Gabino Por Lilian Cid y Abel Castillo/Especial para Cubahora

Gabino Arzola es uno de los nombres más recurrentes que se citan en el mundo del decatlón. El tiempo que lleva al frente de la armada masculina cubana lo ha consolidado como uno de los entrenadores más prominentes de su especialidad. En sus inicios dentro del mundo del atletismo solía combinar los 400, 800 y 1500 metros con sus estudios en la Facultad de Cultura Física de su natal Pinar del Río. Al término de su carrera como atleta, le llega la propuesta de convertirse en el entrenador principal del equipo nacional. En principio puso freno a su ilusión cuando le comentaron que se trataba de pruebas combinadas. El haber estado ligado a la pista y sentirse corredor no le dejaba toda la confianza como para embarcarse en la aventura de orientar a muchachos que debían correr, pero a la par de ello, desarrollar iguales capacidades para lanzar y saltar.

 

Sin embargo, con unas cuantas frases de aliento y por el reto de intentar con lo desconocido, aceptó. Así llegó, y en poco tiempo se “enredó” en el mundo de los eventos múltiples; la prueba que en el atletismo busca al más completo y que desde 1983 ha pasado a ser su gran pasión. Una dedicación que ha rendido frutos: títulos en el área, medallas mundiales, olímpicas y un Leonel Suárez que en su condición de doble medallista olímpico y mundial, marca la vanguardia de la presencia cubana y latinoamericana en la complicada especialidad.

Treinta años después de aquellas jornadas de decisión, Gabino conserva ambiciones y se describe como un eterno perfeccionista; contento, pero no conforme con sus conquistas como entrenador.

—¿Qué característica determina a un atleta de pruebas combinadas?

—En todos estos años he aprendido que se puede entrenar a atletas y a deportistas. Atleta es el que viene aquí y se sacrifica, que quiere tener un nivel alto y que lucha por eso. Es aquel que se impone metas superiores cada año y que deja la piel por conquistarlas. Deportistas son los otros, los que se conforman con estar, con entrenar y con ser partes del equipo o de la preselección nacional. Esos que no tienen la ambición de llegar a más. Para dedicarse a las combinadas hay que ser, ante todo, un atleta. Y tener una alta tolerancia al fracaso y un elevado desarrollo de las capacidades volitivas.

—¿Sacrificio extra clase?

—Imagínate, estamos hablando de jornadas de trabajo que incluyen 11 ó 12 horas, con una pausa de tres o cuatro horas entre cada sesión de entrenamientos. Es una carga fuerte y hay que estar, por sobre todas las cosas, preparado mentalmente para asumir una preparación de ese calibre. En las múltiples, el físico muere a los pies de la mente.

—¿Entrenar a Leonel Suárez…?

—Las pruebas combinadas son un gran reto. Y un atleta como Leonel lo potencia a un nivel superior. Se trata de un muchacho muy inteligente, y competitivo al extremo. Para mantenerlo en la elite, y tener que compartir cada día con él hay que estudiar constantemente porque su condición y características así te lo exigen.

—Hasta hoy, el Campeonato Mundial de Berlín en 2009 se vislumbra como su experiencia consagratoria, ¿cierto?

—Berlín es prácticamente la competencia que lanza a Cuba al mundo de las pruebas combinadas, al menos, que la sitúa internacionalmente entre los puntos de referencia. A raíz de la actuación allí, la IAAF se planteó a Cuba como un centro de atención, tanto por los resultados de los atletas como por la corta edad de los mismos. Obtener segundo (Leonel Suárez), octavo (Yordanis García) y noveno (Yunior Díaz) es una gran actuación.

“Somos conscientes de que Leonel pudo hacer un mejor puntaje, pero nos fallaron algunas cositas producto de la gran presión bajo la que compitió el muchacho. Llegamos primeros del ranking del mundo y entre los periodistas y demás personas que se acercaban lograron descolocarlo un poco y arrancó muy mal en aquel decatlón.

“A Berlín lo recuerdo con mucho cariño porque, además de lo que Cuba logró cosechar allí, es el segundo decatlón más fuerte de la historia (después del celebrado en Atlanta 1996). Hubo muchos factores que atentaron, por ejemplo, tuvimos que suspender el salto de altura porque los alemanes se equivocaron en los horarios y hubo que parar para poder enfrentar los 400 metros con solo 16 minutos de descanso, aun cuando está reglamentado que el tiempo entre eventos sea de 30 como mínimo. Leonel fue el último en salir del salto alto, porque ganó el evento. Pese a todo ello, sacamos un gran resultado de aquella pista y eso lo hace inolvidable”.

—¿Cuáles fueron las claves en esa actuación?

—La preparación. Nosotros nos preparamos en Ecuador, hicimos toda la base de entrenamientos allá. El régimen de vida estaba súper controlado: trabajo-descanso, alimentación, el balance de cargas, frutas y antes de acostarse consumían avena, que es una fibra dietética muy completa. Todo se cumplió a cabalidad. Los muchachos estaban puestos de lleno para su competencia, se hidrataban, se alimentaban y descansaban con el máximo rigor.

—¿Cómo es la preselección nacional hoy?

—Tenemos un colectivo bien joven y esta prueba requiere de una madurez competitiva mayor, ya que por la propia complejidad, el proceso de formación de un atleta tiende a ser más lento que en cualquier otra especialidad. Ahora mismo sería prematuro emitir un criterio, pero hay figuras con cualidades para despuntar en el futuro e incluso, si continúan progresando, se puede pensar en un rendimiento interesante con vistas a Rio 2016

“Entre los varones, destacan los mundialistas de la categoría juvenil José Ángel Mendieta y Manuel González Conde. Igualmente se entrenan Abdel-Kader Larrinaga, Santiago A. Ford y Yordanis García, que se reincorpora a la preselección. Entre las damas, Yorgelis Rodríguez y Yusleidys Mendieta son las principales figuras y comparten grupo con Yilliam Durruthy y Jersy Díaz”.

—Objetivos proyectados para 2013.

—Continuar trabajando con vista al desarrollo de estos muchachos y luchar por mantener a Leonel en su nivel. De momento, el objetivo es el Campeonato Mundial de Moscú, al que llegamos con la misión de rendir una destacada actuación.

—¿Competencias?

—Estaremos en una prueba antes del mundial y en dependencia del desenvolvimiento podríamos estar pensando en otra. Luego haríamos la del cierre, que es en Francia, (DecaStars), después del campeonato del mundo. El debut si será de seguro en Gotzis (HYPO Mehrkampfmeeting)

—¿Cree que Ashton Eaton romperá su propio record?

—Definitivamente.

—¿Este año?

—Sí, puede ser en este año, puede ser en cualquier momento. Ashton Eaton es un atleta que se dedicó a trabajar muy fuerte en las pruebas de velocidad y en los saltos. Él está muy especializado y estás son las pruebas que más puntos otorgan. A nivel mundial, sus lanzamientos son malos, pero lo que cede en ellos lo recupera y con ganancias en el resto de los eventos, en los que anda por encima del nivel del resto; muy por encima; tiene rendimiento cercano a los 1000 puntos en todas.

—Después de todos estos años dedicados a las pruebas combinadas, ¿qué le queda?

—Muchas metas por cumplir. En lo profesional, yo no me siento todavía realizado en todos los aspectos, trato cada día de superarme un poquito más. Cada jornada dedicada a la preparación es una experiencia aleccionadora, a cada fecha se le sacan nuevas enseñanzas. Esta es una carrera de eterno estudio y perfección. Hay muchas cosas que quedan por aprender, por experimentar, por arriesgar.

—¿Alguna meta puntual?

—Pues, romper el récord del mundo, sin dudas. Tengo ese sueño y me moriré intentándolo. Las características de los caribeños son ideales para eventos múltiples, por ello, desde aquí y con lo que tengo seguiré trabajando por la meta de llegar a ver cómo un cubano se convierte en el recordista del mundo.

 

Gabino y Vince de Lange (entrenador de Eelco Sintnicolas) Gabino y Vince de Lange (entrenador de Eelco Sintnicolas)

 

Eelco Sintnicolas, Leonel Suárez y Peter Brawn durante una base de entrenamientos a finales de 2012 de los holandeses en La HabanaEelco Sintnicolas, Leonel Suárez y Peter Brawn durante una base de entrenamientos a finales de 2012 de los holandeses en La Habana

 

Gabino  Gabino Arzola mientras conversaba con nosotros