Por Lilian Cid Escalona
La tercera jornada del Campeonato Mundial dejó profundas emociones, cuatro marcas de la competición fueron optimizadas y Estados Unidos fue el indiscutible protagonista al ganar cinco títulos para encaramarse en la cima del medallero.
En lo que a Cuba respecta Roger V. Iribarne produjo la nota más destacada con su avance a las semifinales de los 60m con vallas con el cuarto registro de todos los clasificados. Al margen de lo que cualitativamente pueden llegar a representar los 7.59 segundos conque Iribarne se posicionó segundo en su heat clasificatorio, lo que verdaderamente trasciende es que el muchacho logró el mejor crono de su joven carrera. Lo hizo en el momento adecuado y le vale para superar la fase preliminar en su debut mundialista. Esto, sin dudas, clasifica como una buena actuación. Técnicamente, el joven Valentin pudiera mejorar sus tiempos. Para ello debe profundizar este domingo en su arrancada que hoy fue de las más lentas de su serie.
Los triplistas, Cristian Nápoles y Andy Díaz, fueron protagonistas de otra historia; con desenlace distinto. El primero se quedó 9no, con un único salto válido de 16.70 metros y el segundo fue decimoquinto, entre 15 competidores, con 15.37m.
Visto así, la actuación es decepcionante y se suma a la estela de ocasiones en las que el triple cubano se queda en poco. Sin embargo, esta vez no había tanta tela de la de donde cortar. Quien mejor estaba era Nápoles, pero su temporada invernal no era pródiga en cuanto a marcas.
Su nombre sonó varias veces por sus podios en la nieve, pero sus registros eran discretos. Concretamente saltó cuatro veces (17.02, 16.90, 16.73, 16.70) y la media de sus incursiones estuvo en el rango de los 16.80 metros; rendimiento que se sabía, debía alcanzarle para brillar en el mundial. Su actuación en Birmingham, evidentemente, deja deudas, pero no por no haber ganado una medalla, sino por el hecho de haber quedado lejos de los 17 metros; una marca sobre la que tiene que estabilizarse si desea acomodarse en la élite de esta prueba. Tampoco le “salva” lo de novato porque él ya estuvo en un mundial; en el de Londres, donde ocupó el cuarto lugar. Nápoles, simplemente, no estuvo bien y Andy Díaz tampoco.
Díaz presentó molestias durante buena parte de la gira invernal, por eso no compitió en ninguna de las reuniones para las que había sido anunciado. Al estar lesionado, no entrenaba como Dios manda, y en esas condiciones, tampoco podíamos pensar que iba a rendir al máximo. A juzgar por lo que describe su concurso (falta-15.37 y retirada) los problemas parecen haber regresado. Cosas que pasan.
La final del triple se decidió con una interesante batalla en la que el medallista olímpico y mundial Will Claye se llevó la mejor parte. Con 17.43 metros se colgó el oro, superando al brasileño Almir Dos Santos (17.41, marca personal) y al incombustible portugués Nelson Evora (17.40, récord nacional). Entre las damas, la venezolana Yulimar Rojas se estiró hasta los 14.63 metros y logró retener su corona. La jamaicana Kimberly Williams (14.48) y la española Ana Peleteiro (14.40) completaron el podio.
La fecha, como adelantábamos, dejo varios registros de alcurnia. En la impulsión de la bala para varones, el neozelandés Tomas Walsh ganó con disparo 22.31 metros que le valió para superar a David Storl (21.44 m) y a Tomas Stanek (21.44 m). Walsh, que ya había estado en la cima del podio en Portland 2016 y Londres 2017, inscribe su nombre en la lista de recordistas de los mundiales de pista cubierta, desplazando al alemán Ulf Timmermann que con 22.24 m reinaba desde Indianápolis en 1987.
Los estadounidenses Christian Coleman y Kendra Harrison le imitaron convirtiéndose en plusmasquistas de la competición. Coleman detuvo los relojes en 6.37 segundos en los 60 metros planos y Harrison, finalmente mostró su mejor versión al máximo nivel, y con 7.70 segundos ganó los 60 con vallas.
Genzebe Dibaba ganó su segundo oro al vencer en los 1500m con tiempo de , Kevin Mayer se tituló en el heptalón con 6348 puntos y Courtney Okolo fue la vencedora en los 400 metros con marca personal de 50.55 segundos.
Esados Unidos manda en el medallero con 12 preseas, cinco de ellas de oro. Lejos, con 2 titulos le sigue Etiopía. Cuba con una de oro y una de bronce comparte, momentáneamente, la quinta plaza con República Checa.
(Especial Cubahora)
Y de nuevo un séptimo lugar, esta vez para Iribarne en los 60m c/v. Después de dos buenas presentaciones en la primera ronda (7,59) y en semis (7,58), hubo a un atleta chipriota en la final que fue descalificado por arrancar en falso. Supongo que en esos momentos se nota la diferencia entre un inexperto y un atleta curtido por las competencias internacionales. El nuestro arrancó con una reacción más lenta que en las rondas anteriores y además no se recuperó durante la carrera. El premio a la seguridad fue 7,77. Para tener posibilidad de subir al podio debía mejorar su marca ya que las medallas: Pozzi 7,46, Eaton 7,47, 7,54 se fueron con tiempos que Iribarne aún no ha logrado.