Por René Navarro Arbelo/ Tomado de su Muro en Facebook
Con enorme frecuencia, desde hace años, escucho en nuestras trasmisiones deportivas del béisbol desde el exterior la palabra oficio; la prensa plana también la emplea en sus reseñas y comentarios. No oigo en otro tipo de actividades a mis homólogos hacer referencia a ese término. Parece reservado para las competencias internacionales de nuestro preferido espectáculo. Ahora mismo en la Serie del Caribe que se desarrolla en San Juan, Puerto Rico, mis amigos la han repetido decenas de veces.
Oficio, según el diccionario de la lengua española, significa ocupación habitual, función o ministerio de alguna cosa, comunicación escrita de carácter oficial, rezo eclesiástico y función de iglesia.
Oficio, en la primera acepción, es aplicado en Cuba a los albañiles, carpinteros, barberos, mecánicos, plomeros, electricistas, etc. Para los practicantes sistemáticos de cualquier actividad deportiva la palabra oficio quizás no entraña la misma dimensión. Los adversarios extranjeros reúnen esa condición de oficio, pero los cubanos – comentan mis colegas – carecen más de una vez de la profesionalidad que exige ese término.
Yo no creo que el denominado oficio se adquiera en eventos fuera del país; sencillamente debemos admitir que nuestros rivales piensan y actúan de una manera que tiene mayor sentido en varios órdenes.
Oficio, en béisbol, es dominar las debilidades del oponente, funcionar como un reloj en el renglón técnico táctico; aprovechar , estudiar y adecuar situaciones de juego, además de los conocimientos generales que necesita un deportista de alto nivel … y su dirección.
Si somos dueños de una pirámide de enseñanza desde el nivel escolar y nuestros peloteros fueron armados de todos esos valores hasta nuestras series nacionales, me cuesta trabajo entender que no haya el famoso oficio. El béisbol cubano se distinguió antes por su promoción de figuras hacia competiciones de mayor nivel y no existía la palabra oficio. En los últimos años otros dieron la talla en diferentes ligas y clubes con buenos o superiores resultados. Demostraron su maestría y la calidad del deporte que se practica en Cuba. Ejemplo de ello, sin acudir a las Ligas Mayores de Estados Unidos – donde varias figuras han brillado -, fueron Yulieski y Despaigne en Japón.
Habrá entonces que preguntarse si a la hora de integrar un equipo reforzado de Pinar del Río o una selección Cuba andamos por el camino correcto y obramos con las exigencias de estos tiempos.
No creo que falte el famoso «oficio» a nuestros peloteros, que lo único que hacen en su vida deportiva activa es jugar pelota y ¿cómo se adquiere el dichoso oficio entonces? No creo tampoco que lo vayan a adquirir en torneos internacionales. Los topes internacionales dan la medida de la preparación, de la utilidad de los recursos tácticos y la validez de las estrategias que diseñamos para enfrentar al contrario.
Si no se trata de «oficio» entonces ¿qué? No soy experto, ni siquiera fanático del béisbol. Pero creo que se trata de estudiar al contrario, de conocer bien cómo juega cada posición. Se trata de preparación de los lanzadores, para que el control no falle. De entrenar la táctica para que el mecanismo funcione como reloj en el terreno… Tampoco creo que porque los peloteros «profesionales» ganen más sean mejores. Los de Cuba no viven tan mal ni están tan mal pagados.
Creo que hay que dejar a un lado el «librito» si éste no nos está dando resultados. La mirada crítica tiene que ser más profunda y no puede quedarse en las ramas. Hay que ir hasta las raíces y tenemos muchos profesionales formados en los centros universitarios del deporte para que no se aplique la ciencia al deporte nacional y en los terrenos hay muchos peloteros que saben bien cómo jugar y ganar. Experiencia y talento hay… y «oficio» tambien.
Si asi mismo es, espero que en el futuro no muy lejano, ellos puedan utilizar los terminos adecuados para cada situacion.
Sin pretender adularlos ustedes equipo DeporCuba, deberian tener mas espacio, para que pudieran ser conocidos por miles de cubanos, que por causas conocidas no pueden comunicar con este sitio lamentablemente.
Los comentaristas deportivos en particular de la television nacional (no todos) les falta carisma, creatividad, etc…..y sobre todo ser originales. Se perdio lo del gran para mi (Rene Navarro).
Ahora he escuchado la noticia de dos peloteros que decidieron tomar otros caminos el lanzador Vladimir Gutierrez y el infilder Dainer Moreira, quienes estan en Puerto Rico.
Si asi es dejaron la delegacion en Puerto Rico
Un saludo al Maestro de la Narración en Cuba. Como siempre, atinado en su análisis y sus reflexiones. No entro en la comparación de un adjetivo o sustantivo, en dependencia de cómo y para qué se use. Hablo y comento sobre el tema de la PROFESIONALIZACIÓN, en todos los términos, de la pelota cubana. No concibo entender como San Pedro de Macorís desarrolla y expande sus fuentes de ingreso a través de la pelota, de lo que invierten sus coterráneos que juegan, no sólo en Estados Unidos y nosotros con todo el talento en bruto, no seamos capaces de administrar y poner en función la economía, primero, para sostener una educación y crear una conciencia de trabajo y servicio hacia el deporte y después, para crear una infraestructura que nos haga crecer y autofinanciar nuestro deporte nacional. Es algo que se debe hacer en cada rincón del país. Academias, escuelas, clubes, cajas de bateo, clínicas de entrenamiento, invitaciones de peloteros famosos para conferencias, desarrollo de la medicina aplicada en cada Club, una cátedra que asesore a los peloteros para el aprendizaje de idiomas, de expresión, de superación cultural. Encausar a los atletas y sus Clubes en la creación de empleos y en la manutención de estadios, terrenos, fincas de entrenamientos, campamentos de verano o invierno. En fin, algo que parece a simple vista difícil, caro quizá, pero estoy seguro que en la práctica, cada pedazo de terreno en cualquiera de las provincias del país, podrá ser aprovechados y utilizados para ese fin. Vivir del deporte y para el deporte, como fuente de trabajo y generador de dinero sano, que influya en la descentralización de la política gubernamental y que ayude al sostenimiento de una economía estructurada sobre la base, ya no de la oferta y demanda solamente, si no de una propuesta de creación directa de empleos, sostenida con una capacidad de entrega y compromiso de los atletas que se contraten fuera(por sus clubes) que cooperen con su pago de impuestos y donaciones. Creo que esa política de buscar no privatizar pero sí dejar administrar a cada equipo su espacio, sus áreas y su gente, quizá dará un mayor OFICIO para que el comentarista que describa un juego tenga argumentos sólidos para definir quién o quiénes son los responsables y sin miedos dejen las culpas donde tienen que caer y no callen, por temor a la censura. Es un proceso de años, pero ayudar a cambiar la mentalidad de la pelota y el pelotero cubano desde la raíz, puede que haga también cambiar la cara y la imagen de los resultados…Sin chovinismo: tenemos la mejor materia prima de béisbol del mundo…se nos está escapando como agua entre las manos. Y seguirá…