cubabeisbol-Por: René Navarro Arbelo

Les confieso que estoy muy confundido con esta apreciación positiva de algunos de mis amigos comentaristas. La realidad que observo cada día en mis salidas a las calles de La Habana me niega esa afirmación. Con toda objetividad reconozco que no soy capaz de expresar con total justeza la situación que se pueda presentar en otras provincias del país, pero referencias de gente de mi máxima confianza coinciden en que el béisbol cada vez cede mayor espacio.

Hoy, y desde hace meses y meses, es más importante para una enorme cantidad de nuestros compatriotas un partido de fútbol de determinada liga o campeonato extranjero; un buen encuentro de la NBA; una parada del Grand Prix de atletismo, ciertas carreras del circuito mundial de moto GP o Fórmula 1 y hasta los deportes extremos.

Amigos míos, no son únicamente Messi y Cristiano Ronaldo los deportistas extranjeros que gozan de popularidad y son muy conocidos en nuestra isla, no, los nombres de Usaín Bolt, LeBron James, Stephen Curry, Valentino Rossi, Marc Márquez, Serena Williams y Rafa Nadal, entre otros, son perfectamente identificados por la familia deportiva que cada día dedica un rato a las trasmisiones de Tele-Rebelde.

Pese a que en estos tiempos se habla en algunos medios de la nación del rendimiento y actuaciones de nuestros peloteros en la Liga de Japón, en la MLB, otros diferentes modelos de contrataciones y la inclusión de un equipo nacional en la liga independiente de Canadá, muy limitado seguimiento e interés es el que muestra la afición cubana.

Mucho menos el famoso torneo sub-23, que no conmueve a casi nadie. Más se comenta sobre reiterados errores y deficiencias de los atletas envueltos en esa competencia. Es decir, que lejos de contribuir a que el béisbol recupere un pedestal superior entre los cubanos – sin desearlo con toda seguridad – estamos alejando esa atracción y simpatías del público hacia su actividad de entretenimiento preferida.

No es responsabilidad exclusiva de Tele o Radio Rebelde que hoy una buena parte de la gente seguidora del deporte prefiera ver o escuchar otro tipo de trasmisión; sencillamente pruebe y compare. La vistosidad, orden y todo lo que acompaña ese mundo del deporte internacional es envidiable. Esos firmes patrones del presente siglo quizás nos resulten lejos en la actualidad, pero los años que corren apuntan a más felices iniciativas y cambios.

Si deseamos que el béisbol renazca en el corazón de los cubanos, tendremos que obrar con la mayor inteligencia de los MÁS INTELIGENTES.