Por: Lilian Cid Escalona/ Cubahora
Omara Durand es un ícono del deporte cubano y universal. Un ejemplo de consagración, dedicación y perseverancia. Una muestra fehaciente de cuánto puede lograr el ser humano cuando se entrega, por completo, a la obra que escoge como proyecto de vida.
Omara nació en Santiago de Cuba y ha estado dedicada al deporte desde los 7 años de edad. Hoy puede presumir de todos los títulos posibles en el deporte al más alto nivel y posee los récords mundiales de su categoría T12 en las pruebas de 100, 200 y 400 metros planos. Hazañas que valen para haber sido comparada de poder a poder con el bólido jamaiquino Usain Bolt, un contraste que no acepta, desde la humildad que le precede.
El caso es que Omara Durand es el espejo en el que podríamos mirarnos todos, no solo por su extensa gloria en lo deportivo, sino por las enseñanzas de vida que destila su historia. Hacer de la discapacidad, en su caso catarata congénita degenerativa, una virtud, no es tarea fácil, sobre todo, porque implica tener una fortaleza mental inusitada y una voluntad que no da tregua a los obstáculos.
Así, vive orgullosa de lo que ha logrado, no busca otras glorias, solo la tranquilidad espiritual que le devuelve el saberse una mujer realizada en todos los planos de la vida.
De esas energías pudimos impregnarnos, en primera fila, durante nuestro encuentro con la multicampeona y multi recordista paralímpica y mundial y su guía Yuniol Kindelán en la Peña En Caliente, que cada jueves presentan Reynier Batista y Joel García en el restaurante La Fela, de Luyanó. Un espacio de cada jueves que este día 12 contó también con la participación especial de Harold Iglesias en roles de conductor.
—¿Por qué el deporte? ¿Por qué el atletismo?
—Lo único que he practicado en la vida es el atletismo. Me inicié a la edad de siete años y debo agradecer este camino, en primer lugar, a mi profesor de Educación Física en la escuela especial para niños y débiles visuales en la que yo estudiaba en Santiago de Cuba, que fue quien se percató de que yo tenía condiciones y me inició en este deporte luego de convencerme a mí y a mi mamá de que podía haber nacido para hacer esto.
—La velocidad siempre…
—Siempre fui velocista, y créeme que no soy el prototipo de atleta que normalmente vemos en estas pruebas. Mi temperamento no tiene mucho que ver, porque yo no soy explosiva, soy muy calmada, tranquila.
“Realmente experimento como una metamorfosis cuando piso la pista. Soy otra persona.
”Mi prueba favorita son los 200 metros. Porque me deja ser más yo y porque disfruto mucho corriendo la curva.
”Los 400 metros, desde luego, es la prueba más dura. Los 400m son una prueba psicológica. Si no estas convencido de lo que quieres y de cuánto has trabajado, el 400m te cansa antes de correrlo”.
Yuniol: En mis años como convencional era especialista de 400m, y a veces hice algún 200m, tampoco soy explosivo y el mayor reto lo he asumido con los 100 metros.
—¿Cuán difícil es asumir un evento internacional?
—Imagina que normalmente hacemos hasta 9 carreras; eso es extremadamente complejo. Es desgastante, creo que todos no tenemos la fortaleza para asumir un reto tan grande. Yo personalmente hasta bajo de peso.
—Un récord mundial, ¿les resulta fácil?
Omara: Los récords mundiales no se planifican; cuando el atleta está bien preparado salen solos. En verdad no pudiera decir que hacer un récord del mundo es fácil o difícil; creo que simplemente es el resultado de trabajar duro con esa proyección. Todos los resultados de un deportista se logran en el entrenamiento.
Yuniol: Nosotros hemos ganado todo desde el entrenamiento. Hay que trabajar fuerte, y estar enfocados. Los récords del mundo y los grandes tiempos se consiguen en el entrenamiento, en el trabajo diario.
La dupla corre 11.40 en 100 metros, 23.03 segundos en 200m y 51.77 segundos en los 400m. Esas son sus credenciales deportivas, las mejores del mundo en su categoría; tiempos que no están al alcance de muchas deportistas convencionales.
Yuniol y Omara no son muy devotos de la pelota, quizás porque su tiempo gira en torno al atletismo. Y, mejor así, porque entre una santiaguera y un seguidor de Industriales las cuentas no siempre son demasiado claras. Uno y otro reconoce el cambio radical en sus vidas al juntarse, cada quien es consciente de su papel y de la responsabilidad que entraña defender lo logrado. Son uno, y juntos buscan seguir en la senda del éxito.
—Miriam Ferrer, una madre…
Omara: Yo estoy en la preselección nacional desde que tenía 14 años (ya tiene 28) y siempre he trabajado con Miriam. Con ella he pasado de todo: hemos vivido momentos lindos y especiales y otros que no lo han sido tanto. Es una mamá para nosotros, la mamá de los pollitos (ríe), no puede ser de otra manera.
Yuniol: Le agradezco a Miriam el haberme propuesto trabajar con Omara, la oportunidad que me ha permitido realizarme como atleta de alto rendimiento.
Este es un proyecto lindo, me tuvo en cuenta para hacer esto y ha sido lo más bonito que he logrado. En principio me lo pensé, sabía que era un tremendo reto. Tuve que pensarlo mucho y aunque me atreví, tenemos que reconocer que fui complicadísimo.
—¿Cómo evalúas el estado actual del para atletismo a nivel global?
—Llevo mucho tiempo en esto y eso me ha permitido constatar por mí misma el crecimiento. El deporte está en auge, hay un desarrollo fenomenal. La prueba es que en mis inicios yo podía ganar con 25 segundos una prueba de 200m pero ahora hay que bajar de 24 para pensar en el podio.
“Valoro mucho lo que hacemos, porque todas las personas con discapacidad no tienen la voluntad para enfrentarse al mundo como seres humanos. Y probablemente no sea más popular porque siempre golpea un poco la falta de proyectos a nivel global para educar a las personas con discapacidad y motivarlos a que se acerquen al deporte”.
—¿Fue complejo el cambio de categoría de T13 a T12? ¿Claves de los resultados?
—El éxito de esta disciplina está en la sincronización. Tiene que existir una compenetración milimétrica porque cualquier desencuentro puede llevar a la descalificación.
“Fue muy difícil encontrar las claves porque Yuniol nunca había corrido con una atleta con discapacidad y yo nunca había corrido con guía. Nos tomó tiempo, pero hoy creo que somos uno. Todo es obra del entrenamiento, porque es ese el real momento donde se consiguen los resultados que después todos disfrutamos”.
—¿Te gusta entrenar?
—Digamos que no soy gran fan del entrenamiento, por supuesto que me gustan más las competencias, pero sé que para tener resultados hay que construir el día a día, por eso hago mi trabajo con responsabilidad.
—¿Correr sola o con el guía?
—Solo te diré que si me quitan a Yuniol de al lado, no corro más.
—En Beijing 2008 no tuviste el debut soñado, ¿cómo lo asumiste?
—En Beijing me quedé sin medallas, fue una amarga experiencia de la que aprendí. Pero nunca pensé en abandonar el deporte, no puedes pensar en rendirte cuando tienes 16 años y tanto que aprender. Sufrí, sí, pero solo en el momento de la competencia. En lo adelante me enfoque en que podía, que sí podía, y que solo tenía mucho trabajo por delante.
“Fue mi primera experiencia. Fueron unos Juegos Paralímpicos que me jugaron una mala pasada”.
—Lima 2019 y el gesto de concederte un espacio en su particular sitial de la fama…
—Lo que sucedió en Lima ha sido uno de los momentos más lindos de mi vida deportiva. Fue una sorpresa porque no tenía idea exacta de lo que iba a suceder, así que me emocionó muchísimo. Nunca pensé en que me comparasen con Bolt y lo agradezco, aunque creo que es un poco imposible, mi reverencia para el Señor Usain Bolt.
“Lo de Lima fue algo único, privilegio, porque nunca se había hecho un homenaje así a una atleta paralímpica y eso hace que haya vivido el momento con mucho orgullo. Yo me sigo emocionando con las sensaciones de aquel día, cada vez que lo recuerdo”.
—Después de tantas carreras, de tantos premios, de tantas victorias y de tantos momentos vividos en 21 años de entrega al deporte, ¿con qué momento de tu carrera te quedas?
Omara: Si te digo la verdad, he disfrutado todos los momentos de mi vida deportiva y cada uno está bien guardado en un lugar especial de mi corazón porque es el fruto de tanto esfuerzo, de sacrificio y empeño.
Aunque quiero agradecer especialmente la nominación que he tenido a los premios Laureus porque solo estar nominada es una gran victoria. Son los premios más grandes que se entregan en el deporte.
Yuniol: Escojo la primera medalla mundial que obtuvimos, porque fue el primer gran resultado de mi carrera. Todos los atletas soñamos con eso, y fue muy gratificante haberlo logrado junto a ella.
—Ídolos y/o referentes…
—Si te digo la verdad, en mis inicios yo no tenía idea de qué era el movimiento deportivo paralímpico, así que tuve en Ana Fidelia Quirot a un paradigma.
—¿Qué hay de la posibilidad de correr con los convencionales?
—En realidad, yo estoy feliz de ser una atleta con discapacidad.
—¿Te sientes querida?
—Mucho, y tengo que decir que el reconocimiento del pueblo me llena de vida, me da fuerzas para seguir dándolo todo.
—Hay un fin pactado para tu carrera deportiva
—Ya son 21 años en el deporte, y el tiempo pasa factura. Cuando te expones a un entrenamiento agresivo por tantos años, siempre te rompes, aunque te cuides. De momento no tenemos nada planificado, ahora estamos centrados en Tokio.
—Algo que no sepamos…
—En Londres corrí embarazada. Por supuesto, no lo sabía, y tampoco tenía ningún síntoma. Creo que la propia adrenalina y el estar concentrada solo en la competencia me llevaron a no percibir nada. Después todo salió a flote.
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