Un aparte lleva el salto con pértiga para damas, cuya disputa de preseas devino en una batalla de altísimos quilates y compitió la cubana Yarisley Silva.

Yarisley finalizó séptima. Su paso por el mundial inició sin problemas y con el listón sobre 4.35 metros. Luego, erró una vez en 4.50m y después pasó los 4.60m en el primer intento. El desenlace se produjo cuando no pudo con la varilla a 4.70m y ello la llevó a ubicarse en la séptima plaza. Esta fue su mejor marca de la temporada y el mundial, como ya sabemos, también fue su única competencia.

Con Yarisley pasó lo que muchas veces, que la prensa jugó en su contra, poniéndole una meta para la que verdaderamente no estaba preparada. Mil y una vez se ha hablado de lo importante que es para los atletas competir, porque les da confianza y les permite limar todos aquellos detalles que pueden atentar contra el mejor resultado a la hora cero. Yarisley no compitió y este, para ser su primer resultado oficial del año, es positivo, de ahí que su incursión en Birmingham no pueda tildarse de mala. Que de ella se puede esperar más, es correcto. Que por su estirpe teníamos la esperanza de que se metiera en la batalla, también es verdad. Pero hay que tener los pies en la tierra y reconocer que la realidad casi siempre es objetiva. Silva fue séptima, y no está mal. Por delante queda camino, y mucho trabajo por hacer. El mundo, ya lo vimos, está On Fire….

La batalla de la pértiga fue épica. Nadie se guardó nada y las chicas regalaron un duelo para recordar. Tanto, que esta final de Birmingham ya se guarda como la mejor de la historia, quitando las ostentosas actuaciones de Yelena Isinbayeva, el nivel de las medallistas es el mayor que se recuerde desde que la pértiga femenina entró en el programa olímpico y mundial allá por el año 1999.

El título se lo ganó Sandi Morris con 4.95 metros que suponen una nueva cota para este tipo de citas del orbe. Con su salto, Morris deja atrás los 4.90m conque ganó su compatriota Jenn Suhr en Portland 2016.

Morris, minutos después de vencer, dijo en twitter: “Honestamente, ahora estoy llorando. Soy tan feliz, bendecida. En mi corazón tenía el sentimiento de que hoy sería mi día. Fue una dura batalla, pero lo hice….Está hecho”

Y no es para menos…Morris vino de abajo cuando arrastrando faltas jugaba en desventaja, renunció a alturas, se golpeó un codo pero saltó, …saltó 4.90 y 4.95m, estando contra la pared y ello le dio el título. Una corona fantástica, que adornó con tres muy buenos intentos con la varilla sobre 5.04m que valían para récord del mundo de pista cubierta. Morris, que ya sabe lo que es saltar sobre 5 metros, tenía en su curriculum solo medallas platas al más alto nivel, ahora es la campeona del mundo. A Sandi Morris hay que seguirla de cerca porque ciertamente se le ve con potencia para lograr más. Tiene 25 años.

Con la plata se quedó Anzhelika Sidorova, que hizo el concurso de su vida, aunque no le haya alcanzado para llegar a lo más alto.

La rusita compitió perfecto y cedió porque ya no conocía el idioma que se estaba hablando. Con muy poco esfuerzo y sin faltas llegó hasta 4.85, luego tuvo el aplomo para mejorar su marca personal al lograr los 4.90m. Se quedó con la plata, pero tiene que saberle a mucho.

Anzhelika hace tiempo que anda saltando y progresando. Había logrado algunas cosas como el bronce mundial en Sopot 2014 pero nada tan bien avalado como hoy. Su técnica es buena, y su forma de competir ha hecho recordar, un poco, a Isinbayeva. Tal vez sea ella, Sidorova, quien recoja la bandera de aquel país. Esperemos, que en algún momento la puedan volver a lucir, porque ellos, los rusos, siguen condenados a ser Atletas Neutrales, sin bandera, sin himno y sin la oportunidad de aparecer, como conjunto, en el medallero. Anzhelika Sidorova ya cumplió 26 años.

Ekaterini Stefanidi no necesita presentaciones. La griega hizo lo que pudo pero estaba claro que no llegaba en plenitud. Así y todo, se la jugó, empezó en 4.70 m y le fue bien. Sus problemas aparecieron después, cuando las alturas comenzaron a serle esquivas. Stefanidi no falla y una cosa, llevó a la otra. En determinado momento del concurso estuvo fuera de las medallas, pero al final logró un brinco de 4.85m que la mantuvo en el podio.

Ekaterini, a sus 28 años, ya lo ha ganado todo. Todo, menos el Campeonato Mundial bajo techo.

Fuera del podio quedó la neozelandesa Eliza Mc Cartney que es el futuro. Saltó 4.75, nuevo récord para Australia y Oceanía y fue cuarta. Tiene solo 21 años.

La canadiense Alysha Newman, también logró record nacional. Lo hizo al saltar 4.70m y posicionarse sexta.

Katie Nageotte, la flamante líder del año con 4.91m, estuvo errática. Aun así, logró unos 4.70m que la ubicaron quinta. Para la norteamericana de 26 años queda el reto de mostrar si salta más allá de Albuquerque. Siempre tengo en mente a Jenn Suhr, que es recordista del mundo indoor con 5.03 y dueña de muchísimos buenos registros pero que fuera de los Estados Unidos solo ha llegado hasta los 4.82m….

La pértiga sin dudas, vive un tremendo momento. Esta otra generación, plagada de atletas nacidas en los 1990, parece destinada a grandes cosas.

Por cierto, Yelena Isinbayeva volvió a ser mamá. Eva, su primogénita, ahora tiene un hermanito. La rusa ya dicho que no volverá a saltar, decepcionada tras no poder competir en Río 2016 por la suspensión de la IAAF a su país, dijo que se dedicaría a su familia.

COMPETENCIA COMPLETA

http://www.youtube.com/watch?v=JQvWt_cwweo