Por: Lilian Cid en colaboración con Eddy L. Nápoles /Fotos: Andy Bermellón y Cortesía de la entrevistada
Cuando se habla de impulsión de la bala en Cuba, Belsy Laza es uno de los referentes obligados para esta especialidad, siendo una de las únicas dos cubanas que a lo largo de la historia de esta prueba han superado los 20 metros.
Solo María Elena Sarria (20.61) y ella exhiben registros superiores a dicha marca en su palmarés, pero su vida, la historia de su vida, es mucho más aleccionadora que esos 20.96 metros que le sitúan, desde 1992, como recordista nacional y de nuestra área geográfica de la disciplina.
A sus 53 años, además de sus múltiples medallas en eventos deportivos y sus finales mundiales y olímpicas exhibe la medalla de la vida al haber superado con éxito un trasplante de riñón tras largos meses de hemodiálisis.
A Belsy la encontramos en su casa de la zona 25 en el reparto Alamar, Habana de Este luego de años de intensa búsqueda. Su testimonio es uno de esos que necesitamos cada día para comprender que la vida tiene en la voluntad uno de sus principales ingredientes y que la felicidad se compone por la sucesión de esos momentos de plenitud emocional.
De Guantánamo hasta La Habana viajó Belsy y en la capital encontró el camino del deporte, más bien el deporte la encontró porque recuerda que fue una profesora de Educación Física quien la motivó a vincularse y su rápido progreso la convirtió en atleta.
“En el año 1979 ingresé a la EIDE Mártires de Barbados – rememora la entrevistada- En ese momento lanzaba la bala, pero también el disco hasta que el profesor que me entrenaba en ese entonces (de apellido Toledo, no recuerda el nombre) tomó la decisión de dedicarme solamente a la impulsión de la bala. Recuerdo que hice varias competencias, incluso una fuera de Cuba y mis resultados le dieron la razón porque fui mejorando y mejorando hasta que se hizo oficial que me quedaba solo con la bala”
Belsy llegó bien joven al ámbito del equipo nacional, y en el transcurso de su paso por las categorías hasta el alto rendimiento tuvo la oportunidad de aprender de las experiencias vividas junto a María Elena Sarria, la otra cubana que le ha tomado el pulso a envíos de más de 20 metros.
“Cuando en el año 1983 me captan para la ESPA Nacional empiezo a tener la oportunidad de competir con María Elena y posteriormente ya como parte de la preselección empecé a tener más roce con ella. No le ganaba, pero siempre me dio ánimos y en el momento que sintió que yo estaba pisando fuerte me dijo que se retiraba para que siguiera mi camino.
Así comencé a mejorar, hasta que conseguí superar el récord de Sarria (no recuerdo la marca) pero pude superar eso y seguir mejorando mis resultados.”
El récord de María Elena Sarría se acercaba a los 10 años cuando Belsy lo quebró. Era de 20.61 metros y databa de 1982. Según los datos que compila Alfredo Sánchez Barrios, estadístico de la Federación Cubana de Atletismo, la marca fue conseguida por la cienfueguera Sarría en un campeonato Pre-centroamericano disputado en La Habana.
La progresión de Laza no se hizo esperar y comenzó a cosechar éxitos internacionales de los que atesora lindos recuerdos:
Habana ´91
La victoria del panamericano aquí en La Habana es única. Recuerdo que la preparación fue muy fuerte porque tenía de contrincante a una americana (EEUU) que normalmente me ganaba cuando estábamos en Europa compitiendo y con la que me impuse el reto de que no podía ganarme aquí, en mi tierra.
La competencia es inolvidable, fue un día lluvioso, difícil. Toda mi familia estaba en el Estadio y no había de otra que ganar. Gracias a Dios me salió todo bien y pude llevarme la victoria.
Laza ganó en La Habana con registro de 18.87 metros, dejando atrás a las estadounidenses Connie Price-Smith (18.30) y Ramona Pagel (17.76). Su nombre tiene cierto arte para pasar desapercibido. Tanto es así que en la reseña de medallas de Habana 91 que hace Ecured no aparece, pero el título está ahí y es uno de los siete que han ganado las mujeres balistas cubanas en la historia de estos juegos deportivos.
Barcelona ´92: fuera del podio contra todo pronóstico
Yo no quiero ni acordarme de eso, porque hicimos todo para alcanzar una medalla. Estuvimos cerca de cuatro meses en España entrenando. Todos los días nos preparamos para ese momento, con la mente puesta en el podio, tenía la confianza de mi entrenador y la mía propia. Yo salí a dar el máximo de mí, y quería un puesto en el podio por eso fue tan duro no lograrlo.
Lo perdí en la última ronda, por 8 centímetros. Sabía que la alemana era la única que podría sacarme del podio y sucedió. El deporte es así; esta alemana nunca me había ganado y nunca más lo logró.
En definitiva, la cubana finalizó en la cuarta plaza con 19.70 metros, superada en extremis por la alemana Kathrin Neimke que firmó 19.78 metros. El oro fue para la rusa Svetlana Krivelyova (Equipo Unificado) con 21.06 metros en tanto la china Huang Zhihong consiguió la presea de plata con 20.47 m.
¿Qué sintió al ver que una bala impulsada por usted no solo superaba los 20 metros, sino que se acercaba a los 21 metros?
El resultado llegó después de una preparación en México. Yo te hablo de esto y me erizo, fíjate si estaba bien que todos los lanzamientos fueron superiores a los 20 metros. Hubo quien pensó que la bala no era legal o que me había dopado, pero ese año repetí sobre esas marcas. Fue solo el resultado de haber trabajado duro y con total conciencia de que la meta era superarse constantemente.
Los recuerdos de la rivalidad con las europeas
Sabes, las atletas de mejores resultados en aquellos años competían bien poco y cuando coincidíamos no se acercaban a esas marcas que tenían. Sin embargo, tengo buenos recuerdos de mis años en Europa.
Justo Navarro es el artífice de los mejores resultados en esta especialidad en Cuba. El profesor que ha estado vinculado al atletismo brasileño en los últimos años es el responsable de la carrera eslabonada por María Elena Sarría, Belsy Laza, Yumileidys Cumbá, Misleidys Gonzalez y Yaniuvis López.
Justo era un entrenador muy exigente, con entrenamientos muy fuertes y la mentalidad enfocada en trabajar para obtener resultados concretos. Mucho influía en que esos años las pruebas de lanzamientos eran muy cuestionadas y para levantar cabeza había que mantener resultados de alto nivel. Como que estábamos en la mirilla.
A partir de ahí, teníamos siempre una exigencia mayor y sobre esa base era el trabajo que desarrollábamos.
El retiro
Una decisión fundamentalmente marcada por una lesión que tuve, el almanaque no perdona y decidí irme a tiempo. Mi entrenador no quería, pero le dije que era el momento de tener mi bebé y que luego probaría a ver que tal. Intenté regresar, pero a los 3 meses de estar entrenando me di cuenta de que no me sentía con la voluntad de hacerlo, y que había dar camino a las nuevas generaciones.
Tras su salida del deporte activo, Laza trabajó en la base de la pirámide deportiva hasta que su condición de salud se lo permitió.
Cumplí dos misiones (2006 y 2014) en la República Bolivariana de Venezuela y trabajé con niños acá en el Combinado Deportivo Salvador Allende (Zona 1, Alamar). Guardo recuerdos muy lindos, los niños son una inyección de adrenalina y de vida.
¿Qué lecciones dejó su paso por el Equipo Nacional y el ser parte de una generación exitosa del atletismo cubano?
Todo lo que soy como persona se lo debo a las enseñanzas que me ofreció el deporte
Un consejo a los jóvenes
Disciplina y sacrificio. Tener claro lo que se quiere lograr y si no se está convencido de cuál es la meta, pues lo mejor es no perder el tiempo, ni hacer que los demás lo pierdan.
Respeto, convicción y confianza en el entrenador.
Un trasplante que le devuelve la vida
Le agradezco a la Revolución por estar viva, soy una mujer trasplantada 15 meses después de vivir con tratamiento de hemodiálisis, de ver mucha gente que no pudo vencer esta batalla, recibí la oportunidad de seguir viviendo gracias a un trasplante exitoso en medio de toda esta pandemia.
¿Su carrera en una palabra?
Felicidad
Especial para Cubahora
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