Por José Alberto Portela Aportela

La discóbola cubana Yaimé Pérez es de esas guerreras que dan hasta su última gota de fuerza en la contienda deportiva, y su mirada siempre está en superarse a cada segundo más, lamentablemente para ella y todos sus seguidores esta vez no pudo ser en el Mundial de Atletismo que tiene por sede a la ciudad de Eugene por estos días. Su séptimo lugar alcanzado tiene varias aristas que pretendemos abordar en esta publicación, según nuestra muy personal visión.

Para no aliarnos con la injusticia hay que recordar que Yaimé no ha tenido una de sus mejores temporadas, y ha atravesado un sinfín de dificultades que ha lastrado sus posibilidades de una mejor ubicación en este magno evento. Su voluntad y coraje a toda prueba nos hacía pensar en un milagro, pero en el deporte suceden muy de vez en vez y ya esa etiqueta se la colocó la atleta china Bing Feng,al ser la sorpresiva campeona en el evento del Lanzamiento del Disco. El nivel cualitativo de la competencia fue otro aspecto a tener en cuenta, los 68 metros fueron el cupo para llevarse una presea y nuestra atleta este año ni siquiera ha rozado esos registros.

Nos toca brindar todas las condiciones para ella, crear las bases que hagan de su entrenamiento deportivo un proceso sin obstáculos, aspecto que muchas veces son el talón de Aquiles de muchos deportistas cubanos. Los 69 metros son para Yaime un objetivo alcanzable y ya anteriormente lo ha demostrado. Confiamos en su recuperación y que vuelva a la súper élite de su disciplina.

En favor de Yaimé plasmar que logró su marca del año en esta sede, cuando sobrepasó los 65 metros en las instancias clasificatorias. Sabemos de la estirpe intrínseca en Yaime,sabemos que esto es solo una pequeña batalla que la prepara para venideros desafíos. La Olimpiada asoma en el horizonte y nadie duda que Yaime desde ya es favorita a subirse al podio de premiaciones. ¡ Fuerza campeona !. Ha seguirse preparando con más ímpetu y ahínco. Toda Cuba hoy está a tu lado..