por: Duanys Hernández / Deporte Total

El 2023 será el año de mayores retos para el movimiento deportivo cubano en toda su historia. Por única vez, coincidirán tres eventos múltiples: los Juegos del Alba en Venezuela del 3 al 10 de abril, los Centroamericanos y del Caribe de San Salvador entre el 23 de junio y el 8 de julio, así como los Panamericanos de Santiago de Chile del 20 de octubre al 5 de noviembre.

Si a este intenso itinerario le sumamos el regreso a la Serie del Caribe en Gran Caracas 2023 con el campeón de la I Liga Élite del Béisbol Cubano, y el Clásico Mundial del 8 al 21 de marzo, no hay dudas de que la isla se enfrentará a un período durísimo en estas lides.

Béisbol: un calendario exigente

Respecto al béisbol, la primera gran meta estará en Venezuela con el regreso a la Serie del Caribe, en un torneo atípico que contará con ocho selecciones. Para el equipo cubano el propósito debe ser mostrar una buena imagen, previa al principal evento del año, y valorar a posibles participantes en el Clásico.

Un mes después llegará la célebre cita luego de una larga espera de seis años, con el incentivo de la posible intervención de jugadores del patio que militan en circuitos del máximo nivel de la disciplina en Estados Unidos.

Cuba compartirá grupo con Países Bajos, Italia, Panamá y los anfitriones de Taipei de China, por lo que clasificar a segunda ronda será un empeño complicado. Esperemos que Mandy Jhonson tenga a mano un plantel competitivo, sepa enrumbar la nave y conseguir uno de los dos cupos de la llave.

En San Salvador el objetivo no puede ser otro que reconquistar el título centrocaribeño cedido a Puerto Rico en Barranquilla 2018. Mientras, Santiago ofrecerá la posibilidad de borrar la desastrosa imagen dejada con el sexto lugar en Lima 2019.

No será lo único para el pasatiempo nacional, el cual, por primera ocasión, estará clasificado de manera directa a la final de las Pequeñas Ligas en Minneapolis, luchará por la corona mundial en la edición inicial del juvenil del baseball5, y buscará mejorar el puesto en el torneo del orbe para mujeres. Ello, sumado a un movido almanaque en todas las categorías con la Serie Nacional que iniciará en marzo como el plato fuerte para los aficionados de casa.

San Salvador y Santiago: dos objetivos diferentes

La cita de El Salvador, a mediados de año, será un verdadero medidor para el movimiento deportivo cubano, que lleva como opción tratar de mantener el segundo lugar en el medallero, por detrás de México. Sin embargo, tampoco será una tarea expedita, debido al empuje de Colombia en los últimos tiempos.

Deportes como la lucha, el atletismo, el boxeo, el judo, el canotaje, el tiro y el taekwondo serán vitales en pos de sostener la segunda plaza. Una magnífica oportunidad para que varias disciplinas colectivas como el balonmano, el voleibol y el softbol, comiencen a mostrar sus avances en el área y probar su calidad.

Los Juegos Panamericanos serán harina de otro costal. La intención, superar el pobre sexto escaño conseguido en Lima 2019 cuando Cuba fue antecedida por Estados Unidos, Brasil, México, Canadá y Argentina. Otra vez los deportes de combate cargarán con la mayor responsabilidad de la comitiva antillana. ¿Se podrá superar los 33 títulos alcanzados en la capital peruana hace cuatro años?

A todo esto se suman los campeonatos mundiales en varias modalidades importantes para el país, decisivos en la clasificación rumbo a París 2024; dígase las citas del orbe de boxeo en Tashkent y la de judo en Doha, ambas en el mes de mayo, la del deporte rey en Budapest en agosto, y la de luchas en Rusia durante el mes de septiembre, por solo mencionar las más relevantes.

Un año 2023 muy fuerte y que pondrá a prueba las reales capacidades deportivas cubanas. ¿Saldremos bien parados de un calendario tan intenso?