Por: Eddy Nápoles/*Exclusivo

La holguinera Carmen Trustée fue una de las primeras atletas cubanas que logró destacar en los 400 metros a nivel internacional, quizás no exista una medalla olímpica que avalen sus resultados, pero dejó sus huellas en la vuelta al óvalo. Trustée es una de las primeras, junto a Aurelia Pentón, en correr los 400 y 800 metros en el atletismo cubano.

Carmen Mónica Trustée Lee, nació en Banes, Holguín, el 16 de julio de 1948, su debut atlético se produjo a los 19 años (1967), corriendo 400 y 800 metros, con marcas de 59.4 y 2:23.3, respectivamente. Sus primeros destellos llegaron a los 21 años, cuando triunfó en ambas pruebas durante el evento regional celebrado en La Habana, un año después se colgaba al cuello la medalla de plata en la Universiada de Turín (53.5), cita donde terminó delante de su paisana Aurelia Pentón (53.8) y escoltó a la austriaca María Sykora (52.8). Otro doblón triunfal consiguió en los Centrocaribes de Panamá 1970, con 52.5 y 2:14.8, respectivamente. Esa temporada se ubicó sexta en el listado mundial de los 400 metros (52.5).

En la cita continental de Cali 1971, en 400 metros, a pesar de sus 52.89, se vio superada por la jamaicana Marilyn Neufville (52.34), mientras que en la posta 4×400, junto a Beatriz Castillo, Marcela Chibás y Aurelia Pentón (3:34.04), cedieron ante las estadounidenses (3:32.45). Terminó la temporada, novena en el listado anual (52.89).

El año olímpico marchaba bien, el 14 de junio, se impuso en el Día Olímpico de Berlín, con 52.1 y, aun cuando no tenía previsto intervenir en 800 metros en la cita olímpica, había logrado correr esa distancia en 2:05.8, en Florencia, el 2 de julio. Para iniciar su faena olímpica, fue colocada en la última serie eliminatoria (7), junto a la neozelandesa Penny Hunt (52.82), la polaca Danuta Piecyk (53.08), la británica Verona Bernard (53.31), la alemana federal Anette Ruckes (53.92) y la suiza Verena Leiser (54.65), quienes, por ese orden, vieron llegar triunfadora a Trustée (52.80). Para los cuartos de final, había sido colocada en la serie uno (Charlene Rendina, Helga Seidler y Nadezhsa Kolesnikova), pero una repentina lesión truncó las aspiraciones olímpicas de Carmen Trustée, no pudiendo presentarse a la arrancada.

En 1973, ya restablecida de la lesión, Trustée retorna al escenario competitivo y lo hace, conquistando medalla de bronce (53.44) en los 400 metros, en la Universiada de Moscú, la aventajaron la soviética Kolesnikova (52.04) y la australiana Judy Canty (52.82), era su segunda presea en eventos mundiales universitarios. Sus mejores rendimientos personales, esa temporada, acontecieron, en 400 metros, en el Día Olímpico de Berlín, con 52.68 (tercera), mientras que en 800 metros, realizó 2:08.5, en el PTS de Bratislava.
Los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Santo Domingo, en 1974, representaron el último gran evento en la carrera atlética de Carmen Trustée, allí, en 400 metros, se ubicó segunda (52.91), dentro del trío de atletas cubanas que coparon el podio, con Pentón (52.27), primera y Asunción Acosta (53.92), tercera.

Los rendimientos logrados en la temporada de 1976, alejados de sus mejores desempeños (54.27 y 2:11.7), pusieron el punto final a su carrera deportiva. En sus archivos le aparecen registrados 13 récords cubanos, seis en 800 metros, cinco integrando la posta 4×400 y dos en los 400 metros.

Alaín Miranda Trustée, su hijo, siguió sus pasos en el atletismo, logrando medalla de bronce (800 metros) en el mundial juvenil de Lisboa 1994 y plata en los Juegos Panamericanos de Mar del Plata 1995, entre otras.

Carmen Trustée es junto a Aurelia Pentón, Joan McDowell, Aleida Polledo, Daisy Hechavarría, entre otras, una de las pioneras en correr 400 y 800 metros, en Cuba, una combinación que luego materializó con éxito, entre las mujeres, Ana Fidelia Quirot.