Orlando Ortega   Dayron RoblesLas vallas, las nuestras, se desconfiguraron en 2013 luego de que iniciando el año Dayron Robles anunció que se alejaba del equipo nacional. Como dije en para la ocasión en mis comentarios sobre el tema, Robles no era mi atleta predilecto pero era el mejor exponente del atletismo de nuestro país en ese entonces, en lo atinente a resultados y rango internacional, y de los mejores que tuvimos en los últimos tiempos. Campeón Olímpico, recordista mundial, autor intelectual de un 2008 para enmarcar en lo que al universo de las vallas se refiere y una figura, por ende, que necesitábamos conservar.

A saber, el hasta entonces reconocido como Lord del Guaso se tomó un respiro (que resultó definitivo) por sentirse agotado de lidiar con esos problemas, muy mencionados y nunca debidamente explicados, que han rodeado tantas veces a los deportistas cubanos. Robles se marchó del equipo sin que nadie, probablemente por orgullo o por el cabreo propio de tener que enfrentar lo inimaginable, lo considerara imprescindible y tirara de cualquier estrategia para preservarlo. Aunque no creo que llegados a ese punto hubiera mucho que hacer al respecto. Así se fue, y por aquí se le echó de menos, aunque muchos encontraron materia para soñar con Moscú en la bala que quedaba de cara al mundial. En el Estadio Panamericano se perfeccionaba a Orlando Ortega, un bisoño prometedor que enfilaba como el relevo de la reconocidísima escuela cubana de vallas. Un atleta de muchas condiciones, que días después de certificada la ausencia de Dayron Robles, ratificó sus maneras y corrió lo mejor de su vida (13.08) en Eugene, Oregon, para erigirse con el título de principal figura de la especialidad.

Eso sucedió en mayo, pero en junio, la noticia de que Ortega era sancionado y se perdería el mundial detonó el desconcierto popular. Se supo que el atleta y su entrenador (Kelvis Antúnez) se negaron a participar en una competencia gestionada por la Federación Cubana de atletismo alegando que en la propia fecha habían confirmado su presencia en otra reunión. Al final, Orlando fue exonerado de sus “cargos” y asistió al Mundial. En la tierra del Kremlin terminó sexto en su heat clasificatorio y se marchó, del torneo y de la concentración del equipo para proseguir desde otras huestes.

Desde entonces, la dupla que conforman Ortega y Robles ha dado mucho de qué hablar.ortega y robles

Robles empezó a correr a título personal, contratado por el Club AS Mónaco y se ha entrenado en Cuba. También ha querido competir, aunque manteniendo su status, sin volver a su pasado como miembro del equipo nacional.
Ortega regresó a las pistas en 2014, y rubricó muchas actuaciones que denotan estabilidad. También corrió 13.01, para rozar el límite que sueña todo vallista corto y mejorar, constantemente, su marca personal.

Así llegó 2015, el año en que ambos se han encargado de ocupar puestos en el podio de cada reunión que han enfrentado. Un protagonismo que camina a nombre de Cuba y en el que Ortega ha llevado la voz cantante pues todavía no conoce lo que es ser segundo, enfrentando a Merrit, Richardson, “pesos pesados” de la especialidad.

Todos sus registros son inferiores a los 7.53 segundos y destaca especialmente por su performance en Lódz, donde estampó un interesante 7.45 que supera con creces lo que había hecho en su carrera bajo techo (7.54 en 2013) y le sitúa como líder universal.

Robles, por su parte, exhibe un 7.53 como saldo más destacado y aparece sexto en el ranking global de la temporada. Ha corrido más, y ha estado entre los primeros siempre. De cualquier manera considera que el “…arranque ha sido malo, aunque de manera general no me quejo de cómo van saliendo los cosas. Van mejor de lo que esperaba”.
“No me guío por la marcas, valoro sobre la base del entrenamiento porque sé que sin tener todas las condiciones no se puede competir a este nivel y yo no he entrenado bien. Por eso me considero afortunado de poder estar entre los medallistas en los mítines” – aseveró en declaraciones a DeporCuba, al tiempo que apuntó “lo principal es estar en la comida. Es la base del trabajo para que la próxima temporada sea mejor”.

Preguntado por la meta de esta contienda, no vaciló en certificar que “el objetivo es competir”, sin marcas o resultados particulares en mente.

Y lo cierto es que la línea de su conducta internacional ha sido justamente esa, competir. La siguiente parada para ambos cubanos está señalada para el próximo día 25, en la reunión conocida como Malmo Games.

Orlando Ortega y   Dayron Robles

Orlando Ortega y Dayron Robles durante la competencia Pedro´s Cup.

 

Ortega y Robles, aunque trigo de diferentes cosechas, han terminado por convertirse en harina del mismo costal. Un saco al que han ido a parar todos los atletas cubanos que circundan el planeta con resultados que no encuentran eco en este lado del mundo. Actuaciones que llevan mucho de esta isla  pero contribuyen con su peso al sedimento de errores que, poco a poco, le ha ido restando brillo al movimiento deportivo cubano. Una historia que, lamentablemente, de momento no parece no tener fin.