Stefanidi by deporcuba (1)

Por: Lilian Cid Escalona /Cubahora

Fotos: Cortesía de la entrevistada

Ekaterina Stefanidis es una buena pertiguista. Desde 2005 tomó posiciones al quebrar el récord mundial para menores de 18 años con salto de 4.37m., categoría en la que se coronó campeona (2005) y subcampeona (2007) del mundo mientras que en 2008 se posicionaba tercera entres las juveniles del planeta.

De mayor ha cumplido y ha coqueteado con la élite aunque sus principales resultados se centran en los Campeonatos de Europa donde ha logrado dos subtítulos. Ella tiene aspiraciones y sueños que apuntan alto y lo cierto es que su presentación en este 2016 bien podría catapultarle. Y es que ha empezado fuerte y el pasado 20 de febrero, esta griega, de Atenas, se aseguró un puesto en el top 5 de todos los tiempos al vulnerar los 4.90m en Nueva York. Con la estudiosa y perseverante atleta de 26 años, conversamos en exclusiva.

—¿Por qué el salto con pértiga?

Mis padres son atletas y estuve ligada a este mundo desde muy pequeña. Desde que tenía 7 años de edad competí en diferentes eventos, aunque nunca quise enfocarme en ninguno en particular porque los entrenamientos me resultaban aburridos. El salto con pértiga fue el primer evento cuyo sistema de entrenamiento me gustó por la diversidad de ejercicios que realizamos durante la preparación y así fue como todo comenzó.

—Estamos hablando de una modalidad complicada. En ocasiones, peligrosa. ¿Siente miedo?

—Realmente no. Comencé muy joven a practicarlo y mi progresión ha sido lenta. He tenido excelentes entrenadores que me han formado una base técnica muy fuerte y ello hace que mis saltos sean seguros.

 

—Millrose Games (Nueva York), 20 de febrero de 2016 y ese salto de 4.90m. ¿Qué pasó por su cabeza?

Mi entrenador (es también mi esposo) y yo llegamos a la competición con expectativas de saltar alto y yo estaba muy enfocada en ese objetivo. Era como si no pudiera escuchar ni ver nada de lo que pasaba a mi alrededor, ni siquiera me importaba la altura de la varilla, mi única preocupación era superarla.

“Durante la competencia experimento pocas emociones, simplemente me concentro en hacer el trabajo, superar las alturas. En Nueva York quería ganar para retener el título que había conseguido el pasado año y eso fue lo que hice, superar cada altura dispuesta”.

—Con este resultado entra en el top 5 histórico de la especialidad en escenario techado. En total son seis las mujeres que han logrado registros de 4.90 metros o más y solo dos han superado la mítica barrera de los 5 metros. ¿Le gustaría ser la siguiente mujer en conseguirlo?

—Los 5 metros definitivamente están en mi cabeza. No sé si voy a ser la siguiente en conseguirlos pero creo que los saltaré pronto. Pienso que puedo ir más arriba, pero no apresuro nada. Sucederá cuando tenga que suceder.

—Las metas de la temporada…

—Lo más importante es mantenerme saludable. Sé que si puedo realizar mis entrenamientos de forma correcta entonces podré ser competitiva y asumir al mejor nivel los principales compromisos. Así que esa es la primera meta, tener salud.

“Luego, cada competencia es importante porque siempre se aprende. Evidentemente, este es un año de eventos importantes: el Campeonato Mundial bajo techo, el Campeonato de Europa y los Juegos Olímpicos. En todos ellos hay metas, pero lo más importante sigue siendo mantener la forma.

”En cuanto a marcas, pues debo estar cerca de mi marca personal (o quizás superarla). Creo que puedo ganar una medalla, y por qué no, el título, pero me gusta ir paso a paso”.
—Tres veces medallista en los campeonatos mundiales de las categorías inferiores, sin embargo, aun no ha tenido sitio en el podio de un gran evento para mayores. ¿Le ha costado la transición (de categorías)?

—Pienso que las cosas marchan bien. Ya fui medallista de plata en el Campeonato de Europa en 2014 y en el bajo techo de 2015. Al aire libre me han afectado las lesiones y no he podido hacer nada en este sentido. Sin embargo, he estado ranqueada en el sexto puesto del mundo en los últimos dos años, lo cual ya es de por sí exitoso.

—Hablando de eventos al aire libre. ¿Qué pasó en el Campeonato Mundial del año anterior en Beijing donde se quedó fuera de la final?

—Durante todo el verano estuve lidiando con una lesión en el tendón de la corva [1]y ello me llevó a tener una actuación inconsistente. Un día me sentía bien y al día siguiente no. El día de la clasificación me sentía mal y tuve miedo de esforzarme y que la lesión empeorara. Ahí está la causa de mi mal resultado.

—Actualmente podemos hablar de dos generaciones de pertiguistas: las nacidas a principios de 1980 donde se incluyen Suhr, Murer e Isinbayeva y las nacidas a finales de esa década, a las que usted pertenece. En su opinión, ¿qué generación podría ganar en los Juegos Olímpicos de Río 2016?

—Es pronto para decirlo. Pienso que esta generación más joven viene fuerte y con mucha confianza, pero puede que no todas las atletas tengan la suficiente experiencia para brillar allí. No creo que sea mi caso, aunque sostengo que es muy pronto para predecir quién podría ganar. Los Juegos Olímpicos son en seis meses y en este tiempo cualquier cosa podría suceder.

—Pero, ¿piensa en Río? ¿Cómo se imagina la competencia?

—Para ser honesta, no pienso en ello aún. Falta tiempo y creo que pensar en ello desde ahora me enloquecería un poco. Soy del tipo de persona que mira el día a día. Ahora mismo estoy con la cabeza puesta en Portland, que es la meta inmediata, y más que en ello, me enfoco en mi siguiente sesión de entrenamientos.

“Es complejo pronosticar o imaginar qué sucederá en Río. Hay muchas chicas saltando fuerte ahora, pero quizás no tengan la capacidad de mantener ese nivel. Asimismo, estoy segura de que habrá otras que lleguen a conseguirlo. Yo solo quiero estar sana hasta entonces”.

—Ha declarado que el 20 de febrero es, oficialmente, su día favorito. Imaginemos que gana el mundial o los Juegos Olímpicos. ¿Lo cambiaría?

(Ríe)

—Lo he dicho porque he roto el récord nacional en tres años diferentes este día. Lo siento como un día especial. Si ganó en el mundial o en los Juegos Olímpicos será genial, pero el haber roto el récord nacional el mismo día en 2005, 2015 y 2016, sigue siendo de locos.

—¿Cómo es Ekaterina, la chica?

—Amo dormir. Duermo muchas horas al día y también me gusta mucho aprender. Cuando terminé la licenciatura empecé en un programa de doctorado. Ahora mismo estoy tomándome un respiro en este sentido, pero extraño estudiar y poder hacerme a diario una persona mejor. Ejercitar el cerebro es tan importante como ejercitar el cuerpo. Soy, además, de ese tipo de personas que prefiere tener dos buenos amigos a tener muchos amigos que no sean del todo buenos. Mi mejor amigo es mi esposo, gasto cada segundo en estar cerca de él y de paso aprendo, porque es también mi entrenador. Además de eso, soy un poco desordenada. Me gusta comer, sobre todo, los postres.

—¿Cuáles son sus claves de éxito?

—Como comenté antes, empecé saltando a la edad de 10 años y mis entrenadores crearon una excelente base técnica en mi. Cuando me mude a Estados Unidos en 2008 empecé a realizar un entrenamiento diferente al que había tenido en Europa y la unión de estos dos sistemas me hizo llegar a un balance técnico perfecto.

—¿Nos cuenta una anécdota de su vida deportiva?, algo gracioso, tal vez.

—Una vez, tendría 11 ó 12 años, durante una competencia inter-clubes en Atenas, me puse a hacer algo de gimnasia para mantenerme caliente y una abeja me picó en la mano. Yo no era alérgica ni nada, pero me asusté tanto que cree una tragedia allí. Me puse a llorar y rápidamente llegaron los organizadores y médicos pensando que era alérgica. Fue un caos total, hasta que llegaron mis padres y aclararon que solo estaba asustada, que no pasaba nada en torno a la picadura de abeja.

—¿Tienes ídolos?

—Realmente no. Siempre he buscado crear mi propia historia. Hay personas que admiro, como por ejemplo a Maxim Tarasov, por sus habilidades técnicas.

—¿Cómo es la relación entre las saltadoras?

Muy buena. Es difícil que no fluya porque viajamos y competimos juntas alrededor del mundo. Cada quien tiene sus compañeras favoritas, pero nos llevamos bien entre todas.

—¿Qué criterio tiene sobre los atletas cubanos y sus resultados?

—Yarisley es una gran atleta. Realmente me gusta mucho, es una de mis favoritas. Puedes sentir su energía positiva y su fuerza. Es una persona muy agradable y aunque no hemos hablado mucho, tenemos muy buena relación. Su entrenador es una excelente persona también, de hecho, el año pasado me prometió que tomaría clases de inglés. Estoy deseando verle para poder conversar.

 

[1]El tendón de la corva se encuentra en la parte opuesta al cuádriceps, en la parte posterior. Es un tendón que se compone de tres músculos: el bíceps femoral, el semimembranoso y el semitendinoso, que unen el isquion (que es el hueso en que se insertan en los glúteos, es decir, el que apoyamos cuando estamos sentados) con la tibia y el peroné, y se localiza en la parte posterior de la rodilla o zona poplítea. Su función es la de flexionar y rotar la rodilla lateralmente y extender el muslo.