Por Noel David Suárez

El Campeonato Mundial de Softbol Nueva Zelanda 2022 cerró sus cortinas el pasado sábado 5 de diciembre con el segundo título de Australia en estos certámenes. Los canguros luego de imponerse al hasta entonces invicto Argentina, derrotaron en la final a Canadá 5 carreras por 2, emulando así la actuación de 2009. Cuba terminó en un destacadísimo quinto puesto, la segunda mejor actuación de su historia, solo superada por la de 1988, precisamente en el país que logró el subtítulo en esta edición.

Cuando analizamos este excelente resultado obtenido por la tropa de Leonardo Cárdenas destacan dos nombres por encima del resto, son los casos del santiaguero y capitán del equipo Yesander Rodríguez y de su principal figura en el picheo, Alain Román. Este último se ganó por muchos el apodo de “Brazo de Hierro”, pues partido tras partido salió a defender las cuatro letras con muy buenas aperturas, poniendo su nombre en lo más alto del picheo en el deporte de la bola blanda.

Alain brilló el box y terminó con números galácticos que confirmaron su enorme calidad, fue colíder en victorias con 4, empatado con el argentino Huemul Mata, líder en entradas lanzadas (40.2 INN), tercero en ponches (49), segundo en lechadas (3) y quinto en PCL (2.24). Esta ponderable actuación lo llevó a alzarse con el galardón de mejor atleta de deporte colectivo en Cuba en este 2022. Una vez concluida su participación en el Campeonato del Orbe Deporcuba no podía dejar pasar la oportunidad de conversar con él y conocer de primera mano sus impresiones tras esta soberbia demostración en tierras oceánicas. A continuación, les ofrecemos sus declaraciones.

Alain Román, el lanzador del día a día del softbol cubano. Foto: Guillermo Rodríguez Hidalgo, Radio Rebelde.

¿Cómo se siente Alian Román luego de haber alcanzado este resultado?

  • Primero darle las gracias a Dios, creo que ese Dios inmenso que tenemos es el principal responsable de ese resultado, y bueno muy contento. Este resultado no es solo de Alain Román, lucir como lució el equipo Cuba en un mundial, porque todos sabemos lo que eso significa, ya que por días se está celebrando el Mundial de Fútbol, y los equipos ganan y pierden, como Brasil, que era uno de los favoritos. El quinto lugar de nuestro equipo sin ningún roce internacional fue sobresaliente, y muy contento de ser protagonista de ese resultado.

¿Cómo vivían ustedes cada partido, sabiendo que todos eran importantes para seguir avanzando dentro del torneo?

  • Nosotros vivíamos el día a día. En un equipo nacional un atleta se enfoca en el día que le toca salir a buscar una victoria, cada victoria suma para cumplir un objetivo. El nuestro era primeramente estar entre los seis mejores del mundo, creo que era difícil esa meta, pero salimos de Cuba con ese objetivo, vivir juego a juego, no pensar en el de mañana, sino en el que nos tocaba hoy, y así salieron los resultados. Antes de comenzar el juego nos reuníamos, primero le pedíamos a Dios que nos diera la sabiduría, la salud y la fortaleza para enfrentar ese partido y así salíamos a jugar, sabiendo que cada partido que se ganara era un paso más para estar entre los seis grandes. Salíamos con garra, a defender esa bandera, y a darle a conocer al mundo que con Cuba había que contar. Así fue la mentalidad de nosotros, ganar juego tras juego hasta lograr la clasificación.

¿Cuál crees que haya el factor fundamental que los llevó a ustedes a este excelente resultado?

  • Yo pienso que el factor fundamental para que nosotros llegáramos a este resultado primeramente fue Dios, creo que de ahí salió el resultado de nosotros, pero también teníamos mucho compromiso con el softbol, con el país, con la familia, con defender esa “niña bonita” (la bandera), ese compromiso que teníamos con la Patria. Había muchos factores que nos ayudaron a llegar a ese resultado, cada llamada de la familia, el ver sonreír a un vecino, o levantarte por la mañana y ver un mensaje de “confiamos en ustedes”, y de ahí salió, porque íbamos a defender a esa Cuba, a ponerla en lo más alto, ese era el estímulo. Como siempre he dicho, la mayor bendición venía de Dios, porque nos íbamos a enfrentar a un evento mundial sin roce internacional, pero lo que más le sobraba al equipo cubano era coraje, valentía y unas ganas inmensas de poner a nuestra Cuba en alto.
Foto: Guillermo Rodríguez Hidalgo, Radio Rebelde.

A la hora de hablar de lanzadores destacados en este mundial hay que hablar del argentino Huemul Mata, del canadiense Siam Clark y sin dudas de Alain Román, háblame un poco de la preparación y de la mentalidad que tenías para alcanzar estos resultados y ser pieza clave en tu equipo.

  • A un mundial van los mejores del mundo, ahí no hay rival pequeño. Yo he tenido la oportunidad este año de jugar en México, en Honduras, en Guatemala y rozar con esos lanzadores, muchos sobrepasan las 80 millas, y vienen de jugar en Estados Unidos y en Canadá, fue impresionante. Hay que prepararse muy bien física y mentalmente, hay que tener coraje en abundancia porque el lanzador de softbol tiene que lanzar todos los días, es la primera figura del equipo y carga mucho con el peso del resultado que se logre, entonces hay que prepararse bien. Rozar con todos esos lanzadores fue increíble, con ese argentino, ese canadiense, los mismos de Nueva Zelanda, de Australia, y tú verte ahí lanzando a la misma velocidad de ellos, sacando la misma cantidad de outs, ponchando a los mismos bateadores que ellos ponchan, entonces tú te mides y te das cuenta que Cuba también está a ese nivel. Cuando ves que haces lo mismo que ellos con menos posibilidades nos damos cuenta de la grandeza de los deportistas cubanos.

Quizás el arbitraje te jugó una mala pasada en algunos choques, con una zona de strike muy reducida y cantándote movimientos ilegales un poco dudosos. Tus valoraciones al respecto.

  • Sí, sin dudas, y no solo en el softbol, los deportistas cubanos tienen que enfrentarse a varias situaciones y más en un mundial como este. Creo que sí hubo momentos en que los árbitros se extremaron, pero yo creo que esa es la grandeza del deportista cubano, esa es la bendición que nos hace sobresalir, después de tantas adversidades, enfrentarte a un equipo con tanto nivel y además enfrentarte a un árbitro que no te canta los strikes, o te canta lanzamientos ilegales innecesarios te exige el doble, pero nosotros sabemos reponernos a todo eso y salir adelante, por eso se reconoce a los deportistas cubanos a nivel mundial, porque sabemos salir de esos momentos adversos, pero sin dudas afecta, porque no es solo enfrentarse al otro equipo, es también ir con la mentalidad de que el árbitro no te va a cantar los strikes. Son situaciones muy difíciles y hay que estar bien preparado psicológicamente para enfrentar ese problema y asumirlo, porque no hay de otra.

¿Sentiste presión en algún partido?

  • Yo pienso que no, cuando te preparas bien, tienes deseos de ganar y mucha fe creo que la presión se queda en Cuba, o en el hotel, o en el bus donde tú vas. Lo que sí se siente son deseos de ganar, de que las cosas salgan bien, pero presión no. Ya al nivel en que uno juega no debe haber presión, son más fuertes los deseos de que la familia sonría, de que sientas un mensaje ya sea de la esposa o de un amigo que diga “felicidades campeonas van bien”. Esa es la mentalidad de nosotros, ganar juego a juego y demostrarle al mundo que el softbol de Cuba tiene calidad.

Hablemos del juego ante Nueva Zelanda, donde enfrentaron a un Daniel Chapman inmenso, pero tú sacaste el out bueno en cada entrada hasta que ganamos en el noveno con el batazo de Yesander. Nunca dudaste del triunfo, ¿verdad?

  • Eso fue un juegazo inolvidable. El equipo que más campeonatos ha ganado, que era la sede, que se la jugaba todo con nosotros, que era el favorito. Salieron muy agresivos a jugar con nosotros, pero nada, nosotros cantamos nuestro Himno Nacional más alto que nunca, yo le pedí mucho a Dios para que me diera la sabiduría necesaria para enfrentar ese juego, y así fue. Cuando comenzaron a pasar los innings veíamos que sí podíamos, empezamos a disfrutar el juego. Gocé cada ponche, cada out. Llegó ya el séptimo inning y no hicimos la carrera, en el octavo tampoco y ya en el noveno inning sacamos la bandera, la tuvimos en la mano y ahí vino el capitán de nosotros y dio el hit. Gracias a Dios lo hicimos, contra el equipo sede, la afición en contra, el arbitraje también, jugamos de noche que nosotros nunca habíamos jugado de noche, había muchos factores que conspiraban contra nosotros, pero sacamos la garra y el coraje de los cubanos y echamos lo que le sobró a Maceo y a Fidel pa’ alante y obtuvimos la clasificación.

En Cuba pudimos disfrutar ese partido por TV y te vimos con los ojos humedecidos después de la victoria. ¿Lo consideras el juego de tu vida?

  • Sí, yo creo que, modestamente, en mis 23 años de carrera he ganado varios juegos incluyendo no hit no run, juego perfecto, pero esta marca mucho porque es un mundial y no solo un mundial, si no quedábamos entre los seis primeros teníamos que fajarnos para buscar del séptimo al duodécimo lugar. Creo que jugar por un octavo o noveno lugar no tendría el mismo sabor, y creo que sí, que ganar ese juego no solo para Alain Román, sino para Cuba y para el mundo, porque dimos a conocer al mundo de que a Cuba se respeta, ha sido uno de los mejores que he lanzado. A partir de ese juego ya a nosotros los rivales no nos ponían ni el segundo ni el tercer lanzador, nos ponían a los mejores porque dimos una demostración de garra, de alegría. Sí hubo lágrimas porque pudimos derrotar a un equipo inmenso sin topes, sin jugar de noche y sin roce internacional.
El equipo cubano luego de la victoria ante Nueva Zelanda. Foto: Guillermo Rodríguez Hidalgo, Radio Rebelde.

Alain, sabemos que eres de Yateras en la provincia de Guantánamo, pero llevas varios años lanzando en Campeonatos Nacionales con Ciego de Ávila. ¿Cuánto hay de esta provincia en este resultado?

  • Creo que uno nunca olvida de donde viene, mi Guantánamo y mi municipio Yateras siempre van a estar en mi corazón, es de donde soy, me siento identificado como un buen guantanamero y muy orgulloso. Ciego de Ávila me abrió las puertas de mi carrera deportiva, creo que esa provincia es especial, ahí conocí a una mujer maravillosa, mi esposa hoy, a Ciego de Ávila tengo que agradecerle mucho, mis mejores resultados los he tenido ahí y nada, es mi provincia también, mi tierra, y ahí estamos, aunque no se olvide Guantánamo siempre disfruto a Ciego de Ávila.

Volvemos al mundial, los bateadores cubanos se vieron muy superados ante lanzadores australianos y canadienses,  ¿piensas que haya sido la falta de fogueo internacional la que haya hecho Mella en la ofensiva cubana?

  • Como te decía, ir a un mundial no es cosa pequeña, para ir a un mundial hay que tener roce internacional, tienes que estudiar al contrario, jugar de noche, muchos factores que los bateadores de nosotros no lo ven. Por ejemplo, en Cuba no hay muchos lanzadores que superan las 80 millas, es decir, que mis bateadores no ven esa velocidad si no les lanzo yo. Por eso tuve que dejar de disfrutar el campeonato que gané en Guatemala para venir a Cuba para que ellos vieran velocidad. Entonces eso es nuevo para nuestros bateadores, los pitcher de softbol tienen todos movimientos diferentes, entonces tienes que enfrentarte a todos esos movimientos, esos lanzamientos, esos cambios de bolas, de velocidad, a esos juegos de noche. Yo pienso que ahí estuvo la causa de que la ofensiva cubana estuviera un poco por debajo. Necesitamos más topes internacionales, más juegos nocturnos, conocer al rival, llegamos a los campeonatos sin saber que características tienen los rivales, eso tenemos que aprenderlo en el juego. Esos grandes equipos siempre llevan a tres o cuatros lanzadores, todos con características diferentes. Por eso creo que se dieron muchos factores en contra de nuestros bateadores, pero aún así los muchachos le tiraron a la bola, y ahí estuvo lo bonito del equipo de nosotros, a la hora buena dimos los hits, se llegó a la hora bien a las bases para que el capitán Yesander que era el que estaba bien empujara las carreras. Hay que reconocerle a esos bateadores el esfuerzo que hicieron, enfrentándose a esos lanzadores de nivel mundial.

En tu posición de lanzador número uno del softbol cubano, ¿qué crees que necesite este deporte de cara a los compromisos de 2023?

  • Primero que Dios nos de mucha salud, y creo que lo fundamental es el roce internacional. El softbol cubano entrena mucho pero no jugamos con nadie, y hay que jugar, necesitamos roce internacional, bases de entrenamientos en otros países, otras contrataciones, eso nos elevaría el nivel. A pesar de que ya alcanzamos el quinto nivel mundial sin esas condiciones queremos más.

Ya para cerrar la entrevista, ¿qué le dices a esa afición que se mantuvo en vilo y vibró de alegría sobre todo cuando vencieron a Nueva Zelanda?

  • A esa afición que Dios la bendiga, que tengan un 2023 lleno de salud, de prosperidad, y muchas gracias por el apoyo, esperamos haberle dado esa satisfacción de que con Cuba hay que contar, de que el deporte revolucionario sigue vivo. Como te contaba, cada cosa que hacíamos era pensando en cómo aportarle a nuestra afición algo de alegría.