por: José Alberto Portela Aportela

Preocupación y amargura lastran el alma de todo aquel seguidor del deporte en cualquier rincón del planeta en que se encuentre. No es para menos, pues uno de los mejores entrenadores de la historia del Judo se encuentra en un estado delicado de salud. Ronaldo Veitia Valdivié lucha por su vida y sabremos que saldrá airoso de esta batalla, pues la buena vibra de miles de seres humanos le acompañan.

Hoy se recuerda a ese muchacho casi adolescente cuando creó un área de entrenamiento en su pueblo y empezó a impartir clases voluntariamente, tanto era su amor por esta disciplina. Cuatro años después fue oficializado como preparador y los resultados no se hicieron esperar, pues varias veces su escuela fue seleccionada como la mejor área deportiva de judo de toda Ciudad de la Habana.

Por sus continuos logros ofreció clases en diversos centros docentes y comenzó a laborar en la EIDE Provincial donde llegó a ocupar el cargo de jefe de cátedra. Sus alumnos ganaron en nueve ocasiones el primer lugar como sinónimo del excelente desempeño de Veitía y su equipo de trabajo.

Al ser promovido al Equipo Nacional Femenino como entrenador sus ideas renovadoras no cesaron de emanar y fue vanguardista en aspectos inéditos : agregó a la preparación el trabajo con pesas, subir la soga solo con las manos sin ayuda de los pies y otros aspectos metodológicos que no eran utilizados en Cuba en el sexo femenino.

Fue condecorado con la Orden al Mérito Deportivo, máxima distinción que otorga el  Consejo de Estado de la República de Cuba a personalidades o colectivos que hayan mantenido una trayectoria impecable. Igualmente se le otorgó el título de Héroe Del Trabajo por su destacada y larga trayectoria al frente de la selección femenina de Judo. En 2018 la Federación Internacional de Judo lo exaltó al Salón de la Fama del Judo Mundial, convirtiéndose en apenas el tercer cubano en ingresar a tan prestigioso recinto. También alcanzó el nivel de Doctor Honoris Causa en Ciencias de la Cultura Física y el Deporte en la Universidad de Matanzas.

Al frente de la escuadra femenina cubana Ronaldo Veitía atesoró casi 50 preseas en campeonatos mundiales, 22 en juegos olímpicos, de ellas cuatro doradas. Entre sus logros más preciados se destacan el primer lugar en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000; la cima en los campeonatos mundiales de Shiba, Japón (1995), y El Cairo, Egipto (2008); el lugar más alto en el mundial juvenil de Dijon, Francia (1990), y la corona en el torneo del orbe por equipos en Minsk, Bielorrusia (1998).

Sus discípulas han opinado siempre loas y elogios hacia quien consideran un padre para ellas y forman parte de la tristeza mayúscula que embarga sus días hoy. Un verdadero referente cuando hablamos de un «Educador»,en toda la extensión de la palabra.

Desde esta humilde plataforma que es Deporcuba aunamos nuestros sentimientos hoy a familiares y amigos. El Deporte Cubano clama por la recuperación de uno de sus más excelsos hijos. Fuerzas y fe.