Por: Eddy Luis Nápoles Cardoso
Hoy continuamos con el análisis sobre la obtención por los atletas cubanos, del mejor rendimiento anual en el evento fundamental, corresponde el turno a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, Brasil, 2016; evento donde el atletismo nacional registró la peor actuación, desde que en Tokio 1964, se lograra una presea de plata, conquistando solo en esta oportunidad una
medalla de bronce.
La embajada atlética a la ciudad carioca, estuvo compuesta definitivamente por 29 atletas, que se desempeñaron en igual cantidad de pruebas individuales, más tres relevos, totalizando 32 posibilidades competitivas, donde solo, cuatro atletas y las dos postas 4×400, lograron materializar su mejor rendimiento anual, para otro anímico, 18.05% de efectividad. Si echamos un vistazo a los finalistas de esta cita olímpica, tenemos que el 41.58% lograron su mejor resultado en Río de Janeiro (153/368).
En el aspecto de días de antelación a la mejor marca del año, les recuerdo que en Beijing fue de 74, en Londres de 96, existiendo ahora cierta mejoría con en relación a Londres, con 86 días como promedio, pero peor que en Beijing.
Bueno entremos en los detalles importantes de este tema, con los honores por tercera ocasión consecutiva, para Leonel Suárez y también para su entrenador Gabino Arzola; nuevamente el decatleta holguinero la puso en el momento indicado, el 18 de agosto, al término del decatlón su puntuación fue de 8460 unidades, 113 más que las que traía compiladas desde La Habana (8347).
Otra alumna del profesor Arzola, también desplegaba su mejor faena anual en la cita olímpica, la jovencita guantanamera Yorgelis Rodríguez, séptima con 6481 puntos (récord nacional) en la prueba de heptathlon, Yorgelis logró incremento de 174 unidades, respecto a los 6307 previos.
El cuatrocentista Yoandys Lescay, también desarrolló una excelente competencia, al llegar a la meta en una de las semifinales corrida el 13 de agosto, con crono de 45.00 segundos, mejorando en 36 centésimas (45.36) su registro previo.
La posta de 4×400 masculina, con el empuje de Lescay, también registró lo mejor del año en Río de Janeiro (2:59.53), mejorando 5.01 segundos, respecto a los 3:04.54 que habían logrado en Monterrey, el 5 de junio. Su homóloga femenina no fue menos y sin competencias previas, se apareció en Río el 19 el agosto, con crono de 3:30.11, mejorado los 3:36.37 del 29 de mayo en La Habana.
Cierra la corta lista, el sorprendente maratonista Richer Pérez, quien al estar clasificado por su resultado en Toronto (2:17:04), no realizó competencias previas, logrando en Río de Janeiro crono de 2:18:05 horas.
Ahora en el otro extremo, entre los que distaron más sus marcas en días, están; la discóbola Yaimé Pérez, con registro previo de 68.86, logrado en La Habana, el 13 de febrero y luego en la ronda clasificatoria, el 15 de agosto, 65.38, distante 183 días y decrecimiento de 3.48 metros; su paisano Jorge Fernández, con 65.30, el 20 de febrero en Las Tunas y 60.43, el 12 de agosto, decreciendo 4.87 metros tras 173 jornadas; el decatleta Yordani García, con 8068 puntos, el 18 de marzo en La Habana y 7961, el 18 de agosto y pérdida de 107 unidades transcurridos 153 días; así como la triplista Liadagmis Povea, con salto previo de 14.56 metros, logrado el 19 de marzo en La Habana y 13.63, el 13 de agosto, decreciendo en 0.93 metros, luego de 147 jornadas posteriores de entrenamiento.
Entre los que “aplicaron” apreciables retrocesos a sus rendimientos previos a la cita olímpica están; nuevamente el martillista Roberto Janet, con menos 3.29 metros, en relación a lo logrado el 29 de mayo en La Habana y lo lanzado el 17 de agosto en Río (73.23); la única medallista cubana en la justa, Denia Caballero, menos 2.28 metros, respecto a los 67.62 del 29 de junio en Leiria, Portugal y los 65.34 del 18 de agosto en la final olímpica.
Las tres corredoras de 800 metros que presentó Cuba en Río de Janeiro, también decrecieron sustancialmente, siendo Lisneidy Veitia la más afectada, con incremento de 3.17 segundos (1:58.93, Barcelona, 30 de junio y 2:02.10, Río, 17 de agosto), le siguió Sahily Diago con 2.54 segundos (1:58.84, Puebla, 17 de abril y 2:01.38) y Rose Mary Almanza, con 2.01 segundos (1:58.49, Barcelona, 30 de junio y 2:00.50 en Río).
La campeona mundial vigente, Yarisley Silva, con un año muy irregular en su preparación, matizado por deudas de entrenamiento y competitivas, también vio disminuir su rendimiento, en referencia a lo logrado previamente, los 4.84, del 5 de junio en Birmingham y los 4.60, del 19 de agosto en Río.
Ahora veamos hipotéticamente, que les hubiera deparado el logro de la mejor marca del año en la cita olímpica; Yaimé Pérez, (disco-68.86), plata; Yarisley, (pértiga-4.84), bronce; Roberto Janet, (martillo-76.52), cuarto; Jorge Fernández, (disco-65.30), quinto, Lázaro Martínez, (triple-17.06), sexto;Rose Mary Almanza, (800 metros-1:58.49), Liadagmis Povea, (triple-14.56); Yaniuvis López, (bala-18.67), séptima y Sahily Diago, 800 metros-1:58.84) y Yirisleydi Ford, (martillo-71.10), octava.
A simple vista y sin muchos análisis, tal parece que el objetivo fundamental trazado, planificado, orientado, para los atletas cubanos, como lo muestra el recuento de los tres últimos Juegos Olímpicos, es el cumplimiento de los
entry standards (marcas mínimas) de la IAAF para cada una de estas citas y entonces, donde está el papel, que deben jugar en primer término, los entrenadores, conductores de todo el proceso de preparación de los atletas, la comisión técnica nacional y el personal de la dirección técnica metodológica a la misma instancia, entre otros, como órganos supervisores y controladores?
A modo de recordatorio, les comento que en Beijing fueron ocho las mejores marcas del año realizadas; en Londres, se descendió a siete y ahora Río a seis. Aquí les dejo una interrogante, ¿A este ritmo, que puede suceder en Tokio 2020?
Nada lo que puede ocurrir es un peor resultado, si no se trabaja en estos puntos que ustedes muy bien han reflejado en este trabajo, y seguir perdiendo deportes como ya ocurrio con el volleyball, o el basketball femenino .
Si no se es mas flexible con temas como el que no resida en Cuba, o no rendiste en una competencias y tienes 30 anos y te retiro aunque no quieras.
Se deberia trabajar en circuito interno q Los atletas participen en varias competencias no solo en la Habana; pero no see en que estado estaran las pistas de Santiago de Cuba done se hacia el Aurelio Janet . En Camaguey, Matanzas. En fin si no se anima el atletismo desde la base, si no se estimula, y respeta a entrenadores y atletas, y cubren sus necesidades, seguiremos en picada.
Como retirar a un atleta sin tener un relevo. ..
Muy buena la serie analítica sobre los resultados de nuestros atletas en competencias internacionales globales.
Creo que como que los resultados de un atleta son la suma de varios factores, no solo la calidad ni la intensidad del entrenamiento son relevantes, por eso el análisis debería realizarse por parte de la gente que en primer lugar percibe su sueldo por ese trabajo y en segundo lugar son los que se vanaglorian y se alaban a sí mismos cuando los atletas obtienen medallas.
De acuerdo al análisis del artículo se pudiera resumir que actualmente el único entrenador que parece que no lo deja todo a la casualidad, sino que trabaja con fines concretos, es Gabino Arzola, desgraciadamente el declatlón y el heptalón son disciplinas muy peleadas en el mundo por eso la medición de los resultados de sus discípulos se reduce a la consecución de buenas marcas en la competencia principal del año y raras veces en forma de medallas.
En mi modesta opinión como lector, pienso que hay que diferenciar y en la mayoría de los casos solo podemos especular sobre las razones de un mal rendimiento determinado.
Tomo para ello como ejemplo el disco femenino, Denia fue capaz en el año 2015 no solo de aumentar su nivel, sino que el día X a pesar de sus deficiencias técnicas estuvo en condiciones de lograr una marca ligeramente inferior a su mejor marca personal, o sea que aún si no hubiese ganado la medalla de oro, yo calificaría su rendimiento de muy bueno.
En el año 2016 tuvimos el caso Yarelis Barrios, como de costumbre no se informó oficialmente nada, sino que sencillamente no aparecía en la lista de los no clasificados, como ya decía solo podemos especular, pero muy bien pudiera imaginarme que a las dos atletas que nos iban a representar a Río, o no les hablaron claro o quizás se hayan extralimitado con las medidas de «seguridad» para que un caso tal no vuelva a ocurrir. De haber sido lo segundo, que sería lo más acorde a los métodos de dirección deportiva cubana, las atletas participaron en esa competencia tan importante en un estado de inseguridad total. Quien sabe si Denia, la cual parece tener deficiencias técnicas no pierde la concentración en el círculo de lanzamiento, lo que conlleva a una peor técnica de lanzamiento, porque a un buen observador no le debería haber pasado por alto que su nivel de 2015 parece haber sido solo obra de la casualidad, y no el resultado de un trabajo metodológico con el objetivo determinado de elevar y estabilizar cada año las marcas. ¿Nadie analiza las razones? Tampoco Yarelis tenía una técnica de lanzamiento depurada. A simple vista me parece que Yaimé tiene la mejor técnica por lo cual produce menos fallos que Denia.
Al mismo tiempo me pregunto qué pasa con los saltos, Povea desde hace dos años coquetea con los 14m, pero el día X no se acerca a su mejor marca. ¿Cómo lo lograban Savigne, Mabel Gay y Yamilé Aldama?
Las discípulas extranjeras de entrenadores cubanos dominan el triple en el mundo. ¿Acaso los entrenadores cubanos no se superan y los que residen en el exterior sí lo hacen porque de ello depende su dinero? Cooperamos con países de América Latina y ellos suben su nivel y después nos sorprende que nos sobrepasen en unos eventos regionales o continentales. Si los apoyamos a que se superen, tenemos que buscar los medios de nosotros mejorar con ayuda de los que tienen mejores métodos que nosotros.
En el triple, ni Yulimar Rojas, ni Ibargüen eran de élite durante su paso por las categorías menores. Ibargüen en el mundial juvenil de Kingston en 2002 saltó unos 12,7m, Yulimar en el mundial de Oregon en 2014 tampoco alcanzó los 13m. ¿Qué hacen sus entrenadores cubanos con ellas? ¿los resultados son el producto del interés personal por lo material de ambas partes?
En el triple masculino me imagino que este año habrá la misma intranquilidad que pudo existir el año anterior en el disco femenino, por eso los excluyo de la crítica.
Yoelbi Quesada tuvo que saltar récord nacional para derrotar a Edwards en el mundial de 1997 en Atenas. PPPP después de saltar varias veces por encima de los 18m, en el mundial solo logró 17,7m una buena marca, pero no para un atleta capaz de sobrepasar los 18m. En ambos casos atletas de élite mundial también durante su paso por las categorías inferiores, pero el primero demostró que para ganar hay que hacerlo lo mejor posible el día X. si Edwards se hubiese acercado a su récord ese día, Quesada se hubiese tenido que conformar con la medalla de plata, PPPP solo recibió plata pero con una marca que no estaba acorde a su nivel, a las expectativas ni a su propias metas. Quizás ya allí había diferencias con el entrenador y por ello compitió con indiferencia.
¿Cómo se decide qué entrenador recibe a los atletas nuevos/jóvenes? Es que en el salto de altura, no solo ni se acercan a los niveles de Soto, Costa y Quintero, sino que con esa disciplina no se participa en un mundial desde hace varios años y el último saltador cubano que venció los 2,30m fue Moya. De las mujeres, mejor ni hablar.
Otro tanto pasa con el salto largo, ahora todos estamos llenos de regocijo con Massó y Echevarría, pero hay que tener en cuenta que ambos lograron sus mejores marcas ayudados por la altura de Madrid, o sea que desconocemos si las nuevas marcas son producto de una mejoría progresiva del rendimiento o solo fueron gracias a las circunstancias de esa competencia. Pedroso en casa del trompo bailaba. Lo mismo derrotó a un Yago Lamela en su pico de rendimiento más alto y eso en su propio país que lo hizo con australiao Taurima en los Juegos de Sydney. Los demás estudian a nuestros atletas, y nosotros que nos jactamos de tener un sistema deportivo tan especial no nos tomamos el trabajo de analizar las razones por las que uno gana y el otro no llega a sus propias marcas.
¿Qué pasa con los 800m femeninos?: El año pasado había tres atletas que bajaron de 1:59s. y ¿dónde están este año? Se supone que de la cantidad surja la calidad, así como que una relación sana de competencia entre varios atletas sea una de las claves para que todos luchen por superar sus marcas continuamente y un sistema de incentivos justo y transparente sería un buen método para elevar el rendimiento. entonces ¿cómo es que esto en esta disciplina no funciona? Aquí tuvimos a Quirós y a Calatayud, o sea que se pudieran tomar las experiencias de ambas para intentar hacerlo mejor con las actuale, sin copiar los métodos.
Ya decía en un artículo anterior que se deberia crear un sistema de incentivos materiales. En otros países los atletas reciben miles de dólares como premio si regresan con una medalla de oro de una Olimpiada. Bien se pudiera convocar un sistema de premiación a los medallistas, por ejemplo de los mundiales y JJ.OO. les regalasen dos semanas de vacaciones con un acompañante en un buen hotel cubano.
A los medallistas mundiales y recordistas mundiales y nacionales se les debería dar más libertades, por ejemplo la libre elección del entrenador, así como permitirles declinar el participar en competencias regionales si con ello se sacrifican los objetivos de ganar el mundial o en la Olimpiada.
También se debería diferenciar entre los atletas que hacen marcas para poder asistir a una gira o una competencia y los que cumplen pronósticos de acuerdo a esas marcas. Quizás para evitar esas marcas para poder «salir» se debería reducir la exigencia y «el premio» sería, a quien no mejore su marca de registro, en la competencia principal, excepto a los que ganan medalla, no se les debería tener en cuenta de manera priorizada para la próxima gira.
El sistema de sanciones funciona muy bien, ya se ha hablado bastante de las sanciones a atletas de élite mundial como Ortega y PPPP, por mencionar a los más actuales, ahora bien cualquier buen sistema necesita de ambos extremos en las medidas, o sea que si se castiga lo mal hecho hay que equilibrar con premios a los esfuerzos y a los buenos resultados.
También pienso que actualizar y priorizar de una manera lógica son las palabras claves. Garantizar, facilitar la asistencia de entrenadores cubanos a seminarios internacionales, así como promover la colaboración con países desarrollados. Ya lo vimos hace mucho tiempo que con esa ayuda pudimos forjar a campeones olímpicos como Colón y Juantorena. También actualización de las estrategias y objetivos de entrenamiento.
Hasta la propia Yipsi tuviera una medalla de oro mundial más en su vitrina, si no se priorizasen los Panamericanos y los Centroamericanos. Su marca de los Panamericanos de 2011 fue mejor que la lograda en el mundial de Daegu donde quedó a dos centímetros del título. Tampoco Sotomayor, o Pedroso lograban siempre su mejor marca en la competencia principal, pero esos atletas tenían un nivel tal que a 3/4 de sus posibilidades podían ganar medallas. Con atletas de nivel medio no es posible ganar en los Centroamericanos ya que asisten al máximo de sus posibilidades e ir anterior o posteriormente a un mundial y esperar excelentes resultados de ellos.
Para ejemplificar lo anterior y donde se nota claramente la diferencia que se debería hacer en la planificación de los entrenamientos:
Denia Caballero – Panamericanos (Toronto): 65,39m – Mundial (Peking): 69,28m.
Yaimé Pérez – Panamericanos (Toronto): 64,99 – Mundial (Peking): 65,46m.
Yaimé solo mejoró en 0,5m mientras que Denia logró lanzar casi 4m más. Los resultados de ambas competencias los conocemos.
Los Panamericanos a los que me refería en el caso de Yipsi fueron los de 2007 en Guadalajara, no en el 2011 y el mundial fue en Osaka, no en Daegu.