias, se opacan ante la alegría que irradia el incansable ajetreo de los atletas que se preparan para representar a nuestra tierra.
Allí, en sus predios se habla, extraoficialmente, de renovación en la plantilla de equipo cubano y también de una reparación capital –aunque un tanto demorada- en el gimnasio y otras zonas de la instalación que incluyen la estropeada pista. Se piensan estrategias y se esfuerzan, todos, por devolverle la vitalidad al día a día del atletismo cubano. Sin embargo, la soledad de esta jornada solo catapultó las otras sensaciones, las que entristecen y minan la esperanza.
El panamericano hoy estremece, como los resultados de este deporte en los últimos tiempos y aunque la dirección del deporte ha maniobrado con la meta de reconquistar el terreno perdido, el horizonte, de momento, se vislumbra revuelto.
A continuación, les dejamos algunas imágenes* que atestiguan la última visita de Deporcuba a la instalación capitalina, unida a la promesa de regresar, la siguiente semana para conversar de primera mano con los protagonistas.
Con todo respeto, pasa el tiempo y no hay una respuesta visible en esta instalacion, los resultados de todo esto ya se ve en los pobres resultados de nuestros Atletas. Unos se van del pais, otros piden la baja, a Otro grupo le dan de baja aun siendo los mejores. Luego solo hay justificaciones. No tienen una buena estrategia los dirigentes del Atletismo cubano.