El saludo que le brindó Ramón Tamayo a Freddy Asiel me clavó la duda y el par de carreras impulsadas por el poco convencional pero oportunísimo Samón me confirmaron que,  en aquella noche de viernes, se escribiría otra página más de las tristes historias Naranjas.

Para Villa Clara y sus parciales el perder un sexto juego en casa se ha convertido en una maldición; ¿recuerdan la final de hace dos campañas ante Industriales?

Freddy Asiel no estaba en su noche. Y que con ello nadie dude que es un lanzador con enormes recursos, pero  salir a lanzar cada cuatro días no fue la mejor receta  para alguien que había sido acostumbrado a trabajar  con siete y hasta  ocho días de descanso.

Pero tampoco es el joven diestro el único responsable de la debacle naranja; sus compañeros pecaron por no conectar con oportunidad ante los envíos del zurdo Leandro Martínez, quien permitió ciertas  libertades pero supo controlar las rebeliones de los locales con lo justo para anotarse la victoria en el que, posiblemente, vaya siendo el juego más importante de su carrera.

En el campo villaclareño también hubo inseguridades. Deslices que no van a las estadísticas pero que de alguna manera contribuyeron a una derrota -en propia casa- ante un Granma, que como nunca antes, aprovechó lo todo lo que le dieron para apuntarse como el primer semifinalista de la caótica zona oriental.

Al final, el patrullero central y NOVENO bate, Roel Santos se vistió de sluguer y despachó  un cuadrangular que fue el puntillazo ante la moral arañada de los naranjas en su cuartel general. Ciro Silvino lanzó en el noveno y aunque Villa Clara hizo una,   se apuntó el salvamento.

Victoria de los alazanes (4-2) que pone punto final en otra –y ya no son pocas- página negra para un equipo de Villa Clara que volvió a sucumbir ante el llamado de ser profeta en su tierra. Otra página que llega al beisbol cubano para confirmar que los Play off son otra cosa.

Por cierto, que la postemporada de esta 51 Serie Nacional ha sido cosa de locos. A priori nadie se atrevió a vaticinar a un Cienfuegos barrido en su propia madriguera; tampoco se daba crédito a la remontada de los cocodrilos de Víctor Mesa y mucho menos a este equipo de  Granma, ganando el sexto y  forzando séptimo juego  para, finalmente,  dejar en el camino un Villa Clara que parecía inexpugnable.

¿Acaso será que lo próximo es Ciego de Ávila arañando por partida doble la coraza de los Leñadores en pleno Julio Antonio Mella?
Veremos qué pasa en este esta noche en el primero de los dos partidos que le quedan a este, el  único duelo que precisa de definiciones….