Texto: Cubahora/ Fotos: Zimbio
Cuba sumó su segundo título en el campeonato mundial gracias a la actuación, gran actuación, de la pertiguista Yarisley Silva. Los velocistas Reynier Mena (20,56) y Roberto Skyers (20,23) no pudieron acceder a la final, mientras que su homóloga Arialis J. Gandulla culminó séptima en su heat y con su tiempo de 23,35 figuró en el lugar cuarenta de las atletas contendientes en las series preliminares de los 200 metros.
Yarisley Silva, especialista en resolver concursos difíciles, sacó todos sus argumentos para adjudicarse el título mundial en el salto con pértiga. La cubana transitó sin problemas con los 4,50 y los 4,60, pero tuvo que emplearse a fondo para validar unos 4.70 que la dejaron en concurso y luego los 4,80 que le aseguraron un cupo entre las medallistas.
Así las cosas, llegó el 4,85 al primer intento para tomar la punta por primera vez, sin embargo, Fabiana Murer, en otra gran noche, se puso delante al saltar sin problemas la propia altura. La griega Nikoléta Kyriakopoú que iba primera tras los 4,80, falló, cayó al tercer puesto y se vio obligada a renunciar para jugarse sus últimas dos cartas en unos desconocidos -para ella- 4,90m.
Tras los dos primeros intentos, en una altura de mucho respeto como son los 4,90m, nada se habia movido en la clasificación general. Las tres fallaron, y Kyriakopoú salia con un meritorio metal bronceado para coronar una temporada de mucha estabilidad y progresión para ella.
Entonces, en un Nido de Pájaros que parece estar diseñado para los grandes momentos, Yarisley tomó carrera, e hizo estallar el mítico escenario cuando su cuerpo, esforzado, cruzó sobre los 4,90 pàra firmar el primer título mundial al aire libre de su carrera. A la brasileña le quedaba un intento, y lo invirtió sin éxito. Aunque lo digno es reconocer la recuperación que ha patentado esta atleta de 34 años que tiene por delante unos Juegos Olímpicos en los que será local. Fabiana ha vuelto a sus mejores años y emula esos registros que le otorgaron los títulos mundiales en Doha’10 y Daegú’11. Hoy recuperó un lugar en el podio de los eventos grandes tras haberse quedado fuera en los Juegos Olímpidos y en el Mundial de Moscú. La brasileña, como en Toronto, presentó batalla y su rivalidad se agradece.
La temporada esta vez fue clara y en Beijing ganó la que tenía que ganar.
Se impuso nuestra Yarisley Silva. Saltando alto, muy alto. Conste que estos 4,90 metros es lo más alto que se ha saltado en un evento de este tipo desde la victoria de Isinbayeva con 5,01 en el ya lejano mundial de Helsinki ‘05. Y de paso, se despojó de aquellos no tan halagueños -aunque aleccionadores- recuerdos que guardaba este estadio cuando en los Juegos Olímpicos de 2008 solo pudo saltar 4.15m.
Posteriormente la cubana dio riendas sueltas a sus sueños, y aferrada a la quimera que acababa de conseguir, intentó los 5.01. No fue esta vez, pero de la actual hornada de pertiguistas es quien parece estar más cerca de lograrlo.
Vino entonces la vuelta olímpica entre inagotables flashes y el abrazo entre las contendientes. El podio, en definitiva, lo coparon Yarisley Silva (4,90), Fabiana Murer (4,85) y Nikoléta Kyriakopoú(4,80), por su orden.
Estoy muy emocionada -dijo la cubana-. Me siento fantástica. Ha sido una de las competencias más fuertes de mi vida. He tenido grandes rivales, sobre todo Fabiana que me ha presionado mucho hoy. Es muy emocionante competir con ella. Después de la plata de los Juegos Olímpicos, he ganado el oro aquí . Es el resultado del esfuerzo, del sacrificio y de la dedicación. Ahora haré todo para poder coronarme en los Juegos Olímpicos de Rio.
Yarisley refrendó el momento que vive y volvió a estar en el podio de un gran evento. Un lugar que no ha cedido desde los Juegos Olimpicos de 2012. Jennifer Suhr, subcampeona de Moscú 2013, compartió la cuarta plaza con su coterránea Sandi Morris y la sueca Angelica Bengtsson, todas con 4.70 y especial significación para esta última que convirtió su salto en récord nacional.
En otras finales de la fecha, Kenya, confirmó que sus accionar va extendiéndose a otras especialidades, y se adjudicó el quinto título del mundial a través de su jabalinista Julius Yego quien llevó el dardo a la distancia de 92,72 metros. Con este disparo Yego se colocó como el tercer lanzador de todos los tiempos por detrás de Jan Zelezný Al keniano lo escoltó el egipcio Ihab Abdelrahman El Sayed con 88, 99 mientras que el finés Tero Pitkamaki completaba el podio con 87.64.
La checa Zuzana Hejnova (53,50) retuvo su título en los 400 metros con vallas, la keniana Hyvin Kiyeng Jepkemoi (9:19.11) se adjudicó los 3000 metros con obstáculos y el sudafricano Wayde van Niekerk (43.48) dominó los 400 metros planos por delante de LaShawn Merrit (43.65 PB) y Kirani James (43.78). El dominicano Luguelin Santos fue cuarto con 44,11, récord nacional su país.
El medallero sigue liderado por Kenya (6-3-2), seguida de Gran Bretaña (3-0-0) y Jamaica (2-0-1). Cuba aparece en un cuarto puesto con sus dos títulos. Llama poderosamente la atención que a estas alturas Estados Unidos haya conseguido un solo título. Aunque, quedan varias historias por contar, como las que se escribirán en la jornada de jueves 27 de agosto, en la que Cuba podría sumar su tercer titulo dada la presencia de Pedro Pablo Pichardo en la final del triple. También contenderán Rose Mary Almanza y Johannis Portilla en las semifinales de 800m y 110 metros con vallas, respectivamente.
Bravísimo para esta Mariana del deporte!!!
¡Felcidades a Yarisley y su equipo de trabajo!
Muy fuerte de nervios, porque ella misma se volvió a poner en una situación difícil de la que solo podía salir con un salto como ese, por todos sus fallos durante el concurso. Positivo es que sacó el extra cuando lo necesitaba, porque como ya decía el artículo hasta ahora nadie excepto Isinbajeva había ganado un mundial con marca de ese nivel..
Y como yo lo había previsto la griega Kyriakopoú era a tener en cuenta y no Suhr. a ver si en el año olímpico resucita alguien o una de las más jóvenes salta mucho más que ahora.
Lástima que Cuba en casi ninguna disciplina deportiva tiene al mismo tiempo a un/a atleta encumbrado/a y al o a la que le sigue los pasos, porque de la rivalidad interna salen las marcas.
Con las marcas de Toronto Skyers hubiese entrado ahora en la final. No puedo imaginarme que para los atletas sea lo mismo entrar en una final en unos Panamericanos que en un mundial.
Increible la emoción en directo por su 4´90. Saltos de alegría 😀
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ Grande Yarisley y grande Cuba !!!!!!!!!!
Este artículo sobre Yarisley, perteneciente uno más largo sobre el Mundial de Atletismo aparecido en Marca (http://www.marca.com/blogs/perarnau-221/2015/08/26/la-tatarabuela-entrenadora.html) está imperdible:
UN METRO POR ENCIMA DE SU CABEZA
Lo más asombroso de Yarisley Silva no es que salte 4.91 con pértiga o que por fin haya escalado hasta el peldaño del oro en el podio, sino lo que se denomina «índice técnico», que es la distancia entre la mano superior con que el saltador agarra la pértiga y el listón que supera. Pongamos el ejemplo de la gran reina, Yelena Isinbayeva, cuyo récord mundial está situado en 5.06 y empleaba una pértiga de 4.60 de longitud que agarraba casi en su extremo, exactamente en 4.55. Esto significa que cuando Isinbayeva batía, su mano superior se encontraba a 4.35 metros del nivel del suelo, dado que el cajetín tiene una profundidad de 20 centímetros (4.55 – 0.20 = 4.35). Para superar el listón colocado a 5.06, la campeona rusa tuvo que elevar el cuerpo 71 centímetros por encima de su mano derecha. Ya sabemos que ella fue gimnasta y que posee una habilidad espacial (y especial) muy notable, de ahí que pudiera conseguir remontar desde el agarre los mencionados 71 centímetros.
Pero Yarisley Silva supera todo lo conocido hasta ahora. Dado que es una atleta muy baja (1.61), la nueva campeona mundial no puede agarrar la pértiga a demasiada altura. Me explicaré. En el punto concreto de agarre confluyen una serie de factores que deben mezclarse a la perfección. Estos factores son: estatura de la atleta, morfología, técnica específica de salto, velocidad de entrada al salto, batida más o menos profunda, dureza de la pértiga, fuerza del viento y grado de valentía. Son muchos factores, demasiados como para que uno prevalezca sobre el resto. Han de estar perfectamente ensamblados y coordinados. Silva ha sufrido serios trastornos en este aspecto durante la presente temporada. Su entrenador, Alexander Navas, lleva tres años anunciando que cuando la cubana consiga agarrar la pértiga en 4.30 conseguirá una marca superlativa (está pensando en más de 5 metros, sin duda), pero precisamente este año el agarre se ha convertido en un problema grave para ella. Tan grave que sus marcas se han distinguido por una irregularidad casi catastrófica, alternando días en los que ha superado los 4.70 y 4.80 con otros en los que se ha estrellado entre los 4.30 y los 4.60. Yarisley, que se ha entrenado a menudo en Madrid, tuvo que recurrir al apoyo de un psicólogo para aliviar el estrés que suponía no conseguir agarrar a la altura exigida por su entrenador (4.30). La solución providencial adoptada en mitad del verano resultó ser poco convencional: si no podía agarrar más alto, pensó el profesor Navas, entonces debería realizar una auténtica proeza aérea.
En julio acudieron a Toronto para defender el título de campeona panamericana. Yarisley agarró la pértiga en los consabidos 4.10 (la que más bajo toma la pértiga de todas las saltadoras de élite) y con 4.85 se aupó al liderazgo del año y conquistó el oro por delante de la brasileña Fabiana Murer y de la campeona olímpica, la estadounidense Jenni Suhr (junto a Isinbayeva, la otra +5 metros de la historia). El paso adelante continuó hace tres semanas en Alemania, donde la cubana mejoró su récord nacional saltando 4.91 con el mismo agarre. Esto supuso una auténtica bomba entre los especialistas: Silva agarraba la garrocha en 4.10 y saltaba 4.91, lo que llevaba el «índice técnico» nada menos que a 101 centímetros, una auténtica barbaridad que ninguna mujer antes había logrado:
Agarre real = 3.90 (4.10 – 0.20)
Centímetros a remontar = 101 (4.91 – 3.90)
Recordemos que la gran Isinbayeva tiene su mejor índice en 71 centímetros. Yarisley Silva se eleva, por lo tanto, 30 centímetros más que la zarina desde el agarre superior … Si observan esta foto comprobarán la posición del agarre y cómo la pértiga le permite margen para agarrar casi 40 centímetros más arriba. También se comprueba la verticalidad de su cuerpo (esos 101 centímetros que remonta).
La final de Pekín ha reflejado la turbulenta temporada de la cubana. Su concurso se ha trufado de nulos. Tras superar al primer intento los 4.50 y 4.60, ha necesitado tres intentos en 4.70, rozando el desastre, dos en 4.80 (ya con el podio en el zurrón) y ha dado el golpe de gracia en 4.85, saltándolo a la primera tentativa. Pero la brasileña Murer ha replicado con la misma moneda, dejando a Silva en posición de plata. Y en 4.90 la cubana también ha precisado tres intentos. Agarrando la pértiga en 4.10 ha conseguido salvar el listón con una remontada de un metro exacto desde la mano superior en otro vuelo fabuloso e inaudito para una mujer.
Como dice su entrenador, Yarisley Silva necesita agarrar la pértiga en 4.30 aunque es razonable que le resulte dificultoso vista su baja estatura. Pero si lo consigue solo cabe echar números: si con 4.10 ha saltado 4.91, con un agarre veinte centímetros superior debería saltar… Sí, en efecto, 5.11.