por: Eddy Nápoles Cardoso / Exclusivo

Corría el año 1981, cuando varios entrenadores del equipo nacional recorrieron el territorio cubano en busca de talentos para el atletismo, en un denominado “Plan Gigante” de captación. Esa comitiva técnica desembarcó en el Instituto Preuniversitario en el Campo número 26, ubicado en aquel momento, cercano al Central Ignacio Agramonte, en las periferias de la ciudad de Florida, que albergaba alumnos de los municipios Vertientes, Céspedes, Esmeralda y los locales.

A las pruebas selectivas se presentaron varios aspirantes (William Senaide, Lázaro Montalvo, Alejandro Erin), algunos con experiencias competitivas a nivel provincial, otros partían de cero. Entre estos últimos, estaban Osvaldo González y Pedro Antonio Guerra, los dos que resultaron seleccionados, el cespedeño González tuvo una corta estancia en la para ese entonces reconocida ESPA Nacional, pero el esmeraldeño Guerra, natural del poblado de Caonao, con 18 años, logró “aclimatarse” a la exigencias del alto rendimiento de esa entidad acantonada, por aquel momento, en Playa. Inicialmente, interactuó con entrenadores como Pablo Montes, Ángel Lombard o Santiago Antúnez.

Luego de transcurrida la etapa inicial, definición de las pruebas, por los parámetros expresados, Guerra fue “ubicado” como mediofondista, bajo las sucesivas orientaciones de los entrenadores, Lázaro Lugones (Isasi) y Luis Ordoñez. Transcurrido el primer año de estancia en el alto rendimiento, mostró progresos, al correr los 1500 metros en 3:53.77 (Santiago de Cuba, 29 de mayo de 1982), ocupando en ese momento el quinto puesto, entre todos los juveniles cubanos en esa prueba (Luis Medina, 3:49.9; Jorge Poll, 3:50.0; Alfonso Fabré, 3:51.8 y José Cobo, 3:52.4).

Aun, cuando en 1983 no mejoró su marca personal, se mantuvo en el entorno de su rendimiento anterior, con 3:54.28, descendiendo en los años siguientes a 3:49.03 y 3:47.72, respectivamente. En 1984 triunfa en la primera edición del Memorial Rafael Fortún, con 3:55.0. La temporada de 1986 tiene varias lecturas en la carrera atlética de Pedro Guerra, ese año, luego de cinco periodos en el alto rendimiento, logró la cúspide de sus resultados. Resulta que, el 8 de junio estuvieron en disputa en el Estadio Pedro Marrero, dos boletos rumbo a Santiago de los Caballeros, escenario de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, Guerra dominó esa eliminatoria, con 3:43.88, el otro agraciado fue el pinareño Félix Mesa (3:44.26), atrás quedaron, entre otros, Amado Ramos (3:47.03), Adalberto Corrales (3:47.86), Andrés Hernández (3:48.85), Hilario Barnet (3:48.95) y Ángel Rodríguez (3:50.60).

El cuarto corredor en la foto es Pedro Guerra

En la cita dominicana, el éxito no le acompañó al mediofondista esmeraldense, se corrieron dos series eliminatorias, por la uno avanzaron a la final, Mesa (3:53.37), el venezolano Beltrán (3:53.57), el colombiano Segura (3:54.04), el antillano Martina (3:54.26), entre otros, mientras por la dos, Guerra (3:55.78) avanzó escoltando al colombiano Navarrete (3:54.36), al mexicano López (3:54.74) y delante del boricua Meléndez (3:56.47) y del venezolano José Gregorio López (3:56.81). En la carrera final, Pedro Guerra no pudo resistir el ritmo impuesto por el cafetero Jacinto Navarrete (3:43.72) y el venezolano Germán Beltrán (3:43.99), terminando séptimo con 3:51.94, mientras su paisano y amigo, Félix Mesa (3:45.50), entraba tercero.

Lamentablemente, al regreso de Dominicana, la continuidad de Pedro Guerra en el equipo nacional fue interrumpida. Con una mirada realista, sí el motivo de la baja fue el pobre desempeño en la cita centrocaribeña, los ejecutores no tuvieron presente argumentos objetivos, que Guerra apenas cumplía su quinto año en la práctica del atletismo, incluido el alto rendimiento, mostrando progresos evidentes, que lo colocaron esa temporada (1986) como el cuarto hombre de esa prueba en Cuba (Luis Medina, 3:39.0; José Cobo, 3:41.6 y Jorge Poll, 3:42.5). Además, el camagüeyano enfrentó en Santiago de los Caballeros su primer evento internacional en tierras foráneas, sin competencias preparatorias. Lo cortés no quita lo valiente, pero no fueron, ni lo uno, ni lo otro, fueron injustos.

En el ámbito doméstico (Camagüey), Guerra dominó el listado de los 1500 metros hasta 2002, cuando otro esmeraldense, Ereisis Torres lo superó con 3:43.2. Sin ser un especialista en las pruebas largas, realizó dos incursiones en los 5 mil metros, con 14:36.1 en 1984 y 14:37.63 en 1985.

No obstante, el actuar de Pedro Guerra en el atletismo cubano nos deja un legado, un debut tardío (18 años) en el alto rendimiento no imposibilita el logro de grandes resultados, mostrando progresos objetivos en una prueba (1500m) que requiere de la“acumulación” de capacidades.