atletismo (1)Por: René Navarro Arbelo
Quienes seguimos todo lo que acontece en las actividades del denominado “deporte rey” en estos tiempos nos asaltan varias dudas. Los récords o mejores marcas del ranking histórico quedaron en el pasado siglo en una gran cantidad de eventos, y en otros los dígitos indican que hoy los mejores especialistas del mundo son incapaces de rozar o acercarse a las notas de mayor valía. Hace algunos días se efectuó el mundial en sala techada de Portland, Estados Unidos, y salvo las primacías para la competencia de los pertiguistas Jennifer Suhr (USA) y el francés Renaud Lavillenie, nada asombró a los amantes de esta universal disciplina del deporte.
Sin nombrar a sus protagonistas o países de origen, cuando se revisa todo lo ocurrido en el atletismo del presente siglo y en los años que transcurrieron entre 1977 y hasta finales de los noventa, llama a la curiosidad que la mayoría de las primeras figuras actuales están lejos de aquellos que entraron en la historia. Con los prodigiosos avances de la ciencia y la técnica aplicados en la preparación de los atletas, sistemas ultra modernos de cronometraje y medición en las reuniones de mayor vuelo, instalaciones “llamadas rápidas” y un programa más abarcador en todos los rincones del planeta, contados son hoy los corredores, saltadores, impulsores o lanzadores que estampan en la actualidad cronos o resultados sorprendentes.
Tal parece, amigos míos, que el deporte número 1 del mundo no llega a satisfacer y convencer a sus enormes multitudes. Es bien raro y confuso explicar que, pese a los avances de la especie humana y todos los efectos de la evolución, los tiempos y marcas actuales sean de marcha atrás y no de progresos que contribuyan al mejor andar del atletismo.
Para los directivos de esta disciplina en el presente siglo siempre constituirá un reto conocer si los atletas de ayer y hoy en día no son aquellos que alguna vez violaron sus reglamentos y se presentaron bajo fórmulas que alteraron su quehacer dentro de las grandes competiciones.
La IAAF, organización que agrupa a más de 200 federaciones nacionales, tiene un deber y compromiso para limpiar su imagen. Hoy, estamos a tiempo, mañana parece demasiado tarde.