por: Jose Alberto Portela Aportela

A través de los años en la historia del deporte mundial han existido atletas que en una temporada han arrasado en cuanta competencia han participado demostrando superioridad sobre sus rivales. Hoy recordaremos una de las atletas cubanas que fue capaz de casi tocar la invencibilidad, se trata de la pinareña Daimí Pernía, especialista en el evento de 400 metros con vallas.

El año 1999 fue testigo de un reinado perenne de Pernía, donde logró sus mayores éxitos deportivos . La travesía victoriosa es iniciada con triunfo en los Juegos Mundiales Universitarios en Palma de Mallorca (España) al ganar con 53.95 segundos. Daimí y su entrenador Faustino Hernández sabían que sus metas aún apuntaban más allá de los límites alcanzados hasta ese instante, y a cada jornada entrenaban con ese pensamiento como bandera.

Los Juegos Panamericanos de Winnipeg (Canadá) serían la próxima parada de esta esbelta atleta, y sus ansias de triunfo cada vez eran más evidentes. Ante las dificultades habituales de la vida la preparación era lo primordial, cada gota de sudor derramada era un atajo hacia los títulos deportivos. Con registro de 53.44 segundos logra titularse máxima exponente de los 400 metros con vallas en el Continente y sube un peldaño más en la hazaña que estaba gestando en ese fenomenal año para ella. Con dos importantes triunfos a su haber aún faltaba por competir en el evento más importante del año : el Mundial de Atletismo con sede en Sevilla ( España).

No tenía nada que perder y si mucho que ganar en el Mundial celebrado en Sevilla, su confianza había crecido mucho y su optimismo era un hervidero de fe y ganas de competir. Paso a paso fue atravesando cada etapa de esta exigente competencia, y sabía que aunque iba a ser una encomienda difícil podía incluirse en el podio entre las tres medallistas. Después de una carrera final en extremo reñida se corona ¡¡ Campeona Mundial !! aventajando a la marroquí Nezha Bidouane por estrecho margen. Su registro dorado de 52.89 segundos la convirtió en ese momento en la sexta atleta en la historia en cuanto a marcas inéditas y puso colofón a un increíble año 1999 para Daimí Pernía.

Bendiciones para usted, estandarte del deporte antillano, grácil gacela que no creyó en imposibles. Llegue a su alma la felicitación y el homenaje de esta página. La historia le pertenece, gracias por donar esperanzas a nuestras vidas.