Por Andy Bermellón Campos

Muy pocos estamos preparados para recibir noticias tan inesperadas. Hoy 28 de octubre es una de esas fechas marcadas por noticias de ese tipo.

Eladio Hernández es y será uno de los imprescindibles de la historia del atletismo cubano. Allí bajo sol abrazador del Estadio Panamericano, el tunero forjó por más de 17 años las campeonas del martillo cubano. 

Siempre apegado a sus virtudes de un entrenador que inculcó a sus atletas el amor por lo que hacían y la búsqueda constante de la perfección en cada giro y paso que daban en la vida.

Sus resultados están palpables en la mítica y prodigiosa carrera de la agramontina Yipsi Moreno. Un binomio que fue capaz de romper el dominio europeo en unas de las especialidades más complejas del deporte rey.

Al estelar entrenador le acompaña un récord impresionante de ser el único entrenador que pudo ubicar dos atletas en un podio olímpico en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Allí fue unos de los días más difíciles para el formido entrenador cubano que tuvo que sacar, una vez más, sus dotes, no solo de buen entrenador, sino de educador, de padre y de humano.

Así nos desveló aquella anécdota que marcó su vida, cuando en medio de unos sus  entrenamientos con Yipsi, en el Coloso de Habana del Este, nos ofrecía su testimonio para engalanar las páginas del libro biográfico de la campeona olímpica.

Fragmento del testimonio de Eladio Hernández  en el Libro Yipsi Moreno: La Furia de Agramonte.

Lo de Atenas, no obstante, Eladio lo guarda como una de las experiencias más difíciles de su vida como entrenador.  Contraproducente, porque es también el momento cumbre de su trabajo, con dos atletas ubicadas en el podio olímpico. A la plata de Yipsi Moreno se sumó la agradable sorpresa de Yunaika Crawford, ganadora de la medalla de bronce.

Fue difícil porque Yunaika no podía contener la emoción por el bronce alcanzado y Yipsi no paraba de llorar por su “fracaso”.

Me senté con ella, me senté con las dos, y tratamos de convencerla que esa medalla tenía un valor extraordinario, pero poco pudimos hacer.

Cuando llegamos al aeropuerto nos recibió el Comandante y algunos directivos del INDER, aunque no deja de ser significativo que la provincia de Camagüey no envió a nadie a recibir a Yipsi, cuando todas las provincias lo habían hecho, Hasta yo me sentí mal, pero se me encendió la chispa y la envié con la delegación de Las Tunas que era como si fuera su segunda cuna, por los años que entrenamos en mi provincia natal.

Y pasaron más cosas… En Camagüey tampoco le habían preparado el recibimiento…Lo cierto es que pocas personas se acordaron de reconocer la proeza de Yipsi, aunque que para ella trascendió siempre que el Comandante haya sido una de esas pocas personas que supo valorarla cuando en el aeropuerto dijo: Vieron a la camagüeyana, que se parecía a Mariana Grajales. Si ese lanzamiento no hubiese rozado con la malla, era oro.” Fue él quien la levantó, quien le dio la confianza para seguir.

Hoy despedimos a unos de los entrenadores más laureados del atletismo cubano. Extrañaremos verle en las gradas ofreciendo su consejo oportuno a los martilleros cubanos y tener el mítico recuerdo de verle sentado en su silla observando cada movimiento de sus discípulas con el único objetivo de hacerles soñar con los grandes resultados que el forjó. 

      Descanse en Paz Bestial.