480 suhr La final del salto con pértiga femenino de la más reciente cita olímpica de Londres 2012 ha quedado en un lugar especial de la memoria de los cubanos por muchas razones. Allí Yarisley Silva igualó el 4.75 que es lo mejor de su vida (un registro que por demás significa el récord nacional) para quedarse con la presea de plata, metida entre las dos mejores pertiguistas de la historia, a juzgar por sus resultados: Jennifer Suhr y Yelena Isinbayeva. El ascenso de Silva al podio constituye un hecho sin precedentes en esta joven disciplina pues la cubanita se convirtió en la primera mujer latinoamericana que resulta premiada en esta modalidad bajo los cinco aros.

Desde luego, son razones para el júbilo nacional con el gustazo adicional de lograr la concreción de un resultado de alto calibre. Mas hoy me referiré al hecho, contraproducente hasta para los más entendidos, que marcó la incertidumbre en la agonía de la final londinense. Con la varilla a 4.80, altura condicionada por la última bala que se gastaba Isinbayeva en aras de recuperar su fulgor, Jennifer y Yarisley se enfrascaron en tratar de doblegar una marca que representaba la medalla de oro; ninguna pudo pese a que la norteamericana lo intentó cuatro veces.

 

Jennifer Suhr hizo dos intentos idénticos en su última oportunidad y con eso sumo cuatro carreras en su afán de conseguir el 4.80m de la tranquilidad. Los curiosos, entre los que me incluyo, quedamos petrificados ante aquello que parecía insólito. Aunque “el cuartico quedó igualito” y su intento dual no tuvo mayores consecuencias, concurrí donde Alexander Navas (coach de Yarisley Silva) con la duda y con la ayuda de las reglas entendí la legalidad de la acción de la entrenada por Rich Suhr.

 

Según las normas competitivas para el Salto con garrocha que establece la IAAF (REGLA 172: Salto con pértiga), un atleta comete falta (pierde el intento) cuando:

a) Cuando derriba la varilla.

b) Cuando pierde todo contacto con el piso con el propósito de realizar el salto y no traspone la varilla;

c) Cuando después de haber despegado del piso, coloca la mano inferior sobre la superior o desplaza ésta hacia lo alto de la garrocha;

d) Cuando antes de despegar toca el piso —incluida la zona de caída— con cualquier parte de su cuerpo o con la garrocha, más allá del plano vertical que pasa por la parte superior del tope del cajón de pique.

Técnicamente, y según las observaciones del profesor Navas, Jennifer Suhr no incurrió en ninguno de estos incisos en su incursión final, por ello, y sin violentar en el tiempo establecido para su turno de saltar, pudo proceder a repetir en intento.

 

+ Sobre las reglas del salto con garrocha en: http://deportesyatletismo.blogspot.com/2009/04/regla-172-salto-con-garrocha.html