Por Javier Clavelo/Tomado de JIT
El estadounidense Aries Merrit vivió un cuento de hadas en 2012: con una ostensible mejoría pasó a ser el nuevo rey de los 110 metros con vallas gracias a su oro olímpico en Londres y el récord mundial de 12.80 segundos.
Con ocho carreras por debajo de los 13 segundos (dos más con viento a favor superior a lo permisible), Merritt recuperó el liderazgo de las vallas altas para su país, que no ganaba el título olímpico desde 1996 ni poseía el tope universal desde 1989.
Cerró 2012 con una nueva plusmarca a ese nivel, siete centésimas más rápido que el tope fijado por el cubano Dayron Robles en 2008.
Además de poderse entrenar sin lesiones por primera vez en seis años y medio y de adoptar siete pasos desde la arrancada a la primera valla, Merritt atribuye otros factores a su mejoría: dieta, suplementos en su recuperación, descanso, consistencia en el entrenamiento, fisioterapia y una mentalidad más fuerte.
Así lo hizo saber el vallista de 27 años en un intercambio con periodistas internacionales en su residencia en Bryan, Texas, como parte del proyecto “Un Día en la Vida de…”, de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF).
Merritt tuvo palabras de elogio para sus rivales cubanos. «Siento un gran respeto por la escuela cubana de vallas. El entrenador (Santiago Antúnez) siempre me da consejos de cómo ejecutar la carrera. Siempre han tenido buenos vallistas: (Anier) García, Robles, ahora (Orlando) Ortega y el campeón mundial juvenil (Yordan O’Farrill)».
Ortega, finalista olímpico en Londres´12, aparece entre sus favoritos para acompañarlo en la final del Campeonato Mundial de Moscú´13, junto a estadounidenses como Jason Richarson, campeón defensor y plata en la capital británica, el jamaicano Hansle Parchment —bronce allí— y el ruso Sergey Shubenkov.
«Espero grandes cosas de Ortega porque corrió bien en el 2012 y llegó a la final (olímpica). Es bien joven y cuando tenga más años en la pista correrá aún más rápido. Los vallistas cubanos siempre han sido muy buenos. Compiten muy bien en los grandes eventos», añadió.
Merritt también reflexionó sobre Dayron, quien le precedió en la cima olímpica con el oro en Beijing´08 y el tope universal de 12.87, vigente de 2008 a 2012.
«Es uno de los grandes de todos los tiempos. El vallista más potente que he visto. Era muy difícil para él ganar los Juegos. No corrió muchas carreras antes. Las vallas son muy rítmicas. Si no puedes entrenarlas, será muy difícil imponerse.»
«Espero que rencuentre el amor por las vallas y regrese a las pistas. Mientras tenemos a Ortega. Cuba siempre tiene a alguien en la élite», sostuvo.
Merritt comparó su récord mundial de 12.80 con el de Dayron. «Íbamos parejos hasta la séptima valla. Dayron es muy explosivo. Yo cierro mejor. Mi salida no fue la mejor y pasé la última valla un poco más alto de lo debido».
Campeón mundial juvenil en 2004, Merritt despuntaba como una de las mayores promesas de las vallas en su país. Pero solo el talento no es suficiente. Participó en dos campeonatos mundiales de mayores (2009 y 2011) y perdió la posibilidad de ir a los Juegos Olímpicos de Beijing por una centésima.
Tras el quinto lugar en el Mundial de 2011, «me pregunté qué pasaba conmigo. Me dolía ver que atletas a los cuales ganaba en mi etapa juvenil y en la universidad habían progresado, pero yo no. Jason Richardson, Dayron Robles. Aprendí de la forma más difícil. Solo con talento no podría tener éxito. Me enfoqué más en mi carrera».
De esa reflexión surgió un nuevo Aries Merritt, quien ya sentó credenciales de lo que sucedería en 2012 con el título mundial bajo techo en Estambul.
Sin embargo, para él su récord no tomará mucho en ser superado. «Es una nueva era y mucha gente está corriendo rápido y muchos se entrenan fuerte para superarlo. Este es el comienzo de algo grande para las vallas», sostuvo.
Preguntado por cinco de los mejores vallistas de todos los tiempos, el monarca olímpico los describió con un adjetivo: Allen Johnson (laborioso), Liu Xiang (persistente), Dayron Robles (potente), Renaldo Nehemiah (refinado) y Colin Jackson (rápido). Y se calificó como un corredor fuerte y rápido.
Nacido en Atlanta y gimnasta durante tres años, Merritt alternó primero en los 110 y 400 metros con vallas durante su edad preuniversitaria.
Tras graduarse en Tennessee siguió a su preparador Vincent Anderson hacia la Universidad de Agricultura y Mecánica de Texas en College Station. Desde 2009 se entrena solo bajo la égida de Andreas Behm, pupilo de Anderson. En la tarde entrenan los estudiantes-atletas de la Universidad.
En su tiempo libre descansa, ve la televisión e incursiona casi a diario en videojuegos y dedica tiempo para entrenar a los más jóvenes. Tiene tres perros: dos chihuahuas (Prince y Knight) y un shepherd alemán (Sasha).
«Me falta mucho por conseguir en mi carrera. He logrado lo más difícil, pero creo que me queda mucho por alcanzar en el deporte. Me falta el título mundial al aire libre y me encantaría ganarlo en Moscú», concluyó.
Renaldo Nehemiah fue un estupido dejar las carreras por el futbol americano y Alejandro Casanas era el hermano gemelo de Silvio Leonard fatales en las grandes competencias
Yo no me creo que con solo preguntarse que le pasaba ya le basto para mejorar en casi medio segundos sus marcas, para mi este tipo se dopo.
De acuerdo totalmente con SuperCuba, muchos atletas hacen esos cuentos, pues claro dificilmente podrían decir, me cansé de perder y por ello empecé a tomar y a inyectarme cosas y ya ven donde estoy.
En el pasado cada vez que un atleta norteamericano «se lesionaba» o tenía un padeciemiento o a dolencia que lo habría llevado a la muerte, de no existir «la medicina», poco tiempo más tarde ganaban la medalla de oro en en mundial u olimpiada como si nada.
Otro truco era también todos los atletas de un mismo entrenador padecían de lo mismo, por lo que «tenían que tomar» todo el grupo el mismo medicamento, de esta manera podían enmascarar las sustancia dopantes.
Ejemplos de ello, Jackie Jyoner que era supuestamente asmática, Gail Devers que tenía un padecimiento glandular, Denis Michel que le echaba la culpa a su deseo sexual descontrolado, y por ello ingería medicamentos y Merrit el de los 400 m planos que ingería algo para lograr supuestamente un alargamiento del pene.
Los cuentos siempre han sido de lo más tonto o descarado que se puede esperar.
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Ahora hay métodos modernos que no se descubren muy fácilmente. Creo que Suhr, Merrit, Gay, Reese, Gatlin, Jeter y sobre todo los balistas y los de multieventos consumen sustancias para aumentar el rendimiento.
Leí una noticia hace algunos años sobre una vallista de Jamaica residente en los EE.UU. donde recibía oficialmente sus paquetes de farmacia y aunque todos lo sabían, no pasaba nada, entonces ¿qué vamos a esperar de los atletas del propio país?
Dayron Roble:Quiero ir entrando en el juego,pero sin presion ya que no sera mas con la seleccion nacional,manana volvere a correr.
Es una gran perdida para el deporte cubano,que se deje escapar a un atleta de ese nivel,dijo Santiago Antunes
Pero ellos solos no hace como dos anos llamaron a Shirley Ann y le diron tranquila ella respondio como que tomaba un medicamente para una enfermedad X
Los atletas de Jamaica están dopados hasta la coronilla. Se cuenta que en Jamaica no se controla a nadie. Y los resultados tan tantásticos dan qué pensar. Jamaica siempre ha tenido atletas velocistas de talla mundial, lo mismo que Cuba los ha tenido en disciplinas más técnicas, como lanzamientos y saltos.
Pero ahora de repente parece que en Jamaica cualquiera puede correr por debajo de 10 s entre los hombres y de 11 s entre las mujeres. De acuerdo a esa teoría debería haber en Cuba siete u ocho jabalinistas o discóbolos y varios saltadores de talla mundial, pero no es así.
Es que por una parte Cuba se ha estancado y hasta ha retrocedido, pero por la otra en la mayoría de los países dopan con sustancias invisibles hasta la fecha. no solo en Rusia, como quieren hacer creer se dopan los atletas, en Francia, Alemania, Inglaterra. España es un pantano de gente dopada.
En Europa si tienen dinero los atletas se buscan un laboratorio de controles, le pagan a algún empleado, para que les haga controles privados. Si esos controles dan negativos, el atleta sabe que puede seguir tomando o inyectándose lo mismo, porque es indetectable.