Usain-BoltPor Lilian Cid Escalona

Con el doble festejo de Jamaica tras la disputa de los relevos cortos se cerraron las cortinas de la 14ta edición del Campeonato Mundial de Atletismo. Un mundial marcado por la ausencia de 14 de los campeones de Daegu que  terminó por atestiguar como diez de los ases de la cita sudcoreana revalidaron sus coronas mientras que 13 pruebas experimentaron la renovación total de su cuadro de honor.

Treinta y ocho naciones alcanzaron el podio, dos menos que en Daegu; dieciocho de ellas, con al menos un título.

Siete, finalmente devino en número clave  para la delegación de Rusia que logró ganar su mundial con 7 de oro, 4 de plata y 6 bronce por delante de Estados Unidos (6-13-6) y Jamaica (6-2-1). El triunfo colectivo de los anfitriones los devuelve a un puesto que no ocupaban desde Edmonton 2001 donde con saldo de 5-7-6 superaron precisamente a Estados Unidos (5-5-3), histórico dominador de estos eventos.

Seis títulos fue el saldo total de la dupla jamaicana de Shelly-Ann Fraser-Pryce y Usain Bolt, con tres títulos percápita se convirtieron en los más destacados de manera individual.

Tres pruebas, el lanzamiento del martillo (78.80m ) y el relevo 4×100 (41.29) para damas y el salto de altura entre los hombres (2.41m) actualizaron sus registros ante miles de espectadores que progresivamente fueron colmando  un Luzhniki devenido en digna sede para nueve días de espectáculo, con varios resultados y actuaciones para recordar.

CUBA

Pedro Pablo Pichardo puso fin plateado a la participación cubana en este campeonato mundial. Una actuación de tres medallas (0-1-2) que le reservó la vigesimotercera posición en el medallero con la que no alcanzó para completar el objetivo de superar la demostración precedente de Daegu (0-1-3) y sobre cuyos pormenores volveremos en otra ocasión. Por puntos, los cubanos anclaron en el decimocuarto puesto, merced siete finalistas que sumaron 32 unidades.

Ahora, lo del joven saltador santiaguero debe reseñarse con mayúsculas pues clavó sus pinchos en 17.68 m, apenas un centímetro menos que su marca personal, para batirse en duelo de saltos y carácter con un Teddy Tamgho que hoy, sencillamente, no perdía con nadie. Los 18.04m conseguidos  por el francés en el esfuerzo final le ratificaron como merecedor del título aunque ya había regalado 17.65m, 17.68m y otro par de intentos fallidos que acariciaron el límite universal de 18.29m que retiene Jonathan Edwards.

Para nuestro chico de las cuatro P, esta fue una demostración de altos quilates en su temporada de estreno al más alto nivel. Ir de Campeón Mundial Juvenil a Subcampeón mundial absoluto de un año a otro es un salto que solo los destinados a ser grandes han podido ejecutar. En jóvenes como él y toda la hornada de muchachos que viene surgiendo se sustentan las esperanzas de esta isla en su afán de  recuperar los espacios perdidos a nivel internacional. Obvio, con todo el apoyo y la atención necesaria de por medio, un asunto que quizás, más que la captación de talentos o la adecuada conducción de su preparación, es lo nos ha golpeado últimamente.

TRIPLETAS DE USAIN Y SHELLY-ANN. JAMAICA REINA EN LA VELOCIDAD.

Usain Bolt y Shelly –Ann Fracer-Pryce se encargaron de sostener la enorme tradición de su país en las pruebas de velocidad. Sendos tripletes, en 100 , 200m y las postas cortas fueron suficientes para dejar a Estados Unidos herido de muerte; cargando, por demás, la pena por la ausencia en el podio de los 200m(f).

El binomio más laureado del mundial no solo suplió con títulos los espacios que los “positivos” de Verónica Campbell-Brown, Sherone Simpson y Asafa Powell habían dejado en la comitiva caribeña, sino que apuntaló con sus triunfos el tercer lugar  de Jamaica (6-2-1) en el medallero final. Una actuación superior a los 9 metales (4-4-1) que alcanzaron en Daegu 2011.

En el plano individual Bolt continuó su faena  y a su rosario de éxitos añadió otros tres títulos -100, 200 y 4×100- que aunque sin récords de por medio llegaron para redimir aquella salida en falso que en 2011 le impidió facturar el triplete. Con esta cosecha llego a ocho medallas de oro y un redondeó un total de 10 preseas (8-2-0) con las que supera a otros dos fuera de serie como Carl Lewis (8-1-0) y Michael Jhonson (8-0-0) para convertirse en el atleta masculino más laureado de todos los tiempos en mundiales. Incursión moscovita que lo reafirma entre los monstruos sagrados del campo y pista universal.

En lo que a Shelly-Ann se refiere, logró completó lo que desde Londres había salido a buscar, el doblete. Estupenda victoria en 100m y rentable carrera en los 200m, así como el título en el relevo corto que la validan como la más destacada entre las 865 mujeres que desfilaron por los 47 eventos convocados en el Luzhnikí.

OTROS TRES CON TRES CORONAS AL HILO

Bolt se apuntó a la lista de los que logran la hazaña de ganar tres títulos consecutivos en mundiales, pero con él, se escapó otro trío: Britney Reese (salto longitud), Robert Harting (Disco) y Ezekiel Kemboi (3000 m con obstáculos); inamovibles del podio en 2009, 2011 y 2013. Mención especial para el incombustible Ezekiel Kemboi, en el podio desde Paris 2003 para sumar su sexta medalla en esta prueba.

RESURRECCIÓN

Moscú vivió, a tope, la resurrección de un par de atletas que sedientas de victoria lograron levantar, seis años después, otro título mundial.

Mesereth Defar se acreditó el oro en los 5000m para vivir la reivindicación de su naturaleza ganadora. Desde que ganara en 2007, la etíope había errado sus intentos ante el poder de Kenya; cuyas representantes la habían dejado para el bronce, tanto en Berlín como en Daegu.

Con un tanto más de deseo protagonizó su regreso la pertiguista Yelena Isinbayeva luego de que el podio le hubiera sido esquivo desde la cita japonesa.  La rusa llegó a su tierra en busca de algo que por mucho tiempo le había pertenecido, la cima. Y lo consiguió con categoría, con claridad y con limpieza; saltando sobre 4.89m que constituyen la segunda mejor marca facturada en estas lides (solo superado por el 5.01m que la coronó en Helsinski 2005). Una actuación que borró de súbito el nefasto recuerdo de su eliminación en Berlín (3 faltas en la final) y el sexto lugar de Daegu (4.65m)  para devolverle los galones de zarina y reafirmarla como mandamás de esta especialidad.

ÁFRICA Y FARAH, HEGEMÓNICOS EN EL FONDO.

Los corredores y corredoras africanas ejercieron con total hegemonía su dominio en las pruebas de 800m en adelante, incluyendo los 3000m con obstáculos. Kenya (5-4-3), Etiopia (3-3-4), Uganda (1-0-0), Djibouti (0-0-1) y Mo Farah (2-0-0) se repartieron 26 de las 30 preseas en disputa.

Los kenianos dominaron, pero los etíopes se saben los grandes triunfadores, sobre todo porque con sus 10 medallas (3-3-4) lograron reivindicar la pálida actuación en Sudcorea, de donde salieron cabizbajos con un único título y otras cuatro preseas de bronce en sus arcas.

A esta marea africana que domina y dicta leyes en las pruebas de resistencia, sobrevive Mo Farah; un fantástico fondista que se confirmó como el dueño de las distancias más largas en la pista. El británico, de origen somalí, consiguió el doblete al cruzar primero en los 5000 y  en los 1000m, por delante las armadas del llamado continente negro; otra vez sin argumentos ante su potencia final. Farah reeditó su título de 5000m y se anotó los 10 000m, intercambiando los papeles con el etíope Ibrahim Jeilan que le había derrotado dos años atrás.

LA FLACUCHA VA EN SERIO

Cuando Elena Lashmanova derrotó a Olga Kaniskina (oro en Osaka, Berlin, Daegu y en los JJOO de Beijing). en la Copa Mundial de marcha celebrada en Saransk a principios de 2012, muchos, entre los que me incluyo, se lo atribuyeron a la suerte. Pero la niña –apenas 20 años- prosiguió por su senda y le repitió la dosis a su coterránea en la lid olímpica, con récord mundial de por medio.

Con el oro olímpico, y los títulos mundiales de Cadetes (5 Km marcha – Bressanone 2009) y Juvenil (10 km marcha- Moncton 2010) a cuestas, la flacucha aterrizó en 2013 en busca del único galardón que le faltaba  a su carrera. Con ese aliciente marchó Moscú y lo hizo como siempre, para vencer.  Un rendimiento con el que se reservó puesto en el club de los fantásticos, ese que reúne a los atletas que han ganado en todas las categorías y en los Juegos Olímpicos. ¿Qué les parece?