Se aproxima el inicio del Campeonato Panamericano Sub20 de atletismo en San José, Costa Rica, y ya se conoce los datos sobre los participantes. Un total de 470 atletas de 36 países aparecen inscritos. Las delegaciones más numerosas son, por ese orden, la de Estados Unidos con 86 atletas, la de Canadá con 47, la de Jamaica con 42 y la de Brasil con 29. Luego aparece en orden numérico la comitiva del país anfitrión, Costa Rica, con 25 atletas. Una veintena de competidores llevan Colombia y México. Dieciséis atletas representan a Trinidad y Tobago y quince a Bahamas y Perú. Todos estos países superan numéricamente a la delegación cubana, que asiste sólo con 14 atletas.
Las diferencias numéricas no son un reflejo exacto de las distancias cualitativas que existen entre unos países y otros. Si descontamos a Estados Unidos, toda una gran potencia atlética a nivel mundial, Cuba es el país que más atletas de la categoría juvenil tiene encabezando los listados de las mejores marcas del año a nivel continental (6) y también la nación que más potenciales competidores tendría ubicados entre los tres primeros lugares en esos listados (18). Partiendo de la premisa de que cada país puede presentar a sólo dos competidores en cada una de las modalidades individuales del atletismo juvenil panamericano y asumiendo que los lugares ocupados en los listados pudieran ser una predicción aproximada de las medallas, veamos una tabla comparativa entre los países mencionados:
País | Número de participante | 1ro(s) en listado | 2do(s) en listado | 3ro(s) en listado | Total | Porcentaje en relación al total de participantes |
EU | 86 | 19 | 23 | 10 | 52 | 60.5% |
Canadá | 47 | 4 | 1 | 6 | 11 | 23.4% |
Jamaica | 42 | 3 | 2 | 9 | 14 | 33.3% |
Brasil | 29 | 1 | 1 | 2 | 4 | 13.8% |
C. Rica | 25 | 0 | 0 | 1 | 1 | 4% |
Colombia | 20 | 0 | 1 | 1 | 2 | 10 % |
México | 20 | 2 | 1 | 1 | 4 | 20% |
Tri y Tob | 16 | 1 | 0 | 0 | 1 | 6.2% |
Bahamas | 15 | 0 | 0 | 1 | 1 | 6.67% |
Perú | 15 | 2 | 0 | 0 | 2 | 13.3 % |
Cuba | 14 | 6 | 7 | 5 | 18 | 128.6% |
A todas luces, son contrastantes los números de Cuba. Siendo el país que, después de Estados Unidos, más potenciales títulos y medallas podría ganar en el Campeonato Panamericano Juvenil, es el que menos atletas lleva a esta competencia entre los 11 países comparados. Incluso, la cantidad de participantes (14) es menor a la cantidad de posibles medallistas (18), a juzgar por los lugares ocupados por los atletas en los listados de mejores marcas en sus respectivas especialidades. Es cierto que algunos atletas cubanos andan con molestias o lesiones, algo que seguramente ocurre también en el caso de otros países. Y es cierto también que, en el caso de los cubanos, se decidió no llevar al Panamericano Juvenil a los atletas (7) de esa categoría que participarán en los Juegos Panamericanos de Lima.
Aun así, la cifra de participantes de nuestro país es excesivamente baja en comparación con las posibilidades reales que hoy tiene al atletismo juvenil cubano en el contexto continental. Agreguemos un dato más. En este tipo de competencias por lo general ofrecen puntos a las delegaciones no sólo los medallistas, sino también los atletas que se ubican en las 8 primeras posiciones.
Pues bien, Cuba tiene en la actualidad a 35 atletas juveniles ubicados entre los 8 primeros en los listados individuales de sus respectivas modalidades a nivel panamericano, volviendo a tomar aquí en cuenta que cada país puede presentar un máximo de dos atletas en cada especialidad individual.
Los datos ofrecidos ameritan una reflexión de cara al futuro, ya que obviamente a estas alturas no puede ser variada la cantidad de participantes cubanos en el ya inminente evento panamericano juvenil que está por comenzar.
En primer lugar, debe reconocerse el excelente trabajo que viene haciéndose con nuestros atletas juveniles. Que un país pequeño y bloqueado como Cuba tenga mayores potencialidades atléticas en el sector juvenil que grandes naciones como Brasil, Canadá o México, habla a las claras de lo certera que es la estrategia que sigue la Comisión Nacional, dirigida a obtener los principales frutos a partir del ciclo olímpico que comienza después de Tokio 2020.
Sin embargo, ese excelente trabajo debe tener su coronación parcial en eventos como son los campeonatos panamericanos y mundiales juveniles.
Sabemos que la limitación fundamental para llevar delegaciones más amplias a estos eventos está asociada al techo presupuestal que se dispone en cada caso y que la prioridad presupuestaria este año, por ejemplo, son los Juegos Panamericanos de Lima.
No obstante, hay que tener en cuenta que lo que hoy o el año próximo destinemos a la participación cubana en eventos juveniles tiene relación directa con la prioridad que, en 2022, 2023 o 2024, le estemos dando a los juegos centroamericanos, panamericanos u olímpicos del próximo ciclo. Se trata de una inversión a futuro.
La recuperación de los lugares históricos que Cuba ha obtenido en estas competencias múltiples pasa obligatoriamente por el aporte que a ellas pueda ofrecer el atletismo. La época dorada de Cuba en juegos regionales y continentales se caracterizó siempre por el protagonismo indiscutible de los atletas de campo y pista. El futuro no debe ser distinto. Y ese futuro hay que labrarlo, como bien ha señalado Yipsi Moreno, comenzando por los atletas cadetes y juveniles, sin dejar a un lado esa gran cantera que son los juegos escolares.
Cuba es un semillero de atletas y realiza una labor ejemplar en la captación de talentos. Nuestros entrenadores han demostrado estar entre los mejores del mundo en la conversión de lo posible en real y han llevado a no pocos jóvenes talentosos al estrellato mundial. Pero nos falta engrosar la participación cubana en eventos juveniles internacionales.
Hemos de mirar los buenos ejemplos. Jamaica es también un país pequeño y tampoco destaca por tener un PIB muy alto. Tiene en este momento, a nivel juvenil, menos potencialidades que Cuba, como lo muestra la tabla que más arriba insertamos. Sin embargo, lleva al Campeonato Panamericano Juvenil a 42 atletas, exactamente 3 veces la cifra que lleva Cuba. Tal vez, de esos 42, seis o siete lleguen a convertirse en estrellas. Ahora no se sabe con precisión cuáles. Por eso llevan muchos. La calidad sólo puede nacer de la cantidad. Es pura dialéctica.
El año próximo tendremos el Campeonato Mundial Juvenil de Atletismo en Nairobi, Kenia. Desde ya se vislumbra una posible y muy destacada actuación cubana. Hay cantera suficiente para ello. Ojalá que las limitaciones presupuestales no impidan llevar a esa competencia a todos los atletas cubanos que lo merezcan.
Como siempre, un excelente artículo de Fabelo profundo en el análisis y lleno de frases claves que invitan a la reflexión. El problema radica en que la gente responsable de guiar la nave del deporte cubano, al mismo tiempo la que puede cambiar las cosas, aparentemente defiende otros intereses los que no son siempre un reflejo de su amor a la Patria como se exige constantemente de los atletas.
Me refiero a las decisiones, a mi juicio nebulosas, de quién va o no a determinados eventos deportivos. Cada vez tengo más la impresión de que la lista final de atletas a giras y a eventos (que no sean Centrocaribes o Panamericanos) ya sean mundiales de mayores y hasta los de categoría juvenil o cadete se confeccionan sobre la base de quién es el acompañante del atleta que recibe la visa para viajar. Desconozco si los entrenadores que entrenan a los que no viajan, se han convertido en personas no gratas para alguien de la dirección del INDER o son probables candidatos a abandonar la delegación, pero una cosa está bien clara, sean las razones objetivas o subjetivas, si las marcas deportivas pasan a un segundo plano entonces no podemos hablar de transparencia en la selección y estamos frenando el desarrollo de algunos atletas porque se actúa como si se tratase de una lotería o te toca o no te toca el gordo. Quizás ese sea uno de los mayores errores que se cometen en el INDER y que varias temporadas más tarde les caen delante como en el caso de los últimos Panamericanos y Centroamericanos.