pista-atletismo_f-rrebelde Por Eddy Luis Nápoles Cardoso y Equipo DeporCuba

Hay un proverbio que reza, el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Y a nosotros, los cubanos, nos ha tocado vivirlo y revivirlo por más de medio siglo. En el “Vecino del Norte”, existen personas empeñadas en forzarnos a chocar, gracias a esa estúpida política anticubana que, desde Estados Unidos, busca ahogar a toda costa, cualquier vestigio de desarrollo.

En la actualidad esta décima regencia mantiene las mismas prácticas hostiles del siglo pasado, impidiendo con ello, el libre desenvolvimiento de los lazos de amistad y cooperación entre ambos países.

La nueva jugarreta ha sido denegarles las visas de entrada en los Estados Unidos a varios atletas juveniles cubanos que se aprestaban para intervenir en el Campeonato Mundial de Atletismo de esa categoría, previsto para la ciudad de Eugene entre el 22-27 de julio.

La Oficina de Intereses de Estados Unidos negó la visa a Lagmanis Povea y Andy Díaz (ambos de triple salto), Roger Valentín Iribarne (110 metros con vallas) y Zurian Hechevarría (400 metros con vallas) , y se mantienen en consulta, sin certeza de respuesta positiva, los casos de José Bordón González (Jefe Técnico) y Alberto Juantorena Danger (Presidente de la Federación Cubana y miembro del Consejo de la IAAF). Como antecedente más reciente se tiene el caso de las campeonas mundiales de atletismo Yipsi Moreno y Yargelis Savigne, que no recibieron visa para competir en la Liga de Diamante de Eugene en 2013.

Las interrogantes se imponen ¿por qué privar a estos jóvenes atletas de participar en el evento para el que se han estado preparando durante los últimos dos años?

Esta es una fechoría más, una de las tantas que en materia deportiva las administraciones yanquis, han orquestado contra el deporte cubano, como las acontecidas en víspera de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Juan, 1966 o la última de ellas, durante la edición de Mayagüez, 2010, ambas en el “Estado Libre Asociado” de Puerto Rico.

Ante estas arbitrariedades, ¿cuál es el papel de los organismos deportivos internacionales? Un poco de mesura a la hora de otorgar la sede de eventos a los países, cuyos gobiernos no ofrecen garantías para la asistencia del resto de las naciones, no estaría mal o tal vez, deberían existir disposiciones concretas para evitar hechos lamentables como estos.

Hoy, cuando las entidades deportivas cubanas han alzado sus voces en defensa de este nuevo ultraje, varias de las homólogas internacionales, solo se han referido a esto como un problema más del diferendo Estados Unidos – Cuba y se han quedado de brazos cruzados.

¿Porqué mezclar el deporte con la política?, ¿por qué nuestros jóvenes atletas tienen que pagar la herencia de la política anacrónica de un país que se vanagloria de su democracia y se erige en paradigma de libertades en un mundo cada vez más civilizado y modernista, pero desigual?

¿Dónde están los principios del olimpismo?; esos que describen está práctica como una filosofía de vida que exalta y combina en un conjunto armónico las cualidades del cuerpo, la voluntad y el espíritu; que es poner siempre el deporte al servicio del desarrollo armónico del hombre, con el fin de favorecer el establecimiento de una sociedad pacífica y comprometida con el mantenimiento de la dignidad humana; que cualquier forma de discriminación contra un país o una persona basada en consideraciones de raza, religión, política, sexo o de otro tipo es incompatible con la pertenencia al Movimiento Olímpico.

En fin, interrogantes que vagan sin respuesta; razones que mueren a los pies de un capricho antagónico y así, al paso de los años, en el tema Cuba, el aparato gubernamental estadounidense sigue estrellándose con el mismo canto.