Yarelis Barrios corrige los movimientos de este atleta escolar / Foto: Deporcuba

Por: Lilian Cid Escalona y Andy Bermellón Campos

Suena el teléfono en la oficina y nos complace escuchar la voz del otro lado de la línea. Es Yarelis Barrios, que por estos días está en La Habana y está lista para conversar de su carrera deportiva con nosotros. Quiere hablar de los buenos momentos y también, de los que no los son tanto. Con beneplácito atendimos su llamado, porque Yarelis Barrios Castañeda es una de las figuras históricas del atletismo cubano. La discóbola pinareña ganó preseas en todos los eventos de rigor: Juegos Centroamericanos, Juegos Panamericanos, Campeonatos del Mundo y Juegos Olímpicos. Y es, también, uno de los tres representantes de la Federación Cubana de Atletismo (FCA) que ha logrado alzar el trofeo de la Liga de Diamante. Solo ella lo ganó dos veces para Cuba, en 2010 y 2011.

¿Qué ha sido de tu vida tras el retiro?

Estoy trabajando en la EIDE Ormani Arenado Jones de Pinar del Río con las categorías escolares desde los 12 hasta los 16 años. Me siento bien y las cosas van saliendo poco a poco. Ahora en el zonal occidental logré clasificar a cuatro atletas de los seis que llevé para los próximos Juegos Escolares Nacionales.

Ahora mismo estoy acá en el Estadio Panamericano, apoyando el trabajo con la preselección centroamericana. Trabajando y luchando por el deporte, como siempre.

¿Cómo te sientes?

El retiro es algo que hay que asumir. Es un paso lógico en la vida de todos los deportistas. Lo que pasa es que siempre imaginé que llegaría cuando yo sintiera que era el momento, y no fue así. Me retiré algo forzada y me ha resultado más difícil asumirlo, interiorizarlo.

Después del Mundial de Moscú en 2013 yo decidí hacer un alto para ser mamá. En ese momento me fui contenta, satisfecha de lo que había logrado en el deporte, por haberme mantenido entre las mejores del mundo desde el 2007. Cierto es que no gané ninguna presea de oro, pero tenía la satisfacción de haberlo dado todo siempre y me sentía recompensada. Me fui con la idea de que no volvería, pero cuando la niña estaba cerca de cumplir su primer año de vida decido regresar porque me sentía bien y tenía la motivación de poder asistir a otros Juegos Olímpicos.

Entonces aparece lo del dopaje. Una acusación que, aunque se ha dictaminado que soy culpable, para mi sigue siendo falsa e injusta.

Pienso que un día se aclarará todo y mantengo la “mismitica” postura con la que me expresé aquí y en Suiza: yo soy inocente y el único doping que conozco es el sol que he cogido y las pesas que he levantado en mi vida.

La verdad es que hay mucho dinero en el mundo del deporte, y todo puede ser tan turbio como algunos quieran. Afortunadamente he podido superar este difícil momento y aunque siempre llevaré el dolor de haber perdido el resultado por el cual trabajé muy duro por cuatro años, me siento bien y recuperada. Estoy fuerte, pero sé que jamás voy a olvidar lo que he pasado, porque me han quitado un pedazo de mi vida.

¿Sensaciones que te quedaron del proceso?

Fue muy duro, sobre todo porque yo sé que no cometí ese error y, aun así, tuve que enfrentar el proceso y pagar por ello.

Aquí en Cuba, de manera general, creo que creyeron en mí. Me dejaron la sanción en el mínimo y me dieron la oportunidad de reincorporarme. Yo decidí no regresar porque mi sueño y la motivación de volver tras la maternidad era precisamente ir a mis terceros juegos olímpicos y como ya no podría, entendí que no había nada más que hacer, que lo que tocaba era retirarme.

Jorge Luis Sánchez, que era el Comisionado en se momento, me dio la oportunidad de volver, pero yo no estaba lista, ni física ni psicológicamente para asumir otro ciclo olímpico. Fui una atleta dedicada, que siempre hacía sus tareas bien y como no me sentía en condiciones de cumplirlo, lo mejor era dejarlo todo ahí.

La verdad es que no me sentí con las fuerzas para ofrecerme a la suerte de seguir para ver si podría llegar a Tokio 2020. No es un reto imposible, pero con 36 años, es más difícil.

¿Buscaste ayuda profesional para salir adelante?

Si tuve ayuda de profesionales, aunque el mayor apoyo y la fuerza que necesitaba la encontré en las personas que estuvieron conmigo en todo momento.

Tengo que agradecer a mi familia y a mis amigos y muy especialmente a mi niña que me ha dado el empujoncito para salir adelante, para entender que el sol sale para todos, siempre.

También quiero agradecer a la Federación Cubana de Atletismo (FCA) porque me ayudaron mucho. Yo supe del proceso por José Ramón Fernández, y me enteré casi al mismo tiempo que la FCA. Sin embargo, a pesar de todo, me apoyaron siempre. Sé que Alberto Juantorena escribió una carta al COI expresando que él creía en mi inocencia y por ahí empezó toda la lucha.

¿Y en tu provincia?

El papel de mi provincia ha sido excepcional. Me ayudaron en todo y no me dieron la espalda nunca. Todo lo contrario, en Pinar del Rio se confió en mí, me ofrecieron trabajo rápido y estuvieron a mi lado en todo momento.

De tu carrera deportiva, ¿qué lecciones guardas con mayor recelo?

En 2007 tuve una asesoría especial en mi preparación. Conté con el apoyo del entrenador de entrenadores de disco Hermes Riverí. El me dio una de las lecciones más grandes, que me acompañó toda mi vida deportiva. Recuerdo que tras el mundial de Osaka llegué aquí a Cuba contentísima con mis medallas, panamericana y mundial, y me di tremendo golpe cuando el compañero me recibe seco y frío, y me dice tajantemente: el problema no es llegar, el problema es mantenerse. Y esa experiencia la llevé en todos mis años en la élite. Cada uno de mis buenos momentos tuvo como base esa premisa que me inculcó el viejo Riverí.

Si tuviera que escoger el momento que consideras cumbre en tu carrera deportiva, ¿cuál sería?

Los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. Allí fui a buscar un buen resultado y lo logré en los primeros juegos olímpicos de mi carrera. Lo que ha sucedido después es triste pero lo que yo viví allí y las emociones que guardo de esa competencia, son sensaciones mías, que nadie me puede quitar.

Por otro lado, siempre tengo presente el año 2011, en el que me lesioné el nervio cubital. Podía hacer de todo menos lanzar y tuve que hacer un esfuerzo enorme para poder recuperarme. Abdel (Abdel Murguía, en ese entonces fisioterapeuta del Equipo Nacional de Cuba) logró recuperarme y pude llegar al Campeonato Mundial de Daegu y ganar una medalla. El 2011 fue un año en el que tuve que superar muchísimos obstáculos y por ello lo llevo en alta estima dentro de los recuerdos de mi carrera deportiva.

Yarelis Barrios ganó la Liga de Diamante en 2010 y 2011. Fue dueña de la piedra preciosa en el lanzamiento del disco femenino en las dos primeras ediciones de este circuito competitivo. Es, por demás, uno de los tres representantes de la FCA que han logrado dominar esta competición. El mérito lo comparte con Yargelis Savigne, ganadora en la especialidad de triple salto en el año 2010 y Dayron Robles, vencedor en la prueba de 110 metros con vallas en 2011.

Considero que competir en la Liga es un ejercicio de mucho rigor. Yo lo veía como una final mundial porque en cada competencia estaban prácticamente las ocho mejores mujeres del mundo, y demandaba de mucha constancia porque había que estar siempre y competir bien. Los recursos que se destinan a esta competencia hacen que sea muy selectiva, la participación es por invitación y los organizadores siempre van a buscar tener a los mejores.

Desde la pasada temporada, la Liga de Diamante ha cambiado sus reglas, ponderando al máximo las jornadas de cierre. ¿Qué opina del nuevo formato?

No me desagrada el nuevo formato porque entiendo que el atleta necesita descanso y el nuevo sistema ayuda a que se pueda planificar mucho mejor la participación.

Solo Yarelis Barrios y Sandra Pérkovic saben lo que es levantar el trofeo de la Liga en la especialidad de lanzamiento del disco. Y es que desde el 2012 Sandra ha sido dueña y señora de este circuito y en los grandes eventos solo ha cedido en el Mundial de 2015 cuando Denia Caballero la derrotó en Beijing. A Pérkovic se le ve como una fuera de serie, ¿qué destacarías de su persona?

A Sandra la conocí en 2009, en el Mundial. Recuerdo que me miraba con añoranza y después me lo hizo saber, que su sueño era ser la mejor. Destaco su competitividad y su garra, es una incansable, una mujer que no se da por vencida jamás. Es agresiva en el círculo y muy guapa. Da pelea hasta el final. Nuestra relación fue buena, nos apoyamos siempre que coincidimos Competir con ella también me hacía crecer porque te exigía hasta el último momento.

Las marcas hechas en el Estadio Panamericano de La Habana a menudo se ponen en tela de juicio. La mejor marca de tu vida es un envío de 68.03 metros, logrado en marzo de 2012 aquí en La Habana. Fue un disparo que también se cuestionó en su momento. ¿Qué opinión tienes al respecto?

Hay una tendencia global a cuestionar las buenas marcas hechas por los atletas en sus países. Pasa porque cuando se organizan evento a nivel nacional se busca siempre que los atletas logren sus mejores resultados, y aquí no es así. Por las características del Estadio Panamericano no hay nada que se pueda hacer para favorecer los resultados, mucho menos en eventos de lanzamientos. Si tuve mi mejor resultado aquí fue por la planificación, nuestro primer macro de preparación siempre tiene el objetivo de mantener los registros del año anterior para que, en el segundo, estos puedan mejorarse y de esta manera poder tener el rendimiento más destacado en el momento donde se debe ejecutar la competencia fundamental del año. De las competencias hechas aquí en el Estadio Panamericano no tengo quejas, para mi todas son oficiales porque desde mi experiencia puedo asegurar que se hacen con todo el rigor.

A propósito del tema de planificación, ¿qué crees de la tendencia que describen muchos de nuestros atletas, que no son capaces de tener el mejor rendimiento en la competencia fundamental?

Pienso que tenemos que trabajar sobre ese asunto. Hay que trabajar todos los aspectos porque a la hora buena son muchos los factores que pueden incidir en que no se logre el mejor resultado. No tiene que ser, precisamente, consecuencia de la mala planificación.

Y qué pasa con Yaimé Perez, que llega bien a las competencias, pero no es capaz de materializar un resultado. Se dice que en su rendimiento inciden factores mentales, de índole psicológica…

Sinceramente yo no creo que su mayor problema sea la mente porque quien tiene el valor de enfrentarse al entrenamiento deportivo que hacemos los cubanos aquí, tiene el valor de enfrentarse a cualquier tipo de competencia. A Yaimé lo que le falta es disfrutar la competencia y sobre todo la final. Cuando ella disfrute, y goce una final, va a tener los resultados que merece. Que se lo goce, que la final es una fiesta, su fiesta.

¿Cómo valoras el estado actual del lanzamiento del disco entre las féminas?

Creo que el disco en el mundo tiene un nivel muy fuerte. La prueba es la final mundial donde las medallas se cotizaron muy alto, por encima de los 66 metros.

¿Y en Cuba?

Tenemos resultados y juventud. Pero más importante es que hay una generación que viene creciendo, y es esto lo que tiene que suceder si Cuba quiere sostenerse en la élite mundial.

¿Qué sensaciones te produce regresar a este estadio?

Son sentimientos grandes porque esta es mi casa, aquí me críe como deportista. El estadio se está renovando y me produce mucha satisfacción verlo. Creo que la nueva dirección, y la presencia de Yipsi Moreno ha sido determinante en todo lo bueno que le está pasando a esta instalación. No me canso de pasar por el lobby y ver lo lindo que está. Es un paseo por la historia del atletismo cubano y me alegra mucho que también haya una foto mía.

Pienso que, si se conjuga el talento de la nueva generación que viene creciendo, de conjunto con los más viejos que andan por acá, puede lograrse una comunión importante. Podemos retomar un camino de victorias y buenos momentos para nuestro deporte.

A menudo se habla de las diferencias sustanciales que existen entre la actual generación de deportistas y los de antaño, de la época dorada del atletismo cubano ¿Cuál es tu apreciación?

Te lo voy a ilustrar con algo que hace un tiempo dijo Javier Sotomayor. Él decía en una entrevista que ahora se gana un campeonato mundial y te dan un carro y él siendo campeón mundial venía a entrenar en bicicleta. Estas cosas las tienen que conocer los muchachos nuevos, hay que hablarles mucho, hay que enseñarles la historia, que la toquen para que tengan argumentos propios para valorar lo que tienen porque esa es probablemente la mayor diferencia, que ellos no han vivido los momentos verdaderamente duros que vivimos nosotros y por eso, quizás, no son capaces de  valorar, en su justa medida, todo lo que tienen.

Un mensaje a la gente que te sigue

Que estoy bien y agradezco el apoyo que he tenido por parte de la gente. Que estoy feliz de estar acá en el Estadio Panamericano. Vine para apoyar al deporte cubano, transmitiendo mi experiencia a las nuevas generaciones y aportando mi granito de arena para que el atletismo siga adelante, cosechando éxitos.