Los que no fueron a Beijing
Por: José Ramón Fabelo Corzo/ Deporcuba
Luego de valorar en los trabajos precedentes la actuación cubana en el Mundial de Atletismo de Beijing, dedicaremos el presente a analizar los casos de atletas que podían haber ido a la magna cita y, sin embargo, quedaron en Cuba. Como es conocido, la mayor isla del Caribe llevó al evento 25 competidores, una cifra demasiado pequeña para el potencial que hoy mismo posee. Lo más preocupante es que esa cifra pudo haber sido significativamente mayor y no lo fue por razones que en lo fundamental respondieron a decisiones tomadas en nuestro país.
Hay que partir del reconocimiento de que tal vez en ninguno de los eventos en que Cuba dejó de participar por atletas que no viajaron, éstos hubieran podido agregar medallas o puntos a la delegación. Pero el tema de la cantidad de participantes no es por ello un asunto menor.
En primer lugar, porque el número de atletas es el primer indicador de la potencialidad de una nación en un deporte como el atletismo. Una delegación nutrida es señal de fuerza, aun antes de comenzar la competencia. Muchos países apenas si pueden inscribir unos pocos competidores; algunos deben esperar a la benevolencia de la IAAF para tener por lo menos un representante, aunque no haya cumplido con la marca clasificatoria (casi siempre en las preliminares de los 100 metros de uno o de otro sexo). Al mundial no van todos los que quieren. Con algunas pocas excepciones, asisten sólo los que se han ganado ese derecho mediante alguno de los exigentes mecanismos clasificatorios de la IAAF. Un país con más representantes en el mundial es un país con una mayor cantidad de atletas ubicados entre los mejores del mundo.
En segundo lugar, si asumimos que la dialéctica sigue siendo vigente como método para pensar y actuar, tenemos que reconocer que la calidad no puede salir de otro lugar que no sea de la cantidad. La cantidad de hoy debe traducirse en calidad para mañana. Esto es válido para toda la pirámide de nuestro atletismo, desde la base y las categorías inferiores hasta el máximo nivel, ese que tiene precisamente su momento culminante en un campeonato mundial o una olimpiada. Atletas que en esta ocasión hubieran representado “sólo cantidad” son los que para la próxima cita universal podrían dar el salto cualitativo y situarse en la élite de su evento. Antes de llegar a ser el número 1 o el 2 o el 3 o el 8, hay primero que “numerar”.
En tercer lugar, la principal meta de un atleta de alto rendimiento es llegar a un mundial o a una olimpiada. Si después de ganarse ese derecho con mucho esfuerzo y con las marcas exigidas, se le priva de asistir por cualquier razón, la decepción y el des-estímulo que ello representa puede dar al traste con un posible futuro promisorio. Por el contrario, participar es ya de por sí un gran estímulo para seguir creciendo, es ser partícipe de una experiencia excepcional, de un aprendizaje que no es sustituible por ninguna clase teórica o práctica. ¿Cuánto vale, por ejemplo, para un atleta como Roberto Skyers, el haber corrido dos veces junto a Usain Bolt, el ser testigo directo de su preparación para la competencia, de su comportamiento posterior a la misma?
En cuarto lugar, para las citas del orbe, como es sabido, la IAAF garantiza el financiamiento de todos los clasificados. La erogación de dinero por parte de las federaciones nacionales es, si acaso, mínima e incomparablemente menor que el usufructo que puede extraérsele a la participación de cada atleta. Si las limitaciones financieras constituyen para Cuba el principal problema que atenta contra el necesario fogueo internacional de sus atletas, ¿cómo no aprovechar al máximo la excepcional oportunidad que representa un mundial en el que esto no es un problema?
Aun así, quedó en Cuba un número llamativo de atletas con posibilidades de haber participado en Beijing. No es la primera vez que esto ocurre. Nos sucede como tendencia en los mundiales. A propósito de ello, deseamos aportar un dato para reflexionar: a pesar de que para las olimpiadas y para los mundiales, la IAAF establece parámetros más o menos similares de clasificación, desde Barcelona 92 y hasta la fecha el promedio de participantes del atletismo cubano en las citas olímpicas ha sido de 42.2 atletas por evento, mientras que en el mismo período asisten por Cuba sólo 27.9 representantes como promedio a los campeonatos mundiales. Ello habla de las diferencias de prioridad que Cuba le da a ambos eventos. ¿Se justifica para el atletismo esas diferencias tan amplias en términos cuantitativos?
En relación con los atletas que ahora no asistieron, cabe clasificarlos en tres grupos: a) los que Cuba anunció que iban y después no fueron (9 atletas); b) los que tenían su marca clasificatoria y Cuba no los incluyó desde la primera vez que anunció su delegación (4); c) los que por su lugar en el ranking podían haber asistido para cubrir el cupo de participantes que la IAAF tenía previsto para su evento específico, aun sin haber alcanzado la marca clasificatoria (4). Son en total 17 atletas que, salvo uno u otro caso de lesiones, podían haber elevado la cifra de participantes cubanos en la cita mundialista hasta cerca de 40.
Los 9 atletas que Cuba anunció que irían y no llegaron a Beijing fueron Zurian Hechavarría, en los 400 m/v femeninos, y varios integrantes de los relevos 4 x 100 masculino (Yaniel Carrero, Reidis Ramos, César Y. Ruiz y Edel A. Amores) y 4 x 400 femenino (Daisiurami Bonne, Gilda Casanova, Yaimeisis Borlot y Roxana Gómez). Lógicamente, nuestro país no estuvo representado en ninguno de estos tres eventos. De este grupo tenemos entendido que Ruiz y Bonne estaban lesionados y Borlot tenía molestias. De todas formas, contando con que en Beijing estaban Reynier Mena y Roberto Skyers (integrantes del 4 x 100) y también Lisneidy Veitía que, junto a la propia Zurian, forman parte del 4 x 400, no debían ser las lesiones la razón determinante para la no participación.
Más que ello, la decisión de no llevar a estos atletas parece haberse debido a un problema de gestión operativa. Resulta que en los tres casos la posibilidad de participar se concretó al final del período clasificatorio. Zurian obtuvo su marca (55.97) el 9 de agosto, un día antes de cerrar el mencionado período, mientras que en el caso de los dos relevos, estos definieron su clasificación el mismo día de cierre, el 10 de agosto, al quedar ubicados entre los 8 primeros por ranking de los no clasificados de manera automática en el mundial de relevos de Bahamas de 2014. Esta situación fue causa de que los atletas no tuvieran apartados sus respectivos boletos aéreos con antelación y que, al momento de adquirirlos, ya su precio fuera mucho mayor. Según hemos conocido, la IAAF pidió a la Federación Cubana (FC) que comprara los boletos, cuyo monto le sería reembolsado en Beijing, pero la FC no tenía fondos suficientes para ello. La experiencia tiene que ser aleccionadora y parecería apuntar hacia una inconcebible orfandad del atletismo cubano. ¿Cómo entender que no fuera posible conseguir de manera expedita ese préstamo? ¿Y el INDER? ¿Y el gobierno? ¿Y el partido? ¿Se hizo la gestión y no se resolvió, o no llegó a hacerse como se debía? En cualquier caso, el asunto es de demasiada importancia como para no tomar las medidas que sean necesarias para que algo similar no vuelva a repetirse.
Los 4 atletas con marcas de clasificación que no fueron incluidos en la delegación desde que ésta fue anunciada fueron Sahily Diago y Andy González en los 800 metros planos, femeninos y masculinos, además de Lázaro Martínez y Ernesto Revé en triple salto para varones. De ellos, Revé andaba resentido de una lesión, mientras que en los otros tres casos la causa de su no inclusión fue un aludido bajo rendimiento. Ciertamente, se trata de tres atletas que han estado este año por debajo del año anterior y de lo que se esperaba de ellos. Hay que analizar a fondo las causas del descenso, sobre todo para los casos de Lázaro y Sahily, atletas muy jóvenes que lograron oro y plata, respectivamente, en el Campeonato Mundial Juvenil de 2014 y que lograron excepcionales registros durante ese año. Recordemos que el primero se convirtió en 2014 en el recordista mundial de cadetes (17.24) y la segunda logró una de las mejores marcas históricas para una atleta juvenil en su especialidad (1:57.74). Hay que llegar a las causas últimas de su involución durante 2015 y tomar medidas, pero entre éstas no debía estar, a nuestro juicio, privarlos de la participación en el que hubiera sido su primer campeonato mundial de mayores, con todo el caudal de experiencias y aprendizajes que allí podían obtener.
Por último, tenemos el caso de por lo menos otros 4 atletas que hubieran podido ir a Beijing, aun sin haber logrado la marca establecida. Aquí es necesaria una aclaración. Este año la IAAF introdujo un nuevo sistema de clasificación (similar, por cierto, al que se usará para las Olimpiadas de Río). Con el propósito de controlar mejor el cupo total de atletas que participan en estas citas de máximo nivel, ya no hay marcas A y marcas B, como antes, sino una sola marca clasificatoria más exigente, además de una cuota de participantes, por prueba. Si a la marca no llegan la cantidad de atletas prevista en la cuota establecida, ésta se puede completar con otros atletas, según su lugar en el ranking del período clasificatorio, que además no es el mismo para todas las pruebas. Lo novedoso y complicado de este sistema parece haber tomado por sorpresa a más de una federación nacional, incluida la cubana. Muchas se guiaron por las marcas y no por las cuotas y ranking correspondientes y a la hora de anunciar sus delegaciones no incluyeron a los que podían asistir según este segundo criterio. Por esta vía podía haber llegado al mundial, por ejemplo, Leonel Suárez, quien con 8027 puntos en el decatlón entraba entre los 32 establecidos como cuota por la IAAF, a pesar de que la marca clasificatoria era de 8075. Incluso el propio organismo rector del atletismo mundial se ocupó particularmente de invitar a Leonel, pero ya éste había dejado de entrenar después de los Panamericanos de Toronto y, lógicamente, declinó la invitación. Por el mismo criterio podían haber llegado a Beijing Liadagmis Povea en triple, Saily Viart en bala y Ariannis Vichy en el martillo. De más está señalar lo bien que le hubiera venido a estas atletas participar, sobre todo a las muy jóvenes y prometedoras Povea y Viart, recién salidas de la categoría juvenil.
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Excelente artículo en particular por cómo aclara muchos detalles que seguro estoy no eran del dominio de muchos, y por lo que entiendo ni de la misma federación cubana de atletismo.
Sobre el tema de lo importante que es llevar a mundiales u olimpiadas a las jóvenes promesas que hayan logrado la clasificación a estos por sus marcas coincido plenamente con usted Fabelo, los foristas que tenemos unos añitos coincidirán conmigo que en la década de los 90 esto era común verlo en las delegaciones de atletismo, en los 80 desgraciadamente solo se participó en los juegos olímpicos de Moscú, pero recuerdo que en 1984 en aquel gran evento que hicieron los países socialistas para suplir su no participación en la olimpiada de Los Ángeles, el muy joven Javier Sotomayor ganó en Moscú sede del atletismo el salto de altura, lo que significa que participaria siendo juvenil en los juegos olímpicos de no ser por lo que sucedió.
También me viene el recuerdo de un joven Anier García en Atlante 1996, como el 3er vallista cubano de ese equipo, y todos conocemos que logró a partir del próximo año.
Estos ejemplos creo a mi entender reafirman que a los jóvenes talentos si logran clasificar a un evento de esta importancia hay que darles todo su derecho de participación, que los responsables en la parte organizativa y de coordinación de la federación cubana y el INDER sean los responsables de una ausencia de los atletas a un mundial es una gran falta de respeto, al igual que de entrenadores o federación que no dejaron correr su evento individual como el caso de Lescay para preservarlo para un relevo que era días después, cuando ya a este atleta se le dio la oportunidad de correr individual en el mundial anterior siendo juvenil.
Creo que es un gran estímulo para la federación nacional que haya un grupo importante de atletas jóvenes con marcas de clasificación a un mundial, lo preocupante y en donde creo deberían centrar más su trabajo es en cuantos de los que llegan al equipo nacional juvenil con marcas de calidad y más en tiempos como los de ahora que la matricula absurdamente es tan reducida, y no logran seguir un crecimiento lógico de sus marcas y hay que darles baja.
Esos son muchos más año por año los que regresan a sus provincias que los que logran un despegue a un nivel internacional.
El artículo es de tal calidad porque pone el dedo en la llaga, ya que aunque no pase de ser una pregunta retórica a la que no se recibirá respuesta, pero se lanza la interrogante por qué no se gestionó la asistencia de algunos atletas a pesar de haber tenido poco tiempo.
Ese mal trabajo de gestión es un error grandísimo y supongo que no sea el único como tal, y más si tiene en cuenta nuestra idiosincracia de dejarlo todo para el último momento, por lo tanto no debería significar un problema para la gente responsable de esos asuntos.
Es como se dice en el artículo, que si cuando los atletas pueden asistir a competencias sin provocar gastos de participación al estado cubano, entonces ¿cuál fue la razón?
Muy de acuerdo con la idea de que a los atletas jóvenes hay que llevarlos a competir, quizás no cuando son tan jóvenes como Massó, el campeón de cadetes de salto largo, pero a los demás juveniles que se encontraban en el final de esa fase deportiva, o a aquellos que dejaron esa fase y se encuentran en los inicios de su carrera entre los mayores, hubiese servido como fogueo, para empezar a ganar experiencia y observar de cerca a la élite de su disciplina.
Como bien dice el artículo de la cantidad sale la calidad, y calro está que no todo atleta joven llegará a la cima mundial de su disciplina, pero es que acaso en la FCA tienen una bola de cristal para saber cómo será el futuro de cada atleta y se rechazan algunos por motivos desconocidos para el público.
El valor que se les da a unos Juegos Olímpicos tiene su razón porque estos se celebran cada 4 años y los ganadores de un título olímpico lo mantienen durante toda la vida, pero por otro lado en esos se peca de extremistas en el otro sentido, porque a ellos asisten atletas sin posibilidad de nada, para justificarlo aparecen marcas fantasmas, que los atletas en toda su vida deportiva ni por asomo se han acercado a las mismas. La asistencia se toma por ejemplo a manera de incentivo por haber ganado unos Panamericanos por falta de competidoras lo que a mi juicio no tiene razón de ser, sobre todo si los atletas ya llevan años siendo miembros de la selección nacional, pero no se desarrollan. en caso de atletas jóvenes menores de 22 años, si me parece una buena solución para suplir la falta de fogueo.
Bueno por lo menos en este foro se buscan los problemas a mencionar porque necesitan una solución si queremos salir del bache en el que se encuentra el deporte cubano. Desgraciadamente en los medios estatales solo se escribe por dictado para justificar lo mal hecho y los periodistas caen hasta en la ridiculez de presentar argumentos justificativos que no lo son si la persona que los plantea se tomara cinco minutos para reflexionar.
Es muy lamentable conocer que tantos tletas dejaron de participar por errores cometidos. Ateltas que luego se desaniman y hasta deciden competir por otros equipos. Muchos nombre de figuras hechas y que necesitan competir, y de jovenes atletas que se insertan en el maximo nivel por primera vez.
Una prensa que dice una cosa y luego no es capaz de corregir y explicar a tiempo claramente el porque de la reduccion de nuestros participantes; y lo mas grave de todo esto ocurre en el Atletismo a mi juicio el deporte mas importante por la cantidad de medallas que da y por la historia que el deporte Rey en Cuba se ha ganado en en todos los niveles.
Me pregunto que quedara para otros deportes menos arraigados en Cuba?
Lamentablemente seguimos retrocediendo, no solo por el aspecto economico, sino por el aspeto intelectual de encontrar soluciones.
Cuantos Atletas jovenes han quedado en la historia del atletismo cubano en promesas.
Por que sucede esto con tanta frecuencia?. Sera que el estimulo no es lo suficientemente bueno para continuar una vida deportiva de sacrificios y privaciones.
Atleta como Yaniel Crrero joven quien fuera medalla de bonce en los pasados Juegos Centroamericanos y con una mejor marca de 10.26, en esta temporada fue como que dado de lado, apenas compitio en el plano individual fuera de Cuba.
La direccion del Atletismo en Cuba debe tomar medidas que favorescan al atleta, su permanencia en el alto nivel por mas tiempo, que sean mas estables, tratar de dar respuestas en sus problemas personales.
La histora reciente muestra muchos nombres de atletas que hemos perdido por no saber lidiar con sus problemas, por no saber adaptarnos a los nuevos tiempos, ya no son los tiempos que se le imponian las cosas a la gente. Estamos en el siglo XXI ano 15 para los que aun no se han dado cuenta, si esto no me agrada tengo otra posibilidad para mi.
El Atletismo es mi pasion como deporte y se que no todos los juveniles logran hacer marcas buenas ya en la categoria de adultos, pero a mi juicio en Cuba son mas lo que no continuan evolucionando, que los que llegan a la alta competicion.
Gracias a este espacio podemos compartir ideas y ahora con la incurcion de Fabelo y sus analisis e informaciones se ha enriquecido.
Esperemos que el 2016 marque el inicio de un cambio que favoresca mas a todos los Atletas, que ellos sientan que son muy importantes para cada uno de los cubanos, que sepan que con ellos corren, saltan y lanzan mas de 11 millones de Cubanos.
Gracias por publicar las estadisticas de nuestro Atletismo a DeporCuba, y al senor Alfredo
Errores de entrenamientos pues como Silvia Chiva casi desconocida salto a los Panamericanos en Colombia 1971 y solo un ano despues se batio de tu a tu y se colgo dos medallas de bronce que sue tremenda sorpresa y que paso con Silvia Chivas,se esfumo y nunca mas aparecio un solo motivo para justificarlo.
No sé cómo fueron los profesores de educación física de otra gente, pero los míos estaban más intersados en la onda de mirar muchachitas y hacerse los tipos duros que en hacer su trabajo, dar clases de educación física.
Conozco también una expresión, si no tienes ganas de trabajar mucho, hazte profesor de educación física, en muchas ocasiones creo que muchos de los entrenadores se comportan de manera muy parecida, porque ese desgano de tantos atletas, esa puesta en forma para las fechas que no son, las bajas los atletas que desaparecen o no evolucionan en sus rendimientos.
Quizás con incentivos reales y palpables, como por ejemplo, dejar a los atletas con los entrenadores que los descubrieron y los llevaron hasta donde llegaron durante la etapa juvenil, decidir la participación de los atletas en las giras de acuerdo a los rendimientos del año anterior, en las fechas claves, y no de acuerdo a las marcas de febrero o marzo.
Si un atleta no cumple con las expectativas en el extranjero, pues debería dársele oportunidad a otro binomio, porque a veces parece que algunos entrenadores tienen sus cuartos en los hoteles de Europa ya reservados desde febrero .
La excepción deberían ser los atletas más jóvenes para los que lograr un alto rendimiento de forma constante no es cosa fácil y se necesita tiempo para acostumbrarse a la fiebre de la competencia en el extranjero.
Si un entrenador de fama decae en su rendimiento, quizás porque la química con el atleta no funciona, que le den otros premios, pero no viajes de giras de los que no sale nada el día de la competencia, lo mismo vale para los atletas ya en caída. Si en los entrenamientos Guillermo solo lanzaba 70 metros y pico, hoy día en que hay tantos jabalinistas que lanzan cerca de los 90m, pues por mucho que pese, pero está claro que su tiempo ya pasó, y por hacerle un favor no debería ir nadie a una gira y mucho menos a competencias de nivel.
Esa precisamente es la cuestión que los no agraciados ven y por ello se dan cuenta de que no vale la pena esforzarse, si su entrenador no es el mejor amigo de alguien de la dirección.
Otra vez un muy buen artículo, de análisis profundo, que tanto escasea en nuestra prensa, en cualquier temática. Pero no coincido en algunos elementos. No estoy a favor de la cantidad de atletas por encima de la calidad, de hecho, nos hemos preguntado a qué fueron algunos atletas nuestros a este Mundial, como por ejemplo, la balista. Más aún si no se es joven (entiéndase aquí de 22 años para abajo), tu reflexión la entendería más vista desde los jóvenes que no fueron, que de hecho, por ahí, me parece que van tus ideas en gran medida. Pero, aun así, no creo que sea del todo bueno llevar atletas para que no pasen de la 1ra. ronda, si es que algunos de los que mencionas estaban en esta posibilidad. Un desempeño demasiado pobre pudiera ser hasta traumático en cierta medida. Para ellos están los mundiales de cadetes y juveniles, quemar etapas pudiera ser perjudicial. No obstante, entiendo y respeto tus puntos de vista en este aspecto; sobre todo, teniendo en cuenta lo que planteas que la IAAF costea a los atletas clasificados. Pero me sigo quedando con la calidad por sobre la cantidad… Y muy buena tu dura crítica a la sin-razón falta de fondos para que nuestro país costeara, en un inicio, a esos atletas que anunciaron y no llevaron. Aclaro que yo sí hubiera llevado a Zurian y a los relevos; así como me sigue molestando que, al menos Lezcay, no hubiera corrido individualmente los 400m, después de también haberlo anunciado y estando allá mismo.
Sobre Lázaro Martínez y Sahily Diago, ahí estoy completamente de acuerdo con la Federación al no llevarlos. Si no estaban ni remotamente en su forma óptima, ¿para qué llevarlos? Mejor que descansaran cuanto antes para emprender el año olímpico con mejores opciones y analizando, como bien dices, las posibles causas de sus notables descensos. Además, no debemos crear un precedente de premiar con la participación en un Mundial (aunque sean muy jóvenes) a quienes han quedado bastante por debajo de sus posibilidades. El triplista es muy joven y creo que no tendrá problemas en ser otro as del Triple cubano en el futuro. Más me preocupa Sahily, pues justo cuando sale de la categoría juvenil experimenta un descenso demasiado brusco para quien había despertado expectativas de ser una futura (y no muy lejana) nueva reina de las pistas para nuestro país. Desde Dayron, en Beijing ´08, no ganamos nada importante en las pistas, al máximo nivel. en temporadas estivales. Soy optimista y espero que estos dos muchachos vuelvan el próximo año de forma tal que alcancen o, al menos, se acerquen a sus mejores resultados.
Sobre Leonel Suárez, el criterio puede haber sido que no desentonara quedando lejos del podio después de haber sido medallista olímpico y mundial, pero creo que primero había que haber contado con la opinión del propio atleta.
En cuanto al Mundial de relevos clasificatorio que mencionas, supongo que haya sido el de este año y no el del año pasado. Para terminar, ojalá que tus artículos y los comentarios que aquí se emiten puedan llegar a dirigentes receptivos y no a lo mismo con lo mismo que no lleva a nada…
Omar, entiendo tu punto de vista y comparto contigo, por supuesto, los argumentos a favor de haber llevado a Zurian y a los relevos que no fueron y la preocupación en relación con Sahily. Quiero tocar su caso –que conozco bastante de cerca- en otro artículo más adelante. En relación al tema de si cantidad o calidad, te doy nuevos argumentos:
1.- No estamos hablando de cualquier cantidad, sino de cantidad al más alto nivel, lo cual significa que también es calidad. Estar entre los primeros 20 o 30 del mundo en cualquier cosa es tener calidad. Yaniuvis López llegó en el puesto 22 entre las inscritas y, a pesar de los pesares, terminó en el 17. Había hecho su mejor registro del año en Toronto (17.78) y con ese se hubiera incluido entre las 12 primeras. Aunque así no fue, ser la número 17 en un mundial es para ella muy meritorio, más teniendo en cuenta que es una atleta de mucho coraje, que se reincorporó al atletismo después de un tiempo largo sin practicarlo por una muy seria enfermedad y sigue siendo hoy nuestra principal figura en la especialidad.
2.- Poniéndonos un poco filósofos, podríamos aplicar la máxima kantiana: “si usted quiere saber si un juicio es verdadero o no, universalícelo”. Si todas las federaciones decidieran llevar sólo a los atletas que pudieran pasar de las primeras rondas o de las clasificatorias, en los mundiales sólo habría semifinales y finales. Ni siquiera las principales potencias lo hacen. También ellos llevan atletas de primeras rondas y tratan de cubrir todas las posibilidades de participación, aun en los eventos en que no son fuertes. La IAAF organiza el mundial para que participen los 16 mejores relevos, los 32 mejores en eventos de campo y pruebas combinadas, 40 para las pruebas con vallas y 48 para los 400 y 800. Todos los atletas cubanos de los que estamos hablando (los que podían ir y no fueron) tenían un cupo entre ellos, cupo que no fue utilizado.
3.- La asistencia al mundial, a mi juicio, no debe usarse para premiar o castigar. Para ello pueden existir muchas alternativas domésticas. Además, los atletas que participarían lo harían no como regalo, sino por habérselo ganado con sus marcas, de por sí cumpliendo muy altas exigencias. Sobre todo en el caso de los atletas con menos posibilidades, la participación se haría para propiciarles aprendizaje y fogueo en el mejor escenario posible para ello y también para examinarlos bajo condiciones no reproducibles en ningún otro lugar. Ver cómo se comportan los atletas en situaciones de máximo rigor competitivo es material de trabajo con ellos para entrenadores y psicólogos. Además, nunca se puede cerrar la posibilidad de que un atleta se crezca y haga en el mundial lo que no ha hecho en el año. Lo vimos en no pocos casos con atletas de otros países en Beijing. Si vamos sólo con los que seguro pasan, eliminamos la posibilidad de una sorpresa positiva.
4.- A veces el mundial es preciso verlo también en un sentido más pragmático e instrumental. Y con ello me quiero referir al caso de Leonel Suárez. Él todavía no tiene la marca clasificatoria para Río que es más alta que la del mundial (8100 la de Río por 8075 la del pasado mundial). En Toronto Leonel estaba listo para hacerla y la hubiera hecho si no llega a irse en blanco en la pértiga (hasta el disco, prueba anterior a la pértiga, Leonel llevaba 99 puntos más acumulados de los que tenía luego de esa prueba en La Habana, cuando terminó con 8027 puntos). Al quedar frustrada esa posibilidad, estaba entonces la del mundial. Pero a éste supuestamente no podría ir porque no había cumplido con la marca (que era de 48 puntos por debajo de la que se pedía). No estoy seguro de ello, pero pienso que nadie le dijo entonces a él o a su entrenador que era probable que pudiera participar por su lugar en el ranking. Dejó de entrenar y ya después, por supuesto, no era recomendable asistir. Para él participar hubiera tenido el propósito fundamental de obtener ya la marca para Beijing. El no haberlo hecho le obliga ahora a tener dos objetivos fundamentales en el primer semestre de 2016, primero hacer la marca y después prepararse bien para la olimpiada. La planificación de su preparación sería más tranquila si sólo hubiese podido centrarse en el segundo de estos propósitos. Comparto la idea de que es un atleta que debe cuidar su imagen y prestigio y que su opinión personal tenía que ser decisiva, pero esa era la última oportunidad en 2015 y con 8150 u 8200 puntos no sólo habría logrado la marca de Río, sino que hubiera quedado entre los 12 primeros, algo nada mal para su retorno postoperatorio.
Omar, el mundial de relevos 2014 clasificó a los 8 primeros para el mundial de Beijing 2015. Por eso el relevo masculino cubano de 4 x 4 estaba clasificado ya desde entonces, porque fue 5to en aquel mundial. El mundial de relevos 2015 clasificó a los primeros 8 para Río 2016. Por eso Cuba oficialmente no tiene todavía ningún relevo clasificado para las Olimpiadas, aunque de nuevo el 4 x 4 de hombres, por sus marcas, tiene muchas posibilidades de estar entre los otros 8 no clasificados directamente este año en Bahamas.
Te comento que ya hemos dirigido a muchos destinatarios, incluidos los dirigentes cuyas direcciones electrónicas conocemos, los dos primeros artículos con sus comentarios. Esperemos que sean receptivos a ellos.
Estoy de acuerdo con José Ramón en lo concerniente a la cantidad-calidad, porque como ya decía, alguno puede sorprender positivamente, o al encontrarse bajo presión en la lucha atleta contra atleta el entrenador se da cuenta de que hay algo que no funciona en una competencia de mayor rango, no es o mismo que en unos centroamericanos y tampoco unos panamericanos, que aunque este año estuvieron más peleados, pero al final son solo unos juegos continentales a los que no van siempre los mejores y por supuesto tampoco los atletas que no son del continente americano.
En el caso de la balista, aunque por su historia clínica esté justificada, pero me parece que su tiempo ya pasó. aunque una marca de 17,78m alcance para ser la atleta del puesto 12, pero está tan cerca de naufragar, que yo hubiese preferido apoyar el desarrollo de la atleta joven.
Creo que de manera indirecta se premia o se castiga al atleta que (no) participa en una competencia en el extranjero, más cuando la federación no corre con los gastos, con lo que ese argumento no se puede esgrimir para explicar la no participación. Además de Cuba la gente viaja menos al exterior que en otros países, y por ello esa posibilidad hay que considerarla un incentivo o acaso alguien se cree que los dirigentes deportivos no aprovechan esas oportunidades y hasta se inventan puestos en la delegación para otorgar ese estímulo a gente cercana a ellos.
En Toronto estaba el jefe del equipo de estadísticos, supuestamente para analizar las posibilidades de los atletas cubanos directamente en la sede. Jamás había leído tremendo disparate para justificar un viaje al extranjero de un miembro de la delegación que no es ni atleta ni entrenador ni tiene que ver directamente con los atletas y sus competencias.
Como que los atletas ven esas situaciones, se automatiza el esquema como que un estímulo provoca un reflejo.
-Si los amigos y allegados a los dirigentes del INDER y de las federaciones reciben esos premios por su «buena conducta» los atletas llegan a considerarlo como tal.
En el caso de Leonel, si adquiere una buena forma deportiva, puede asistir al «mundial» de Götzis de 2016 y así se mide a la élite. Como no habrá competencias regionales importantes para el INDER, puede empezar así el año. Si para fines de mayo aún no tiene el nivel para quedar bien en Götzis, lo que le garantizaría la clasificación, entonces sería preocupante.
Yo prefiero que los atletas con títulos y fama que pueden perder su autoestima se cuiden más y dejen de asistir a competencias antes de quedar en los últimos lugares.
Eso se hizo con Zulia Calatayud en el mundial de 2007 donde era la campeona defensora, pero por problemas en la preparación pasó la primera vuelta en el lugar 28, y en las semifinales hizo el peor tiempo de todas las competidoras.
Y quizás no le dijeron nada a Leonel ni a su entrenador porque los dirigentes cubanos al parecer se enteran de muy poco, por lo menos esa es la impresión que dan.
Según nota OFICIAL de la Federación Cubana de Atletismo:
DAYRON ROBLES ha comenzado a prepararse en el Estadio Panamericano, sitio en que existen las facilidades de acuerdo a su nivel, y le será asignado un entrenador. Ajustado a las condiciones de la federación podrá ganarse, a partir de sus resultados, el derecho a volver a ser miembro de la selección nacional
Gracias a Fabelo por su detallada respuesta. Claro que creo que los atletas pueden dar agradables sorpresas en las competencias, sino, no estuviera defendiendo a Lezcay; pero me refiero a sorpresas de hacer marcas respetables, no de mejorar marcas de manera interesante para sus edades pero que en el global no pasen del lugar 32… Aunque le reitero que respeto sus criterios y más ahora con sus nuevos argumentos.
A Roberto, qué bueno que alguien sepa de esos detalles de curiosos estímulos en forma de viajes para que nadie se crea “invisible”… Te recuerdo que no solo ahora en el atletismo, sino que en la pelota, por ejemplo, cierto hijo de papá viajaba a eventos de primer nivel con su novia de turno como si fueran de luna de miel… a la vista de todos…
Y sobre cuidar la imagen de los deportistas consagrados, si bien dije en mi comentario anterior que debieron consultar a Leonel (en este caso sí se justificaba); recuerdo y apoyé plenamente que a Iván Pedroso prácticamente lo retiraran, pues él nunca aceptó la realidad de que ya habían pasado sus mejores años como atleta.
Y disculpen mi tardanza en responder, es debido a la limitación que tengo en mi trabajo con Intenet…